La apertura de un juicio en Portugal en el que, por primera vez, se sienta en el banquillo un supuesto etarra por delitos cometidos en este país, ha sacado a la luz los intentos de ETA por actuar desde suelo luso. Entre fuertes medidas de seguridad, que han causado muchas molestías a los lisboetas, han declarado la mitad de los testigos contre el presunto etarra Andoni Zengotitabengoa, acusado de fabricar explosivos en la base portuguesa de Obidos.
La primera sesión del juicio ha concluido este martes con la decisión del tribunal luso de prolongar la vista un día más, el próximo 4 de octubre, para que se pueda oír a la treintena de testigos previstos, ya que en la segunda sesión programada para este miércoles no iba a ser suficiente para recoger todos los testimonios.
Varios de los once testigos que declararon hoy identificaron a Zengotitabengoa y a otro presunto terrorista, Oier Gómez Mielgo, detenido en Francia, como los inquilinos del chalet de la cercana localidad de Obidos en la que, según los fiscales, guardaban más de una tonelada de explosivos para cometer atentados en España.