Termina el plazo para recurrir al FROB y el Tesoro aprovecha para una nueva emisión de deuda
- