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Tras el desminado de sus ruinas romanas, las calles de la antigua ciudad de Palmira ya pueden ser visitadas libremente, aunque desplazarse hasta la joya del desierto sirio es toda una odisea debido a la amenaza del Estado Islámico. "Casi la mitad de los monumentos de Palmira fueron destruidos por los yihadistas, pero el daño no es irreparable. La restauración debe empezar cuanto antes, pero puede llevar décadas", dijo Mijaíl Piotrovski, director del Museo del Hermitage de San Petersburgo. En su opinión, la restauración debe empezar por el Arco de Triunfo, el símbolo de la Ciudad de las Palmeras para los romanos y de los Dátiles para los árabes (Tadmor), y que fue dinamitado por los terroristas, al igual que el templo de Baala, cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo.

El anfiteatro romano de Palmira, que albergó algunas de las ejecuciones realizadas por el Estado Islámico durante los diez meses en los que la ciudad siria estuvo bajo el control del grupo yihadista, ha acogido este jueves un concierto la orquesta sinfónica del teatro Mariinsky de San Petersburgo para celebrar la libración de las ruinas Patrimonio de la Humanidad.

Decenas de personas han muerto en las últimas 24 horas en los intensos combates en Alepo entre fuerzas gubernamentales y los rebeldes islamistas por el control de esta ciudad siria. Así lo han asegurado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH, una ONG con sede en Londres) y fuentes de ambos bandos citadas por la agencia Reuters.

Milicianos pertenecientes a la sala de operaciones "Fatah Alepo" (Conquista de Alepo), donde están incluidos varios grupos opositores, iniciaron la ofensiva en la que arrebataron a las autoridades sirias varios puntos del oeste de la localidad, según ha confirmado el activista Abdel Karim Leili a la agencia Efe. Este ataque de los rebeldes "es en respuesta a las masacres del régimen contra los civiles", ha destacado Leili.

La batalla por Alepo ha costado 300 vidas en dos semanas, la mayoría civiles. "Ni Al Asad, ni América, ni Rusia: nadie en el mundo conseguirá que entreguemos Alepo", gritos desde la zona rebelde. "Esta guerra no se acaba", advierte a Al Asad el jefe de la diplomacia estadounidense. Porque la oposición, augura Kerry, seguirá combatiéndole mientras siga en el poder. Roto el alto el fuego, se combate también a las puertas de Damasco.

Los cohetes siguen cayendo en los barrios de Alepo bajo control gubernamental. Según los primeros datos, han causado las muertes de tres miembros de una familia y varios heridos. Las autoridades locales atribuyen las acciones al Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda. En el oeste de la ciudad hay enfrentamientos entre grupos rebeldes y el ejército, que arroja barriles explosivos desde helicópteros. También está bombardeando en la periferia de Damasco. Todo esto ocurre a pesar del alto el fuego vigente, y de que Rusia ha vuelto a afirmar hoy que el país se está estabilizando.