Recién llegado de Arabia Saudí y sin apenas tiempo para haberse recuperado, Francisco Benavente regresaba a su puesto de trabajo como profesor de automoción en el Instituto de Formación Profesional número 1 de Santander situado en Peñacastillo.
Allí, y sin él saberlo, le esperaban alumnos, exalumnos y compañeros para darle una calurosa bienvenida tras haber participado por primera vez en el Rally Dakar. “Esto ha sido una encerrona en toda regla” decía entre aplausos. Su sonrojo no evitaba que se le viera la emoción que sentía al estar de nuevo en casa. Y para el recuerdo quedó una brillante placa que le entregaron desde la dirección del centro.