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En una guerra, además de las víctimas, lo primero que salta por los aires son cristales y ventanas. La explosión provoca que se rompan en mil fragmentos, casi tan mortíferos como un dron. Y aunque el impacto no haya sido directamente contra una casa, la reverberación de la onda expansiva puede hacer que estallen los de un barrio entero.

En Ucrania ya no se fabrican cristales porque se necesita gas y eso encarecía los precios. Los traían de Rusia, pero el Gobierno ha prohibido su importación. Ahora el metro cuadrado vale el doble que antes de la ocupación rusa.  Muchos vecinos se ven obligados a utilizar maderas y trozos de plástico para tapar las ventanas sin cristales, pero no siempre sellan bien y entra el frío por las rendijas. Foto: EFE/EPA/ROMAN PILIPEY

Los vecinos de la localidad de Stepne, en Zaporiyia, se han organizado para reconstruir los hogares de sus vecinos con una iniciativa llamada 'Batallón Dobrobat'. Es un grupo de voluntarios que ayuda a rehabilitar las casas destruidas por los misiles rusos. La mayoría no tiene experiencia en la construcción, pero aprende viendo a los demás compañeros.

El pasado 29 de diciembre 24 viviendas sufrieron daños tras ser atacadas por tres misiles S300. No hubo que lamentar víctimas mortales y, gracias al esfuerzo colectivo de este 'batallón solidario', tampoco nadie se quedará sin un techo bajo el que resguardarse.

Rusia ha reconocido ya la muerte de 89 soldados en el ataque de Año Nuevo contra un cuartel en la región anexionada de Donetsk. El Ejército ucraniano pudo localizar su posición porque los militares estaban usando sus móviles para felicitar el año a sus familiares.

El ataque ha provocado críticas internas de políticos y militares rusos que se preguntan por qué había tal cantidad de tropas a tiro de los ucranianos y por qué los soldados dormían tan cerca de almacenes de munición.

FOTO: REUTERS/Alexander Ermochenko

El apoyo exterior de Occidente a Ucrania, la evolución de los liderazgos de Putin y Zelenski, la posible escalada nuclear o la extensión del conflicto más allá de las fronteras ucranianas son algunas de las variables decisivas que pueden influir en el desarrollo de la guerra a lo largo de la primera mitad de 2023. Lo analizamos con Alberto Bueno, profesor del departamento de Ciencia Política de la Universidad de Granada y editor de Global Strategy, un centro de estudios que, junto con la Revista Ejércitos, acaba de publicar un análisis prospectivo sobre la guerra de Ucrania en 2023.

Todo empezó en 2014 con la revolución del Maidán. Manifestantes antirrusos retiraron la estatua de Lenin, padre del comunismo ruso, instalada en pleno centro de Kiev.

Hoy, nueve años más tarde y tras más de diez meses de guerra con Rusia, muchos ciudadanos ucranianos reclaman la retirada de la simbología rusa que queda en sus calles.

En Bucha, cerca de Kiev, nadie celebra el Año Nuevo. Un equipo de TVE acompaña a Nina al edificio donde vivía con su marido y su hija en la ciudad donde se masacró a cientos de civiles. Allí, no quedan familias para celebrar. Tampoco niños jugando en el parque. Todos fueron evacuados antes del bombardeo y no hubo víctimas. Ella no puede dejar de venir a ver cómo está el que antes era su hogar.

Foto: AP Photo/Vadim Ghirda

Mientras el mundo celebraba la llegada del año nuevo, en Ucrania, las sirenas antiaéreas sonaban alertando de un nuevo ataque ruso. Una treintena drones iraníes fueron interceptados después de la media noche. En su discurso de año nuevo, el presidente Zelenski deseaba solo una cosa: que este sea el año de la victoria.

Foto: AP PHOTO/FELIPE DANA