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El Gobierno afrontará en otoño la reforma de las pensiones guiado por la necesidad de introducir cambios para evitar que el gasto se dispare. Su argumento: el envejicimiento de la población. Juan Torres, catedrático de Economía Aplicada de la universidad de Sevilla, no comparte sus recetas. El profesor acaba de publicar un trabajo titulado '¿Están en peligro las pensiones públicas? (05/08/10).

El presidente del Gobierno ha explicado las duras medidas tomadas en relación con las pensiones o el salario del los empleados públicos y ha destacado la reducción de un 7,7% del límite de gasto no financiero de los próximos presupuestos.

Mariano Rajoy ha afirmado que acepta todas las descalificaciones del PSOE, pero ha acusado al presidente del Ejecutivo de ensayar el mítin de Rodiezmo cuando ha hecho referencia al tema de las pensiones.

De esa reforma se va a encargar fundamentalmente el controvertido ministro de Trabajo, al que ayer el presidente Sarkozy, defendió frente a las acusaciones en relación con el llamado caso Bettencourt.

Ha dicho que al ritmo al que envejece la población en la Unión Europea debería ser así si queremos mantener las pensiones. Insiste en que es un cálculo, una hipótesis, no una propuesta.

Según sus cálculos, dentro de 50 años el número de trabajadores será sólo el doble que el de pensionistas, cuando el año pasado la proporción era de 4 a 1. Con ese escenario será necesario elegir, dice el comisario de empleo, entre pensionistas más pobres, cotizaciones más altas o trabajar durante más tiempo.