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Se nota la evolución de Juana Martín desde sus primeros pasos en Cibeles hasta hoy. Al principio contaba con el cantaor Manuel Lombo para amenizar el desfile pero ahora ha pedido al dj Carlos Jean que pinche en directo para acompañar a la ropa.

Diseño orgánico. Así define Sara Coleman su nuevo trabajo que refleja la perfección imperfecta de la naturaleza. La diseñadora conjuga tradición con vanguardia y crea piezas elaboradas de forma artesanal con mimbre y cuerda.

Carlos Díez iba tan contento con su cazadora de ante nueva que no se dio cuenta de que su alegre amiga le saludaba estampándole los labios pintados de carmín sobre ella. Ese beso es el origen de esta colección titulada "Drunken Kiss".

María Escoté llama a su colección "El Ansia" y dice que representa el deseo de salir de la oscuridad y viajar hacia la luz para llegar al paraíso. El negro domina las primeras salidas y el blanco salvación va mezclándose poco a poco hasta hacerse protagonista absoluto.

Casi toda la colección, salvo un guiño inicial, es de prêt-à-porter porque la línea de baño se ha presenta en el 080 de Barcelona. Totom Comella, alma de la firma, se propone vestir el instante en que la mujer deja la playa y se pasea por la ciudad.

Capazos de arpillera y pareos se transforman en bolsos y faldas urbanas que Totom combina con camisas, cazadoras de verano y zapatos en tono maquillaje. Estos se llevan con minicalcetines en tonos fuertes, como malva, rosa o burdeos.

Pero no solo las prendas playeras conquistan la acera. El denostado chandal y el cómodo pantalón de pijama salen de casa con prendas de temporada que la diseñadora colorea con su típica paleta cromática: rosas palo, verde musgo, gris granito y marrón glacé. A ellos, en esta ocasión, se añade un naranja.

¿Qué pasa con la ropa después de Cibeles? Más Gente ha seguido el recorrido que hace una prenda desde que se presenta en la pasarela hasta que llega a la calle. Se lleva a un showroom internacional donde diseñadores y comerciantes hacen sus pedidos. Luego los originales se guardan. Todo lo que sale a la calle son copias que pasan por talleres donde se retocan para hacerlas más ponibles. Preparar cada colección conlleva un trabajo de seis meses que se resume en solo 10 minutos.

Sita Murt está contenta porque la colección ha funcionado muy bien, se ha vendido y estará, completa, en las tiendas. Un respiro para estos días de incertidumbre y temor.

La propuesta es cómoda, deportiva, y va dirigida a una mujer que se cuida y disfruta haciéndolo. El blanco radiante, seña de la casa, decora en total look todas las primeras salidas con pantalones rectos, tops sencillos y chaquetas de corte depurado.

La otra línea de colores es muy relajada y camina ligera por la gama de neutros, arenas y grises. Tan sólo el amarillo ácido y el verde river están presenten en el desfile. Dos pinceladas de humor y coquetería que dan un aire refrescante a la colección.

Bajo el título Under Beauty la diseñadora esconde su amor por David Lynch. Dice que en sus películas se ve lo que hay dentro de las personas y que en su colección ha querido mostrar qué hay bajo la belleza. Por eso estampa sus propias flores pero muestra también los escarabajos y las mariquitas que corretean entre ellas.

La mezcla de telas delicadas con tejidos más rudos, los estampados de palmeras y la influencia de distintos pintores han sido el denominador común de las colecciones de Ailanto, Ion Fiz y Elisa Palomino, que desfilaron hoy por la mañana en la tercera jornada de Cibeles Madrid Fashion Week.

Los hermanos Ailanto, Aitor e Iñaki, subieron a la pasarela una bellísima y cuidada colección en la que el color y el trazo del lápiz de los artistas del movimiento francés Nabi -Maurice Denis, Édouard Vuillard y Pierre Bonnard- han estado muy presentes.

Y bajo esa influencia Ailanto presentó vestidos, camisas y faldas estampadas con palmeras y hermosas aplicaciones rústicas que jugaban con finas tiras confeccionadas a base de pequeñas perlas y arandelas cromadas, todo un canto a las artes menores como las vidrieras, la cerámica o la joyería.

