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El dueño del bar Koxka de Alsasua (Navarra) y una camarera de este local han testificado que no vieron la agresión a los dos guardias civiles y sus parejas, ni dentro ni fuera del establecimiento, y que cuando llegaron fuera del bar se encontraron ya con el teniente tendido en el suelo. Así lo han dicho en la tercera jornada del juicio contra ocho presuntos agresores de dos guardias civiles y sus parejas en la localidad navarra en la madrugada del 15 de octubre de 2016, que se enfrentan a penas de entre 12 años y medio y 62 años y medio de cárcel.
 

Despúes de ocho días de juicio, este miércoles han declarado los cinco acusados de la violación múltiple que integran el grupo autodenominado "la manada. Tres de ellos tienen antecedentes penales. El que podría considerarse el cabecilla del grupo lleva un tatuaje, identificado por la joven denunciante de la violación, al igual que otro de los acusados. Uno de ellos, sin antecedentes penales, es el único que ha reconocido el robo del móvil de la joven. 

Tres de los cinco acusados de violar a una joven en los sanfermines del año pasado se han ratificado en el juicio abierto contra ellos en que las relaciones sexuales con la denunciante fueron consentidas pero sin precisar cómo. El primero de ellos en declarar ha reconocido además que ese consentimiento no se produjo de palabraEl abogado de tres de los acusados, Agustín Martínez Becerra, ha señalado no obstante que hay otras formas de consentir, respecto a esa falta de consentimiento de palabra admitido por uno de sus defendidos. Salía al paso así de otras partes que han destacado que el primer testigo, conocido como "el Prenda", ha declarado que la joven dio su consentimiento con "gemidos".