Después de un año muy difícil muchas bodegas apuestan por ofrecer nuevas experiencias más allá de las catas de vinos tradicionales; por ejemplo, festivales, alta gastronomía y hasta visitas sensoriales. Oler a ciegas, tocar los viñedos, pisar la tierra... más allá de una cata de vinos al uso.
Tras sufrir en 2020 una caída de más del 70% en el número de visitantes por la pandemia el nuevo enoturismo en España ofrece experiencias diferentes. Muchas bodegas cuentan con hoteles dentro de sus instalaciones y eso atrae a más público. Un enoturismo que se entremezcla con la gastronomía de alto nivel, algo que encontramos en plena Ribera del Duero, donde recientemente se han unido tres bodegas y sus respectivos restaurantes.