- Noche de intensos bombardeos de israelíes sobre Líbano mientras miles de personas evacuan el sur de Beirut
- "No es una guerra, es un genocidio" o "Desde el río hasta el mar Palestina vencerá" son algunos de los lemas
- Las autoridades apuntan a que se han manifestado 6.000 y 4.500 personas en Madrid y Barcelona, respectivamente
El doctor Abdul Nasser, libanés que estudió en Cuba, lidia desde hace días con la mayor oleada de pacientes que recuerda. Primero fueron los heridos por las explosiones de los buscas. Llegaron 400 a la vez y con heridas muy graves. Ahora llegan heridos por los bombardeos israelíes. Muchos de ellos sin brazos, sin piernas y heridos de todas las edades. Nasser ya ha decidido trasladarse a vivir al hospital, al menos, mientras dure el conflicto.
Foto: AFP
Benjamin Netanyahu se aproxima a la tribuna mientras decenas de diplomáticos abandonan la Asamblea para no escucharle, y mientras la delegación israelí lo jalea con vítores y aplausos.
El primer ministro israelí comienza diciendo que, "después de escuchar las mentiras de muchos de los portavoces que han hablado, ha venido para dejar las cosas claras".
Ha recordado los atentados de Hamás el 7 de octubre y ha dicho que Israel quiere la paz y no busca reocupar Gaza. Pero que, si la milicia no se rinde, Tel Aviv no parará hasta alcanzar "la victoria total".
Netanyahu asegura que Israel no está en guerra con Líbano, sino con Hezbolá y advierte: "no aceptaremos a un grupo terrorista encaramado a nuestra frontera norte".
Ante el asiento vacío de Irán, ha dicho a la república islámica: "no hay sitio en Irán que el largo brazo de Israel no pueda alcanzar, tampoco en todo Oriente Próximo".
Pocos minutos después, el Ejército israelí ha atacado varios edificios en Beirut con bombas antibunker. Las primeras imágenes muestran a los servicios de rescate trabajando para buscar supervivientes y apagar las llamas. Israel ha publicado fotos de Netanyahu aprobando la operación desde Nueva York.
"El cuartel general de Hezbolá estaba intencionadamente bajo viviendas, usando a los libaneses como escudos humanos", ha dicho el portavoz de las fuerzas armadas israelíes.
El objetivo del ataque era el líder de la milicia chií, Hasán Nasrala, según la prensa hebrea. Hezbolá dice que su líder está vivo.
FOTO: Foto AP/Richard Drew
El líder de Hezbolá, era el objetivo declarado de Israel con este bombardeo a las afueras de Beirut. Hay medios locales que aseguran que sigue vivo, pero fuentes de Israel afirman que ha sido eliminado, por lo que hasta el momento no se puede confirmar.
En el ataque ha habido al menos 2 muertos y más de 70 heridos, unas cifras que todavía pueden aumentar. El bombardeo ha derribado seis edificios con numerosos residentes. Se trata del cuarto ataque en una semana en la misma zona.
FOTO: Ibrahim AMRO / AFP
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha mostrado su preocupación por la escalada bélica en Oriente Próximo, tanto en Gaza como en su extensión a Líbano, una situación que ha catalogado de "extrema gravedad".
"Es la única salida", ha defendido Albares en una rueda de prensa desde Nueva York, en la que ha reiterado que España siempre ha liderado esa "voz de paz que solicite el alto el fuego" y por una paz basada en la solución de dos Estados.
El ministro ha señalado asimismo que no ha podido oír el discurso del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pero ha insistido en que "la situación es de extrema gravedad" porque "hay una catástrofe humanitaria de primer orden (...) un incremento de la violencia en Cisjordania", y ahora "bombardeos sobre un estado soberano (Líbano)", lo que lo convierte en "un conflicto de escala regional".
Además, el ministro ha explicado que le ha pedido a su homólogo iraní "contención e influencia" sobre las milicias como Hizbulá que combaten contra Israel para que frenen la escalada y eviten un conflicto mayor en la zona. Foto: Alejandro Martínez Vélez / Europa Press
- El objetivo del ataque israelí era el jefe de la milicia chií, Hasán Nasrala
- Se ha llevado a cabo tan solo minutos después del discurso de Netanyahu ante la Asamblea General de la ONU
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El conflicto en Oriente Próximo sigue recrudeciéndose. Las bombas israelíes siguen cayendo sobre Líbano y la cifra de víctimas mortales no deja de crecer: ha superado ya las 700, la mayoría de ellas civiles según el Gobierno libanés, que insiste en que muchos de los muertos son mujeres y niños. La intensidad y amplitud de los bombardeos, y ahora también el miedo a una posible invasión terrestre, ha incrementado el éxodo de la población libanesa del sur hacia Beirut.
Francisco José Gan Pampols, teniente General del Ejército de Tierra retirado, cree que la estrategia que está aplicando Israel, de momento, no se parece a la de Gaza porque falta el componente de "acción directa terrestre" y que ahora mismo solo se trata de una campaña aérea contra "una lista de objetivos prefijados que responde a una primera fase". Explica, además, que lo que Israel se propone con estos ataques son tres cosas: "En primer lugar, degradar a Hizbolá todo lo que pueda; en segundo lugar, eliminar selectivamente a sus cuadros de mando, y, en tercer lugar, empujar a Hizbolá al norte del rio Litani".
