Dos años lleva ya el periodista Pablo González en una cárcel polaca. Hasta en ocho ocasiones le han prorrogado la prisión provisional. A Pablo le acusan de espiar para Rusia, pero siguen sin presentar cargos contra él. Su familia sólo ha podido verle dos veces. Asegura que está bien de ánimo. Siguen denunciando que se están vulnerando varios derechos, como el de defensa.
Al Gobierno le piden que haga más. Así han recordado a Pablo frente al Congreso, donde al ministro de Exteriores le han preguntado sobre el caso. Albares ha recordado que el periodista tiene desde el principio asistencia consular y que él personalmente ha hablado en reiteradas ocasiones con sus colegas polacos.
E insiste en que desde el gobierno español siguen reclamando que haya un juicio oral lo antes posible.
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