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Israel y Hamás están en guerra tras el ataque por sorpresa del grupo palestino desde Gaza del 7 de octubre. Los bombardeos cruzados prosiguen en la undécima jornada de enfrentamientos, mientras las cifras de víctimas no dejan de aumentar.

Israel ha bombardeado un hospital en la Franja de Gaza donde han muerto cientos de personas. En el 24 horas de RNE, Husni Abdel Wahed, embajador de Palestina en España, asegura que no es el único hospital amenazado y que los hospitales además de albergar a los enfermos "ahora son refugio de la población amenazada por Israel".

Pedro Sánchez, presidente de España en funciones, pone el foco en la llegada de la ayuda humanitaria a Palestina y reitera la condena rotunda del atentado perpetrado por Hamás. También Sánchez ha pedido a Israel que cumpla con el derecho humanitario. Husni Abdel Wahed se muestra positivo con estas palabrass pero recuerda que "el pueblo palestino durante los últimos 75 años ha escuchado declaraciones de buenas intenciones que nunca se han concretado"



El Consejo de Seguridad de la ONU ha rechazado la resolución presentada por Rusia en el que se pedía el fin de los bombardeos cruzados, la liberación de todos los rehenes israelíes, el acceso de la ayuda humanitaria o la apertura de un corredor seguro para evacuar a los civiles. Necesitaba nueve votos positivos para aprobarse pero recibió cinco. En cualquier caso, EE.UU., Reino Unido y Francia habían anunciado que de salir adelante ejercerían su derecho de veto. La razón, han argumentado, es que el documento en ningún momento menciona a Hamás ni lo reconoce como grupo terrorista. Tras la votación, los bloques enfrentados se han lanzado reproches al no conseguir un acuerdo común de mínimos que condene la violencia y ofrezca la ayuda humanitaria necesaria.

Todas las personas capturadas son un botín de guerra para Hamás, que ya ha dicho que los soltará a cambio de liberación de la liberación de 6.000 presos palestinos. Es imposible saber cuando se grabó el vídeo de la rehén. Pero es la primera prueba de vida de uno de ellos y eso, Usoa Zubiría, quizá pueda ayudar a aliviar la angustia de sus familiares.

El estallido del conflicto también está poniendo a prueba la convivencia entre distintos sectores de la población israelí. Un 20% tienen el árabe como lengua materna y en su mayoría profesa la religión musulmana.

Abu Gosh es un pueblo árabe-israelí que vive del turismo judío, que ha descendido un 90% desde los ataques de Hamás.

Los árabes-israelíes, como quienes viven en Abu Gosh, son árabes de religión musulmana y cristiana que tienen nacionalidad de Israel. Son unos 2 millones de personas, un 20% de la población. Casi la mitad vive por debajo del umbral de la pobreza y tiene poco peso en el Parlamento, por lo que se les consideran ciudadanos de segunda.

España e Israel dan por "zanjado" el choque diplomático por las críticas de la ministra de Podemos Ione Belarra. El ministro de Exteriores tacha de "gesto inamistoso" el mensaje de la embajada israelí y recuerda quiénes están autorizados para hablar de política exterior: el presidente y él mismo.

Foto: EFE/Kiko Huesca

El paso de Rafah, al sur de la Franja de Gaza tiene carteles en los que ponen que está cerrado y que es peligroso estar ahí por los bombardeos israelíes. Aún así, grupos de gazatíes con doble nacionalidad se acercan.

Rafah es el único paso de la Franja que controla Egipto. Da acceso al Sinaí, una península que exceptuando algunos puntos turísticos es un gran desierto, donde además operan grupos yihadistas. El Cairo siempre ha temido la llegada de miembros de Hamás, aliados de la organización islamista Hermanos Musulmanes, considerados terroristas por Egipto. Por eso, salir por aquí, nunca ha sido fácil para los gazatíes.

"Entrada de ayuda humanitaria, sí", dice el ministro de Exteriores egipcio, pero nada de permitir la entrada masiva de palestinos de Gaza. Los camiones humanitarios, con alimentos, agua y medicina, siguen esperando la apertura de la frontera en el lado egipcio. A escasos kilómetros, los gazatíes tratan de conseguir algo de pan. Mientras, los bombardeos israelíes siguen haciendo estragos.

FOTO: REUTERS/Stringer