La interpretación de las leyes del mar mantiene a las 121 personas rescatadas hace cinco días de morir ahogadas en el Mediterráneo a la espera de que las autoridades de Italia o Malta den permiso al barco español Open Arms para desembarcar a los náufragos en tierra firme.
Brindar auxilio a quienes se encuentran en peligro de muerte en el mar es una obligación consagrada en el Derecho Internacional, en particular por la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar (Convención CONVEMAR) de 1982, por el Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar (Convenio SOLAS) de 1974 y por el Convenio Internacional sobre Búsqueda y Salvamento Marítimos (Convenio SAR) de 1979.
Cuatro días después de ser rescatados de un posible naufragio, los 121 inmigrantes a bordo del 'Open Arms' siguen a la espera de un puerto seguro. Italia y Malta son los puertos más cercanos, pero siguen sin autorizarlo. En la embarcación viaja la enviada especial de RTVE, Yolanda Álvarez.
Cuando los guardacostas libios interceptan a migrantes que intentan abandonar el país, los encierran en un centro de detención. Casi todos aquí han pasado por uno: adultos y menores.
El barco de la ONG Proactiva Open Arms ha rescatado esta madrugada a otros 69 migrantes en aguas del Mediterráneo, que se suman a los 55 que fueron socorridas por la embarcación este jueves, por lo que ya son 124 los migrantes que viajan a bordo de la embarcación, que busca un puerto seguro donde puedan desembarcar. Entre las personas rescatadas el jueves hay también 16 mujeres y dos bebés mellizos de nueve meses: viajaban en una barca a la deriva que tenía una vía de agua abierta por lo que difícilmente hubieran podido llegar a a salvo a las costas europeas. (FOTO: FRANCISCO GENTICO).
El barco de la ONG Proactiva Open Arms ha rescatado este jueves en el Mediterráneo a más de medio centenar de personas que viajaban en un barco a la deriva, entre ellas 16 mujeres y dos bebés.
Ante la situación de peligro y desgobierno, los socorristas han rescatado a los migrantes, que ahora se encuentran a salvo a bordo de la enbarcación.
Poco después de zarpar desde el puerto italiano de Siracusa, el Open Arms se encuentra con mala mar. Olas de más de dos metros nos acompañan en la travesía día y noche hacia la zona más mortífera del Mare Nostrum.
Tras el naufragio de 116 migrantes de la semana pasada, un operativo de Open Arms ha zarpado desde un puerto de Sicilia para reanudar las labores de rescate frente a las costas de Libia. Esta es su misión número 65. Desde la ONG reclaman que los estados se involucren en los rescates, ya que los recursos de Open Arms son limitados.
Miles de personas se han desplazado de un lado a otro de manera constante entre las áreas de Gedeo y Guji en el sur de Etiopía durante los últimos 15 meses, después del estallido de violencia étnica en abril de 2018 y de los esfuerzos continuos de las autoridades para reubicarlos. Los campos donde se alojaban ahora han sido cerrados, pero muchas personas no pueden regresar a sus hogares y permanecen desplazadas en las comunidades de acogida o en sus áreas de origen. La mayoría sobrevive en condiciones difíciles con poca asistencia humanitaria, luchando para proteger a sus hijos de la desnutrición y otras enfermedades.
Zebanesh es una de las miles de personas desplazadas que viven en el área de Gedeo, al sur de Etiopía. Lamenta la falta de trabajo y de dinero, pero sobre todo, de alimentos. "Tenemos hambre, ya no distribuyen alimentos. Estamos sufriendo porque no tenemos comida", explica a Médicos Sin Fronteras (MSF). La ONG advierte de que la gente vive en "muy malas condiciones", que impulsan la propagación de enfermedades por falta de higiene.
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados y su Comité Español ha lanzado la campaña Llámame loco, para denunciar la situación de millones de refugiados en todo el mundo, que necesitan una oportunidad para rehacer sus vidas. Lamentablemente la cifra de refugiados ha aumentado en los últimos años hasta superar los 70 millones de personas. Seres humanos que huyen de conflictos como los de Siria, Sudán, Etiopía ó Afganistán, que huyen aterrorizados de las zonas de conflicto y que en muchas ocasiones malviven hacinados en campos de refugiados ante la pasividad de las naciones más poderosas del mundo. Afortunadamente, la sociedad civil se viene movilizando, desde hace años para ayudar a estas personas, a través de diferentes organizaciones humanitarias, que con diferentes programas de asistencia, ayudan a estas personas. Hablamos de todo este panorama con la experta de ACNUR, Amaia Celorrio.