Para la segunda parte del desfile, los diseñadores reservaron los "looks" en los que han jugado con la idea de prendas de interior y de exterior. "Nos apetecía mostrar el interior de los vestidos desde que descubrimos la obra de la coreógrafa Pina Bausch", explicó a Efe Iñaki Muñoz, el 50 por ciento de Ailanto.

Idea que se tradujo en la reconstrucción de prendas lenceras y delicados vestidos en los que los forros, los botones, los pespuntes y las superposiciones de tejidos estuvieron presentes en siluetas rectas, con talle a la cadera.

Fiel a su estilo, Ailanto ha renovado su manera de mezclar colores y reinterpretar bieses, pespuntes, plisados y volantes, detalles que enmarcan las prendas bien confeccionadas. "Es nuestra colección más pictórica" aseguraron los hermanos Muñoz, que con este desfile celebraron su décimo aniversario en Cibeles Madrid Fashion Week.

Para su colección Moka, Ion Fiz también recurrió a los estampados de palmeras y al efecto trampantojo, tanto para las propuestas femeninas como para las masculinas.

Las mayoría de sus prendas se presentaron bañadas en una paleta cromática que iba desde el crudo hasta el antracita pasando por el rosa ahumado, el naranja caldero, el crudo o el verde.

Mediante cortes asimétricos, el diseñador creó sofisticados vestidos de cóctel y noche, faldas de capas, chaquetas muy entalladas y cazadoras tipo kimono, en los que el tejido de saco mezclado con lino llamó la atención.

Entre los complementos de Fiz sobresalieron los cinturones-fajín adornados con nácar y minerales, las pulseras de rafia y los tocados de flores.

El hombre Ion Fiz se visitó con tejidos tan relajados como el lino, la organza y la seda. Resultaron muy interesantes las siluetas estilizadas de las bermudas y el talle alto de los pantalones.

Inspiradas en las pinturas de hadas de la época victoriana y en los dibujos de la porcelana china, Elisa Palomino, que desfilará el próximo martes en la London Fashion Week, exhibió una colección barroca y colorista repleta de palmeras, flores y mariposas.

Muy vistoso resultó un vestido de tul beige y verde bordado con hermosas flores subido sobre unos botines de clara influencia victoriana.

La reina del corsé español, Maya Hansen, fue por libre y presentó un gran número de corsés, la mayoría de ellos tuneados con pelo artificial que simulaba cabello natural.

La mujer que presentó Maya Hansen fue una mezcla de Madonna y Lady Gaga, dos divas que admiran y exhiben el corsé. Sin embargo, estas propuestas no mostraron ese halo brillante y exquisito que las grandes estrellas requieren. Muy aplaudido por su fans fue un corsé elaborado con cerca de 6.000 cristales de diferentes formas de Swarovski Elements.

Juanjo Oliva cumple diez años en la moda con nombre propio porque antes ya había trabajado con celebridades como Sybilla. De su trato con ella conserva el gusto por el color y la pasión por los tonos especiales alejados del circuito más comercial.

La colección se inspira en el dorado Hollywood. El diseñador pone énfasis en los hombros, con pliegues y ondas que recuerdan al glamour (pero el de verdad) de Joan Crawford. Oliva los colorea en azul pato y en rosa flamenco, las dos aves que le prestan los tonos de sus plumas, y además los adorna con sutiles joyas de oro con forma de hoja de palmera (más palmeras) obra del libanés Assad Award.

Salvo esas dos concesiones al color, el resto de la colección se entrega al blanco y al negro. Con ellos crea vestidos envolventes, de patrón genial y y tejidos trabajados. Destaca uno negro con un babero fabuloso de chantilly y otros con tubos bordados en oro. Con el regio metal también crea cadenas finísimas que decoran chaquetas y pantalones, o se esconden en el interior para marcar el movimiento de la falda.

Aplausos para la colección de AA de Amaya Arzuaga. La burgalesa firma su trabajo menos oscuro y canalla con una propuesta colorista y muy femenina. Rojos, amarillos y morados se alían con gris perla y crudos para resaltar en el desfile que ha relegado a los negros, tan apreciados por ella, a las últimas salidas.

Amaya trabaja con ansia pliegues planchados para inventarse volúmenes en cuerpos y faldas. Las mini son más mini que nunca y los shorts, también en talla S, se convierten en una de las piezas estrellas de la colección.

