En cada una de las habitaciones del Hospital Nacional de Parapléjicos, en Toledo, hay una historia. Es el caso de Sergio, de 43 años, quien llegó hace poco más de un mes. Un mal salto a una piscina le dejó tetrapléjico, aunque podrá recuperarse. Esta es una de las primeras lecciones que ha aprendido al llegar. Uno de los principales objetivos del centro, que combina la labor terapéutica y clínica con el estudio de la médula espinal, es preparar a los pacientes para afrontar su nueva realidad cuando se marchan. La salud mental es otra de las patas fundamentales de los tratamientos. La mayoría de pacientes salen de casa sin saber que ya no volverán andando, siendo el momento más duro para ellos.
El centro es el único público especializado en parapléjicos de España, donde hay pacientes de todas las comunidades. Junto a ellos vienen a Toledo sus familias, que tienen que buscar alojamiento para estar cerca durante el ingreso. Aunque hay ayudas, para muchos siguen sin ser suficientes.