Bélgica se encamina hacia unas "casi inevitables" elecciones anticipadas en junio
- Los liberales flamencos abandonaron el Gobierno la semana pasada
- El Rey ya ha aceptado la dimisión del primer ministro Leterme
El primer ministro belga, Yves Leterme, ha afirmado que las elecciones anticipadas son "casi inevitables", después de que los liberales flamencos abandonaran el Gobierno la semana pasada.
Las elecciones se celebrarían a principios de junio, un año antes de los previsto. La dirección del partido de Leterme, el CD&V, primera fuerza política en Flandes y en Bélgica, parece haber optado por el adelanto electoral, tras una reunión extraordinaria cuyo resultado va a ser comunicado en las próximas horas a los parlamentarios democristianos en la Cámara y el Senado, según ha informado la agencia Belga.
El rey aceptó este lunes la dimisión de Leterme, después de haber intentado propiciar infructuosamente la vuelta de los liberales flamencos (Open VLD) a la mesa de negociación sobre la suerte del disputado distrito electoral de Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV).
El Open VLD desencadenó el jueves pasado la crisis al retirarse, por sorpresa, de las negociaciones, con el argumento de que los partidos francófonos trataban de retrasar nuevamente la escisión de BHV.
Flamencos y francófonos se enfrentan por el régimen lingüístico que debe existir en las poblaciones de la periferia de Bruselas, que pertenecen territorialmente a Flandes, donde la única lengua oficial es el neerlandés, pero en las que vive una importante minoría francófona de más de 100.000 personas.
Hasta ahora, los francófonos de Halle y Vilvoorde han podido, como los que viven en Bruselas (bilingüe), votar por listas francófonas y relacionarse con la Justicia en francés.
Todos los partidos flamencos reclaman que se ponga fin a esta excepción e invocan una sentencia del tribunal constitucional que reconoció el carácter anómalo del distrito electoral de BHV, el único a caballo entre las dos comunidades.
Riesgo de bloqueo total
Los cinco partidos de la actual coalición se disponían a negociar una solución definitiva sobre la base de una propuesta elaborada por el mediador real, el ex primer ministro flamenco Jean-Luc Dehaene, cuando se produjo la espantada del Open VLD.
La perspectiva de elecciones anticipadas no agrada en absoluto a los francófonos, que temen una radicalización del electorado en Flandes y mayores dificultades por ello para resolver esta disputa que amenaza seriamente la unidad del país.
Constitucionalistas y observadores se muestran además divididos sobre la legalidad de unas elecciones que se celebrarán sin haberse resuelto el contencioso en torno a este distrito electoral clave.
El riesgo de un bloqueo total y de una "crisis de régimen" es muy grande, según ha advertido la viceprimera ministra socialista, Laurette Onkelinx.
Los partidos flamencos amenazan con forzar el jueves en la Cámara una votación sobre la propuesta de ley de escisión de BHV, que enfrentaría a la mayoría flamenca contra la minoría francófona, algo inusitado en la historia reciente de Bélgica.
La cita del 1 de julio, fecha en la que Bélgica recibirá de España la presidencia rotatoria de la Unión Europea, obliga por otra parte a intentar antes un desbloqueo de la situación política, mediante elecciones anticipadas, según buena parte de los observadores.
Los diarios belgas, en pie de guerra
Los principales diarios coincidían este martes en señalar que la caída del gobierno se debe a la "irresponsabilidad" de todos.
Los editoriales en ambas comunidades (flamencos al norte; francófonos al sur) por una vez parecen de acuerdo no sólo en que la responsabilidad por la nueva crisis es común sino también en que parece no existir una salida a la encrucijada.
El diario francófono Le Soir reparte la culpa entre los liberales flamencos del Open VLD, "por su cálculo político que ha precipitado una agenda infernal y mortal", y los francófonos del MR y su aliado FDF, que "han dejado enquistarse el problema sin prever una solución a tiempo".
El rotativo tacha la situación de "caos" y apunta que elegir entre un acuerdo a cualquier precio o celebrar elecciones que podrían ser denunciadas como inconstitucionales es "como elegir entra la peste y el cólera".
"Tragedia" y "escenario desolador", escribe por su lado La Derniere Heure.
La autocrítica y el pesimismo también son visibles en la prensa flamenca. "Todos los partidos del gobierno tienen su parte de responsabilidad en las fallidas negociaciones sobre BHV", apunta el diario Het Nieuwsblad.
Otro de los grandes rotativos flamencos, De Standaard, apunta que "Bélgica está a punto de sobrepasar los límites de lo absurdo".