Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Pusimos nuestros ojos en Somalia cuando los piratas secuestraron el atunero español Alakrana, pero poco sabemos de lo que sucede en tierra. Una disputa de clanes desde 1991 hace de este país una tierra sin ley, en la que no entran ni periodistas ni ONG. Pero, ¿por qué nos olvidamos de conflictos como éste?

Para Jesús Núñez, del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria, "cuando no hay un interés geoeconómico en juego, cuando no hay un interés vital que afecte a los países occidentales, que son los que en definitiva tienen más peso en los órganos internacionales en los que se toman decisiones, sencillamente miramos para otro lado". Es el caso de casi todos los conflictos de Asia y África.

Los transportes y las tiendas de la capital marfileña, Abiyán, han echado el cierre ante la huelga general indefinida convocada por el candidato ganador. Los alimentos empiezan a escasear y algunos como la carne, la leche y el azúcar han duplicado sus precios. El caos y la violencia se adueña de las calles y un convoy de la ONU ha sido atacado cuando patrullaba uno de los barrios más populares de la ciudad.

Mil quinientas toneladas de residuos se acumulan en las calles de la tercera ciudad de Italia. El conflicto dura ya dos meses, a pesar de que el primer ministro Berlusconi dijo en octubre que lo resolvería en unos días.

Temporal considerado histórico, que bloqueó sus aeropuertos y transportes. La lentitud para despejar la ciudad está poniendo a prueba la paciencia de sus habitantes, cada vez más críticos con la gestión de las autoridades.

Aumenta la preocupación de que el país camine hacia la guerra civil. La mediación de la Unión Africana para que el presidente Gbagbó reconozca su derrota en las elecciones del mes pasado ha fracasado y eso podría abrir la puerta a una intervención militar internacional.

Parece una neblina, una nube de polvo, pero en realidad se trata de un enjambre de langostas, una imagen digna de una película de Hitchcock, que están arrasando los campos de cultivo de Donald, una pequeña localidad australiana en el Estado de Victoria.