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Flores y más flores. Un jardín es el desfile de Hannibal Laguna. Rojo geranio, rosa ciclamen, naranja tulipán y verde olivo son los colores de la colección, la primera del diseñador sin vestidos en color negro. Dice Laguna que le ha costado dar este paso pero que está contento con el resultado aunque separarse de él ha sido doloroso, como un divorcio.

Los tejidos están muy trabajados y esconden complicadas labores casi de "ingeniería". Destacan el mikado triple y el lino con hilo de plata que da al tejido la consistencia necesaria para crear volúmenes que parecen las corolas de las flores. Las finas gasas se han tratado para que que luzcan un efecto empolvado y simulen pétalos delicados, y el tul se ha cortado a tijera para que imite a las hojas.

Modesto Lomba dice con orgullo que ésta es su colección numero 51. Para crearla se ha inspirado en la cultura maya y en la predicción que dice que el mundo se acaba en 2012. Modesto no es tan catástrofista y lo interpreta como una renovación, un renacer.

Por eso crea chaquetas y vestidos transparentes que permiten ver el cuerpo de la mujer, desnudo y lleno de vida, para arrancar desde el principio otra vez. Crudos, cremas y otros neutros son los colores base de la colección en la que solo deja paso a un rojo jade y algunos verdes turquesa o jabón.

El blanco se va adueñando del desfile y se ve limpio en vestidos de linea depurada, con asimetrías y juegos en los hombros. Destacan las mangas abiertas para dejar el hombro al descubierto.

A Modesto le apetecía que se notara un efecto de "no cosido, que se viera el interior" y sus prendas tiene flecos o exhiben detalles interiores de cierto aire lencero.

El desfile de Francis Montesinos ha sido una fiesta, un show para celebrar sus 40 años en la moda. El valenciano esquiva las tendencias e idea una colección para festejar su larga trayectoria. Una carrera de éxitos y supervivencias.

Tules, sedas y gasas se tiñen de amarillos y rojos de bandera. Los topos se bordan sobre vestidos que llevan encaje en la cintura y tul fruncido en el hombro. El negro no falta a baile y viste a los chicos que llevan bermudas transparentes que parecen faldas.

David Delfín se ha convertido en Davidelfin. Pero no solo eso, su colección se llama Katharsis y el diseñador dice de ella que es una "purificación y una liberación", y que cuando la tuvo creyó que era una "bomba de relojería y color".

Toda la colección tiene una base en blanco luminoso y la explosión de color inunda los detalles y las aplicaciones. Cada costura y cada cremallera son un lienzo para pintar rojos, amarillos, azules (los primarios ) y verdes. En otros casos cose a la ropa las banderas de tejidos y las cartas de colores haciendo un arco iris multicolor.

Lleva 31 años diseñando y desde el principio tuvo muy claro que,la suya sería una moda democrática, al alcance de todo el mundo, que cualquier mujer pudiera llevar por eso, el universo de Agatha llega mucho más lejos de lo que vemos en la pasarela. Gafas, bolsos, relojes, teléfonos, cuardenos, perfumes. un nombre, Agatha Ruiz de la Prada, convertido en marca.

Perfecta, de apariencia sencilla pero trabajada con esmero y talento. La colección de Roberto Torreta tiene colores sobrios, ricos tejidos y detalles de costura.

Su paleta cromática navega entre negro, grises, berengena, azul klein y el blanco. Este color se adueña de la colección, combinando con otros o en look total.

Torreta construye juegos de prendas que se montan uno sobre el otro. Chaqueta, camiseta y falda tienen diferentes largos, y se superponen, una idea que se repite en la colección. La línea es muy pura, casi recta. Vestidos y faldas llevan el talle alto, y lucen rebeldes costuras asimétricas bajo el escote.

Roberto Verino lleva más de 30 años en la moda. Organizó su primer desfile en 1982 y vendió la colección al año siguiente. En su empresa trabajan más de 500 personas y es una marca internacional. La prensa dijo de él, tras presentar su primera colección, que había llegado alguien que tenía algo que contar. era revolucionario porque sus vestidos podrían verse en la calle, no sólo en la pasarela.

Agatha Ruiz de la Prada firma su colección más comercial y cercana a la realidad. En su propuesta se mezclan prendas sencillas en colores lisos con vestidos de grandes volúmenes y enormes bandas de colores.

Destacan las camisetas con nudos rematados con pelotas y los bañadores de dos colores. Con Ágatha se rompe la monotonía y vemos estampados de flores grandes, rayas, cuadros y dibujos de mujeres sofisticadas.