En cuanto a las palabras de Netanyahu y una posible incursión terrestre en Líbano, Francisco José Gan Pampols considera que las probabilidades de que esto suceda no son altas porque "Israel no tiene todavía en el norte las suficientes fuerzas". Sobre el papel de Irán en este conflicto, insiste en que a Irán "no le interesa una guerra abierta en la zona" y que, por el contrario, podría presionar a Hizbolá para que no aumente su ofensiva: "En caso de una escalada, Israel se verá obligado a escalar sus ataques. Si Israel ataca a Irán, entonces el conflicto se desbordaría regionalmente y estaríamos en otro escenario completamente distinto".
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Son docenas las localidades y pueblos de Líbano que han sido bombardeadas en los últimos días. Nada más llegar a Akbiyeh, a unos 70 km de Beirut se ven y se escuchan explosiones.
Las bombas israelíes están cayendo cerca. Ya quedan pocos vecinos, tras el bombardeo del lunes, que destruyó viviendas y comercios.
Entre los pocos vecinos que siguen en el pueblo está Ali, un refugiado sirio, que vino con su familia huyendo de la guerra en Siria pero ahora aquí tampoco están seguros.
Además de los 600 muertos los ataques israelíes han provocado un éxodo que ha vaciado casi por completo una buena parte del Líbano.
FOTO: EFE/EPA/WAEL HAMZEH
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En las últimas horas Israel ha amenazado con una ofensiva terrestre en Líbano, similiar a la de Gaza, y ya ha empezado a reunir soldados en la frontera. Sería la cuarta invasión israelí a su país vecino.
Israel está siguiendo en el Líbano los mismos pasos que en Gaza: campaña de bombardeos y anuncio de invasión, lo que empuja al éxodo a la población civil.
Para entrar en el Líbano, tendría que pasar por la línea de demarcación entre ambos países. La llaman la línea azul y la patrullan -cuando no hay bombardeos- cascos azules de la ONU. Hay casi 11.000. 650 son españoles.
El objetivo declarado de Israel es que regresen a sus casas los 70.000 ciudadanos que han tenido que abandonar las poblaciones cercanas al Líbano a tiro de los cohetes Hezbolá. Pero también expulsar a la milicia chií más allá del río Litani, la frontera natural de esta región montañosa. Para ello contaría con 15.000 soldados, número por ahora insuficiente para una ofensiva general frente a un ejército de Hezbolá de entre 50.000 y 100.000 hombres. Para invadir Gaza, Israel necesitó casi un mes de preparativos y movilizar a 400.000 efectivos,
Esta sería la cuarta invasión israelí de su vecino. En las tres anteriores entró por la costa y los ocupados altos del Golán. En 1982, llegó hasta Beirut. Quería eliminar a la OLP de Yaseer Arafat. Las masacres de palestinos en Sabra y Shatila se recuerdan cada año.
De la guerra de 2006, Israel extrajo una táctica militar, la doctrina Dahiya, nombrada a partir del gran feudo de Hezbolá en la capital del Líbano: consiste en considerar zonas militares los lugares donde vive y opera su enemigo, y arrasarlas, aunque sean ciudades llenas de civiles. Es lo que Israel ha estado haciendo sistemáticamente en el último año en la Franja de Gaza.
FOTO: EFE/Ejército de Israel
Israel ha seguido atacando pueblos del sur de Líbano. Una explosión sorprendía muy cerca de la localidad de Akbiye, a unos 70 km de Beirut.
El pueblo está ahora semivacío; buena parte de las familias se marcharon tras las primeras bombas que cayeron el lunes. Todavía vemos llamas en lo que queda de un edificio, en el que había varias viviendas, un supermercado y una oficina. Ocurrió todo muy rápidamente.
Mohamed Asher, el dueño del inmueble, ha pasado media vida en Dubái, trabajando, según ha contado, y con los ahorros, había montado una empresa para vender piezas de coches.
El Ejército israelí ha dicho que bombardea objetivos de Hezbolá y que las casas atacadas son lugares donde hay bombas de la milicia libanesa.
FOTO: EFE/EPA/STRINGER
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María Cruz de la Torre lleva 60 años viviendo en Beirut ya segura que, a pesar del aumento de las tensiones, no va a abandonar el país. Cuenta para La hora de La 1 que su vida, su familia y sus amigos viven en Beirut. "Mis hijas están aquí, son médicos, están en los hospitales y tienen mucho trabajo. Estando mi familia aquí, yo me siento mejor estando cerca".
Ahora están pendientes de las noticias y su familia que no está dentro del Líbano, la llaman constantemente ante el miedo de una posible invasión israelí en el sur.
Ella lo vive con pena, sobre todo por los civiles muertos: "Aunque Israel dice que solo ataca a Hizbulá, cuando de un edificio son de unas muchas víctimas civiles las que caen... Es el pretexto que ponen, pero difícil de creer".
Sin embargo, intenta afrontar esta situación con la mejor actitud posible. "El ser humano tiene una capacidad de adaptación terrible. Si hay que bajar al refugio porque están bombardeando, pues se baja al refugio con un libro y allí leemos hasta que pare el bombardeo", explica.
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