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La estrecha alianza de Rusia con Corea del Norte exhibida esta semana con el viaje de Vladímir Putin a Pionyang, inquieta a Occidente en plena guerra en Ucrania. Según el catedrático de Relaciones Internacionales de la universidad King's College London, Ramón Pacheco, el presidente ruso puede buscar el desvío de la atención del conflicto en Ucrania con este acercamiento. Corea del Norte es, además, el principal proveedor balístico de Moscú.

FOTO: AP VÍA KREMLIN / GABRIIL GRIGOROV

La visita del presidente ruso, Vladímir Putin, a su homólogo norcoreano, Kim Jong-un, muestra la gran sintonía que ambos mandatarios poseen, así como las sólidas relaciones de sus países. Con regalos de lujo y cena de élite, ambos brindaron por su unión diplomática. Dos países aislados internacionalmente por Occidente buscan alianzas complejas, con movimientos políticos que buscan que Putin saque pecho y obtenga los apoyos militares necesarios para sustentar el conflicto en Ucrania.

Hasta 24 años han pasado desde la última visita del presidente ruso, Vladímir Putin, a Corea del Norte. Su llegada ha supuesto un fastuoso despliegue para dar la bienvenida al "mejor amigo" del líder norcoreano Kim Jong-un. Una visita histórica que queda sellada con una alianza entre dos países considerados "rivales" de Occidente. El acuerdo de asociación estratégica incluye la intervención de las dos potencias nucleares en caso de que sean atacadas, lo que refuerza la cooperación tanto política como militar entre ambos países.