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El asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 es un suceso difícil de olvidar dentro de la historia reciente en EE. UU. Un discurso incendiario de Donald Trump sobre un supuesto fraude electoral tras enfrentarse a Biden en las urnas sirvió como mecha de una manifestación que terminó de la peor forma posible. 

Cientos de simpatizantes del ya expresidente irrumpieron de forma violenta en el Capitolio. Portando armas de todo tipo, interrumpieron la sesión del Congreso y sembraron el caos a su paso.

Un año después, la herida sigue abierta. La división entre republicanos y demócratas es palpable y centenares de procesos tratan de ajusticiar a los culpables materiales e intelectuales de lo sucedido, estrechando cada vez más el cerco sobre Trump.

Finalmente el presidente de los EEUU sufre un revés algo más leve en las elecciones a varios estado. Los demócratas han perdido Virginia, pero a última hora han vencido por la mínima en Nueva Jersey. Pese a todo, es un mal aniversario para el presidente que ha visto como cae su popularidad por decisiones como la retirada de Afganistán o los complejos equilibrios políticos para sacar adelante en el Congreso alguno de sus proyectos. Informa el corresponsal en Washington, Fran Sevilla.

Cuando Joe Biden aterrizó en Washington, a su vuelta de Europa, ya sabía que era una de las peores noches de su presidencia. A esa hora el candidato demócrata, Terry McAuliffe, había perdido Virginia. Se votaba en varios puntos del país, pero los dos partidos estaban atentos a este estado y se tomaron Virginia como una prueba de fuego. El candidato republicano a gobernador, Glenn Youngkin, un empresario recién llegado a la política, encontró la fórmula mágica: hablar de los colegios, de la libertad de los padres y hacer campaña sin Trump, pero sin molestarlo. El expresidente lo apoyaba a distancia y él consiguió atraer a trumpistas y a conservadores moderados. Muchas mujeres que hace un año votaron a Biden esta vez le han dado la espalda a los demócratas.

FOTO: EFE / POOL / KEN CEDENO

La derrota de los demócratas en Virginia ahonda en el mal momento de Joe Biden que, un año después de su victoria electoral, ve como su popularidad está en los niveles más bajos desde que llegó a la Casa Blanca. La salida de Afganistán y la imposibilidad de llevar a cabo las reformas sociales más ambiciosas de su programa por discrepancias dentro de su propio partido son las principales causas del mal momento del presidente. El decano de la UNE y profesor de Política Exterior de Estados Unidos en la Escuela Diplomática, Gustavo Palomares, cree que Biden debería extraer lecciones de la derrota en Virginia. “Es un toque de atención de los sectores populares a Biden. Ese apoyo puede ser determinante para su reelección, igual que ya lo fue para su victoria”, ha explicado Palomares, que cree que una de las herramientas de Biden para superar el mal momento puede ser un Plan Nacional de Empleo que reinvierta en las clases medias y populares. Palomares cree que la mejor baza para los republicanos para las próximas elecciones sigue siendo Trump. “Es triste decirlo, pero no veo a otro candidato que asegure la cantidad de votos que consiguió Trump”.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha sufrido un duro revés en su primer test electoral desde que llegó a la Casa Blanca. El candidato de los demócratas a gobernador de Virginia, Terry Mcauliffe, ha sido derrotado por el republicano Glen Youngkin, quien ha remontado en el último mes la considerable desventaja que le daban las encuestas. Los demócratas pierden así la elección a gobernador que habían ganado en las dos anteriores contiendas en un estado, Virginia, en el que hace sólo un año Biden logró una amplia victoria sobre Trump.

La Cámara de Representantes ha aprobado por 254 a favor y 175 en contra el proyecto de ley para evitar el cierre de la Administración, que se quedaría sin fondos. Se trata de una prórroga hasta el próximo mes de diciembre. Se impide así que se produzca el cierre administrativo que hubiese dejado sin trabajo a miles de funcionarios en EE.UU. Informa el corresponsal en Washington, Fran Sevilla.

California decide si destituye a su gobernador, el demócrata Gavin Newsom, a través de un referéndum. El referéndum de revocación es una herramienta que ya se ha utilizado antes en ese estado, el más rico y poblado de Estados Unidos. El propio presidente Biden ha ido a apoyar a Newsom para que su partido no pierda poder.