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La investigación sobre el tiroteo en un instituto de Parkland, Florida (EE.UU.), en la que murieron 17 personas, está revelando numerosos fallos de las agencias y fuerzas de seguridad del país. Ahora se ha sabido que el agente de policía que vigilaba el instituto Marjory Stoneman Douglas, donde el joven Nikolas Cruz perpetró la matanza, no entró en el centro para detener al agresor durante el tiroteo.

El agente, Scot Peterson, ayudante del sheriff del condado, ha dimitido antes de afrontar su suspensión tras la investigación.

El vídeo de la cámara de seguridad del centro muestra al policía, uniformado y armado, llegar al edificio donde tuvo lugar el tiroteo tan solo 90 segundos después de los primeros disparos, y esperar allí sin hacer nada durante cuatro minutos. El tiroteo duró unos seis minutos.

Peterson, de 54 años, llevaba una década asignado a la protección del centro.

"Lo que he visto es a un ayudante llegar a la zona oeste del edificio 12, tomar posición y no entrar nunca", ha relatado el sheriff del condado de Broward, Scott Israel. Preguntado por lo que debería haber hecho Peterson, su jefe ha respondido: "Entrar. Enfrentarse al asesino y matarle".

El tiroteo, una de las peores matanzas en una escuela estadounidense, ha revivido en Estados Unidos el debate nacional sobre el control de armas. El presidente, Donald Trump, ha sugerido que una manera de combatir este tipo de violencia es armas a los profesores. "Saldría más barato que los guardias", ha argumentado Trump al defender esta propuesta, planteada anteriormente por la Asociación Nacional del Rifle, el lobby de las armas en el país.

El presidente de Estados Unidos ha asegurado que reforzar la seguridad en las escuelas es la máxima prioridad de la administración y ha sugerido que algunos profesores deberían disponer de armas ocultas para responder en caso de un tiroteo. Donald Trump ha lanzado este mensaje mientras recibía en la Casa Blanca a una veintena de personas afectadas por tiroteos, entre ellos supervivientes del ataque en el instituto de Florida en el que fueron asesinadas 17 personas. Entretanto, miles de jóvenes se han manifestado frente al Capitolio, en Washington, para exigir un mayor control de las armas.

Un hombre se suicidó la noche del miércoles en Montenegro después de lanzar un artefacto explosivo al interior de la la embajada estadounidense en la capital, Podgorica. En un primer momento, la sede diplomática estadounidense pidió a los ciudadanos evitar la zona, y ahora trabaja con las autoridades locales para averiguar la identidad del atacante y la motivación de su conducta.

Un equipo de beísbol de Missouri organiza una rifa para recaudar fondos para financiar un viaje escolar. El premio, un fusil de asalto AR-15, arma militar y fetiche de los aficionados, legión en Estados Unidos, pero también favorita de los asesinos que han protagonizado masacres como la última en un colegio de Parkland, Florida. Tras la matanza, víctimas y víctimas potenciales levantaron la voz contra la laxitud regulatoria del uso de armas se elevó en el país, pero este clamor convive claramente con la enorme afición a las armas de los estadounidenses, algo que enraiza directamente en su cultura de colonizadores fronterizos. Más allá de la defensa personal, poseer armas es una pulsión y una diversión, tanto como para triunfar en una rifa escolar escogiendo ¿qué mejor premio que un AR-15?. Y sí, es, precisamente, una rifa escolar.