Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

El parlamento turco ha dado luz verde al posible envío de tropas a Siria. Ankara dice que no es una declaración de guerra sino una moción disuasoria. Como prueba de que la tensión se ha rebajado, el gobierno turco ha aceptado las disculpas del gobierno de Al Assad por la caída de uno de sus obuses en territorio turco.

El gobierno turco será ahora quien decida si envia esas tropas, cuándo y cómo. El mensaje que envía desde Ankara es que no quiere la guerra y que actuará en coordinación con la comunidad internacional. El gobierno de Assad, por su parte, ha pedido disculpas a Turquía.

Las autoridades turcas han dicho que habrá represalias por la caída de un obús sirio en su territorio, que ha matado a 5 personas y herido a otras trece. El secretario general de la ONU ha hablado por teléfono con el Ministro turco de exteriores para tratar de calmar los ánimos. Mientras, en Siria, han muerto más de 60 personas, la mitad en Alepo. Según la televisión oficial Siria, estos son los escombros a los que ha quedado reducido el centro de la ciudad tras una cadena de atentados con coches bomba.

Es el último ataque contra una de las ciudades sirias más castigadas por los combates. Medios libaneses aseguran que el mismo presidente Bachar Al Asad podría estar en Alepo después de ordenar el despliegue de otros 30.000 soldados.

Unos 1.500 puestos comerciales se han quemado por el incendio en el histórico zoco de Alepo, que ha ardido este fin de semana en medio de los bombardeos y los choques entre los rebeldes y las fuerzas del régimen de Bachar al Asad.

"Creemos que el fuego se ha apagado. No nos podemos acercar al zoco porque hay muchos francotiradores en la zona", dijo a Efe por internet la activista Zina al Halabi, residente en esa ciudad del norte de Siria.

La ONU pide 380 millones de euros para atender a los cientos de miles de sirios que huyen del país. Hoy la violencia se recrudece en Alepo, la segunda ciudad de Siria, donde los rebeldes aseguran que han lanzado su ataque más coordinado hasta ahora.

Los choques entre soldados sirios y milicianos opositores se han endurecido este viernes en varios barrios de Alepo, la principal ciudad del norte del país, después de que el rebelde Ejército Libre Sirio (ELS) lanzase el jueves una campaña para controlar esa población.

La brigada Al Tauhid (Monoteísmo), que incluye a la mayoría de los grupos rebeldes en Alepo, asegura en un comunicado en su página en Facebook que su combatientes se enfrentan de forma violenta a los soldados gubernamentales en el barrio septentrional de Sheij Maqsud.

La fuente agrega que los choques entre las dos partes han estallado también cerca de la conocida mezquita de Al Amaui, ubicada en el centro de Alepo, donde los rebeldes han destruido un vehículo militar del Gobierno.

Por su lado, la agencia oficial siria Sana ha anunciado en una breve nota que "las fuerzas armadas sirias se enfrentaron a un grupo terrorista armado que intentó atacar el barrio de Sheij Maqsud, lo que causó graves daños entre los terroristas".

Naciones Unidas alerta de que no hay dinero para atender las necesidades de los refugiados y desplazados por el conflicto sirio. Mientras, han continuado los enfrentamientos entre el ejército rebelde y las fuerzas del presidente Al Asad. La oposición siria asegura que el el miércoles fue el día más sangriento desde que empezó la guerra, con más de 340 muertos por la represión del régimen. Y denuncia, además, que está aumentado la violencia sexual y las torturas a los niños. Cada día huyen del país entre 2.000 y 3.000 personas, según la ONU.

La ONU se prepara ante la posibilidad de que se alcancen los 700.000 refugiados sirios en los países vecinos para finales de este año. Cerca de medio millón ha abandonado ya Siria y cruzado a Turquía, Líbano, Irak y Jordania. Más de la mitad no han podido registrarse formalmente como refugiados. Según el coordinador de ACNUR, cada día están cruzando las fronteras entre 2.000 y 3.000 en los dos últimos meses.