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El lanzamiento de un misil balístico experimental ruso que golpeó a la ciudad ucraniana de Dnipró inquieta a Estados Unidos. El Pentágono ha reconocido que se trata de un nuevo tipo de arma con capacidad letal en el campo de batalla ucraniano. A pesar de ello, Washington matiza que no ha percibido cambios en la postura nuclear de Rusia y confirma que Moscú les avisó del ataque antes de llevarlo a cabo a través de un sistema de comunicación permanente entre las dos potencias.

El Kremlin dice que el ataque, con un proyectil vacío, pero diseñado para portar cabezas nucleares, es una advertencia a los países occidentales que "ofrecen de forma imprudente" su armamento a Ucrania, en referencia a los misiles estadounidenses, británicos y franceses que acaba de estrenar Kiev contra territorio ruso. El líder norcoreano, Kim Jong Un, que ha dotado al ejército ruso con más de 10.000 soldados, también acusa a Estados Unidos de alentar una escalada nuclear.

Tras los impactos de los misiles rusos sobre Dnipro, Kiev acusaba inmediatamente a Moscú de lanzar por primera vez sobre territorio ucraniano un misil balístico de tipo intercontinental, capaz de llevar una carga nuclear y alcanzar objetivos a más de 5.000 kilómetros. En Rusia, su presidente, Vladímir Putin, confirmaba haber lanzado un nuevo misil balístico hipersónico, pero, en esta ocasión, de alcance medio. Fuentes estadounidenses también han desmentido la versión de Kiev, dado que el uso de misiles intercontinentales podría conducir a una escalada sin precedentes.

En todo caso, nadie duda de que, sean de uno u otro tipo, los lanzados hoy son la respuesta de Moscú ante los ataques ucranianos sobre territorio ruso de esta semana con misiles estadounidenses y británicos.

Entretanto, y en el plano de la llamada "guerra híbrida", Dinamarca vigila un carguero chino anclado en aguas danesas. Sospechan que puede estar relacionado con el corte de dos cables de telecomunicaciones submarinos en el Báltico. Pekín dice que no sabe nada al respecto.

¿Qué ha pasado, qué está pasando y qué puede pasar en Ucrania después de 1.000 días de guerra? Lo analizamos con Christian Villanueva, director de la Revista Ejércitos, en este capítulo especial en el que, además, escuchamos las historias de dos matrimonios hispano-ucranianos que han recorrido caminos completamente opuestos desde que empezó el conflicto: Javier Larrauri y Olga Pronchuk vivían en Ucrania y desde que estalló la guerra residen en Alicante; Javier Espárrago y Natalia Kolomiiets, vivían en Dinamarca y decidieron regresa a Ucrania hace unos meses.

Biden permitirá a Ucrania usar armas estadounidenses para atacar a Rusia dentro de su territorio: "El cambio de postura se produce después de que Moscú incorpore soldados norcoreanos a su guerra", explica María Carou, corresponsal en Estados Unidos de RNE. En Las Mañanas con Josep Cuní, el coronel retirado que fue agregado de defensa en Rusia y Ucrania, Manuel Morato, considera que este movimiento "sin duda alguna es una escalada" y una forma de demostrar que Biden "quiere demostrar que el empeño de Estados Unidos es apoyar a Ucrania". Morato piensa que se ha ido aumentando la escalada desde el comienzo de la guerra:" Desgraciadamente, Ucrania no está ganando y eso no es bueno para las ucranianos, pero las consecuencias las estamos pagando en Europa", argumenta y añade: "Y las vamos a pagar. El final no es nada halagüeño ni siquiera pensando en lo que pueda ocurrir con Trump".

El también director del Instituto de Debate y Análisis de Políticas de Seguridad dice en RNE que Estados Unidos "puede dar marcha atrás en cualquier momento y no pierde mucho, pero los actuales líderes europeos lo tienen muy complicado".

Escucha la entrevista completa en RNE Audio.