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La muerte de un joven vendedor ambulante este jueves por la tarde a causa de un paro cardíaco en el barrio madrileño de Lavapiés durante un control policial contra el top manta ha derivado en graves disturbios.Compañeros del fallecido y manifestantes que han acudido en respaldo al colectivo de 'manteros' se han enfrentado con los agentes antidisturbios de la Policía Nacional que han cargado contra ellos.

La Guardia Civil ha concluye que Ana Julia Quezada actuó sola y mató al niño Gabriel Cruz en la finca de Rodalquilar. Según los investigadores, el cádaver permaneció enterrado semidesnudo en la finca de Rodalquilar desde que murió el 27 de febrero, como reveló la autopsia, en un "agujero" que hizo Quezada y que estuvo oculto con "tierra, cantos, piedras decorativas y unos tablones", y que no lo hallaron en inspecciones en el terreno porque nunca buscaron a un niño que estuviera muerto.

Los investigadores de la Guardia Civil al frente de la búsqueda del niño Gabriel Cruz han resumido los errores que cometió la asesina confesa, Ana Julia Quezada, y que condujeron a su detención.

"Acumulamos un cúmulo de incongruencias, movimientos extraños (...) como por ejemplo que apareciera la camiseta, las condiciones en que aparece, en una zona en la que ya se había buscado, la camiseta está seca y ella fue quien propuso buscar ahí (...) continuas mentiras (...) pérdidas de terminales telefónicos, contradicciones continuas, incluso movimientos muy extraños que no concuerdan con lo que le dice a la familia que va a hacer".

"Queríamos que cometiera el último error (...) y finalmente lo hizo la mañana del domingo cuando se vio un poco liberada", han explicado.

"La pena - ha añadido el mando - es que queríamos que nos llevar a una habitación donde estuviese gabriel y nos llevó al sitio donde estaba [el cadáver]".

Los mandos de la Guardia Civil que han explicado este jueves los pormenores de la operación de búsqueda del niño Gabriel Cruz han descrito a la detenida, Ana Julia Quezada, "desde un punto de vista policial", como "una persona con una frialdad máxima, con falta de preocupación sobre otras personas, posesiva, egocéntrica, y a la que circunstancias que le son negativas provocan ansiedad muy grande", además de "bastante manipuladora".

Los padres de Gabriel Cruz han denunciado el tratamiento por parte de algunos medios de comunicación de las informaciones sobre el caso al haber publicado "titulares que no fueron ciertos" y “la interferencia” que han provocado “en ocasiones” en la investigación, cuando la autora confesa del crimen, Ana Julia Quezada, salía a desplazarse y era seguida por los medios en los días previos a su detención.