No se olvida de los vestidos patchwork de diferentes texturas y destacan los bodys con aires de los años 50. Punto transparente, algodones con barniz y microtafetán se alegran en tonos arena o mostaza ácido, y destacan los bañadores en crudo y rojo.

Música de AC/DC en el desfile de Lemoniez aunque su colección suene más a violín o arpa. Su propuesta, repetitiva, se dibuja en marrones y negros que permiten que se luzcan otros como azules y naranjas.

El blanco se asoma con timidez en las primeras salidas pero va cogiendo confianza y se hace con la colección. Un único estampado, de aire retro, se repite en varios vestidos que parecen el mismo.

Las líneas son muy puras, rectas y enmarcan chaquetas y vestidos de trazo geométrico. Otros vestidos en marrón van abotonados por delante y , como en el resto de la colección, desprenden un aroma invernal.

Destacan, ante tanta sobriedad, los zapatos y los bolsos en colores intensos o blanco. Y sobre blanco ha estampado un gran lazo azul para cerrar el desfile y regalar la colección al público.

Los hermanos Ailanto se inspiran en los pintores nabis y en los cuadros de vidrieras del siglo XIX, pero también en la joyería de la época. Amarillos y verdes cristal comparten paleta cromática con verdes jabón, rosa pastel y crudos o platas. Los hermanos Muñoz han invertido esfuerzo y tiempo en los tejidos para conseguir resultados sorprendentes. Destacan las prendas de lino tratado con acetato que imitan a la piel.

Maya Hansen ha dado el salto desde la plataforma El EGO de Cibeles a la primera fila y ha desfilado hoy junto a Juanjo Oliva, Ailanto y Amaya Arzuaga.

Un video en el que una chica recordaba a Madonna en Erótica ha precedido el desfile que parecía un homenaje a Lady gaga. Dos íconos separados por generaciones, con un público común y las dos son amigas del corsé.

Maya hace corsés y otras prendas para acompañarlos. En negro sado, dorados marbella y marrones correa que aprietan una colección nocturna, salvaje y con detalles fetichistas. Llaman la atención las aplicaciones de pelo, las cadenas metálicas y los flecos de cuero que coloca en las caderas o en los zapatos. Un tanto ochenteras y trasnochadas porque los 80 quieren volver pero con su lado más lúcido, divertido y pijo. ¡ Las sudaderas de Amarras son lo más ahora !

Una moda globalizada, adaptada a todas las nacionalidades que se dan cita en una pasarela. Palabras en inglés que cada vez están más en la calle, aunque hay excepciones.

Elisa Palomino se inspira en los jardines y estanques en los que viven las hadas y las ninfas. Su colección es etérea, femenina y está influenciada por las culturas orientales y la época victoriana.

Los vestidos en crêpe de seda recuerdan a la porcelana inglesa de Wedgwood. La tela es azul tocador y los bordados en blanco recrean paisajes chinescos con pagodas, uno de los elementos protagonistas del desfile ya que también han inspirado tocados tridimensionales de Angel Amor que recuerdan a los de Josep Font.

Ion Fiz planta dos enormes palmeras de cartón sobre la pasarela para presentar su colección Moka. Cerramos los ojos y soñamos con cocos, cafetales y brisas del pacífico que nos traen siluetas y tejidos de otras culturas.

Destacan los contrastes de texturas. Fiz mezcla sedas en tonos moka con faldas de rafia y tela de saco, y las faldas de seda con plumas, superfemeninas, conviven con camisas y chalecos de corte masculino. Todo en perfecta armonía.

Mediante impresión digital el diseñador estampa dibujos refrescantes y nostágicos como troncos de árbol, palmeras (que también veremos en Ailanto), ostras y una deliciosa puesta de sol que convierte la falda sobre la que está estampada en una ventana al mar.

La India inspira a Kina Fernández para dibujar su colección de primavera-verano de 2012. El exotismo y el lujo de los tejidos da a la colección un aire festivo, y los estampados de pequeñas flores aportan un toque romántico. Flores y rayas alegran el desfile, y también los topos que Kina estampa en tamaño grande o decora con bordes de hilo brillante. Brillos hay tambien en los tejidos, en los cinturones y en los tirantes de algunos vestidos. Unos en tono dorado y otros en cobre.