Cajas de explosivos, granadas, casquillos o proyectiles de mortero de soldados rusos es lo que destaca al entrar en Grakovo, una aldea ubicada en la región de Járkov que ha sido recién liberada de la ocupación rusa.
Cada día aumentan las zonas recuperadas por el ejército ucraniano y ya suman 8.000 km cuadrados. La enviada de RTVE, Almudena Ariza, se encuentra en una de estas localidades rescatadas y cuenta que, como no han podido entrar a desminar la zona, todavía se encuentran por el suelo granadas, restos de misiles y cargamentos de proyectiles de mortero. Los vecinos le cuentan que han pasado todos estos meses encerrados, que han vivido con miedo y que han sobrevivido sin luz, sin agua y con muy poca comida. Se estima que en estos territorios recuperados habitan cerca de 150.000 personas.
Hoy se celebra el primer debate del estado de la Unión Europea, en el que se espera que se hable sobre la situación económica, las medidas energéticas y los problemas de los socios a raíz de la guerra de Ucrania. Ignacio Molina, investigador principal del Real Instituto Elcano y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, ha destacado que, aunque la unión "está sometida a un desafío extraordinario", se encuentra "políticamente activa" y reaccionando de una manera más coordinada y unitaria. Señala también que el reto ahora es "no minimizar, no frivolizar y no normalizar que un estado ataque a otro" para que no tenga como consecuencia una caída de la moral y para que no se genere la sensación de que "no merece la pena el impacto que esto va a tener".
Ucrania sigue recuperando localizaciones ocupadas en estos meses de guerra y su Gobierno habla ya de 40 municipios liberados y más de3.000 kilómetros cuadrados. Járkov ha sido una de las últimas zonas y en Bala-Kliya, una zona de la región, se encuentra la enviada especial Almudena Ariza. Cuenta que las calles se encuentran vacías, que los vecinos todavía no se atreven a salir tras meses encerrados sin prácticamente agua, luz o comida, y que desde allí piden al Gobierno ayuda, aunque por el momento apenas hay algunos policías patrullando la ciudad.
Foto: Central nuclear de Zaporiyia (IAEA/AFP)