Teresa Helbig ha llenado las gradas de la Cibeles Madrid Fashion Week (CMFW) a pesar de presentar su colección la mañana del sábado. Su colección se tiñe de un rosa chicle que se combina con crudos, cafés o dorados siempre en diferentes texturas, algunas tan atrevidas como el lúrex.

No todo son extravagancias en su colección. Helbig utiliza prendas ecológicas como las hechas con tejido de piña y otras en ante trenzado que aporta un efecto de 3D.

El último desfile del día lo firma Miguel Palacio. Llaman la atención los divertidos leggings cuajados de lentejuelas de colores como si fuera el tetris. Palacio los combina con blusas y top en tejidos delicados, como el que cerró el desfile estampado con pinceladas de color y que deja un hombro al aire.

Su propuesta en anticrisis, lujosa, arrogante y atrevida. Las sedas recorren toda la colección y destacan las prendas en guipur con distintos acabados, así como el hilo de lurex y las paillettes.

No hay excesos en los volúmenes, su silueta es rígida y a veces masculina. Los hombros van muy trabajados y se ven abullonados o con pliegues que recuerdan al origami. También los diseña con fruncidos o juegos de lazos.

Angel Schlesser estampa flores en azul y naranja. Una novedad en el cántabro que no suele dibujar sobre sus prendas. Para el próximo verano piensa en un atardecer en el puerto en Palm Spring que se prolonga hasta el anochecer.

En las primeras horas Schlesser viste a la mujer con suaves conjuntos y vestidos en color blanco. Algunos se dejan decorar con tejidos metalizados y trazos de lamé. Las primeras salidas son sencillas, a veces sobrias, pero a medida que avanza el desfile se vuelven sofisticadas y lujosas.

El diseñador se inspira en mujeres con carácter como Bianca Jagger y Lana Turner. Del armario de la primera elige sus fabulosos sastres en blanco y de la segunda un conjunto en tono turquesa.

"Abstracciones" es el título de la colección de Victorio & Lucchino porque se han inspirado en la obra de Robert Delaunay. Los sevillanos dibujan estampados de "papel de aguas" y otros que parecen pintados con un spray.

También se han inspirado en África de donde toman los tonos arena, cálidos y relajados, que adornan con detalles fluor en rosa o amarillo. De las culturas tribales traen mascaras que ellos dibujan con cordones de tul sobre los vestidos o las colocan en el escote a modo de collar.

Destacan las mezclas de sedas naturales con tejidos de nueva generación, y las transparencias en tul que velan lentejuelas y encajes. De sus clásicos recuperan los vestidos cortados al bies, y los echarpes en tamañano grande formados por sus famosas "caracolas".

No siempre que se hace una revisión de los años 50 se acierta. Adolfo Domínguez da en la diana con una propuesta joven y llena de vida.

Para los chicos, con el top Jon Kortajarena a la cabeza, utiliza el azul típico de la casa y colorea parkas, trencas, levitas de novio y chaquetas de corte militar. Azules también para las prendas de punto, lino y denim que ofrecen diferentes tonalidades gracias a sus distintos acabados.

Para ellas destapa su perfume más femenino y sensual. A ritmo de rock&roll vemos cazadoras, abrigos de verano y monos de pantalón corto tipo cullote. Los vestidos están cuajados de detalles: plisados, drapeados, fruncidos y bordados que dan a la colección un toque de costura.

Con los colores de los helados Juan Duyos tiñe su soberbia colección en la que destaca la gama cromática con amarillos, marrones y otros como polo de menta, granizado de café , batido de fresa o sorbete de limón.

La prendas llevan una delicada labor de costura, un corte limpio y un aire retro actualizado con el buen hacer del diseñador. Los sombreros, enormes, enmarcan vestidos de línea evasé y otros asimétricos con volumen en la falda.

Muselinas, sedas y lanas frías llenan un armario sofísticado y elegante, ideales para pasear por la riviera francesa. Cuerpos contenidos y volúmenes alegres, hombros estrechos y faldas de amplio movimiento, su prouesta es un estudio del vestido eterno, una caricia al cuerpo femenino que con tanto talento revisita Duyos.

La paleta cromática va creciendo a medida que avanza el desfile. Sorprenden los lilas que se tornan morados y los grises que se vuelven líquidos en perla, magenta y plata.

La Pasarela Cibeles, en su 54 edición, presentará las propuestas que los diseñadores tienen para la temporada primavera-verano 2012.