La furia del huracán Milton llegó al caer la noche. Tocó tierra en Cayo Siesta, en la costa central oeste de Florida, como huracán de categoría 3, soplando vientos sostenidos casi 200 km/hora. Enseguida perdió fuerza mientras atravesaba la península. El techo del estadio del equipo de béisbol de Tampa, que debía servir de refugio para los equipos de emergencia, no resistió el embate. Los rescates continúan, aunque el operativo no pudo responder hasta que fue seguro acudir a las llamadas de socorro.
Sin embargo, de momento, los virulentos tornados que precedieron al ojo del huracán registran efectos más letales. Se cobraron varias vidas en una comunidad de jubilados y destruyeron más de un centenar de casas.
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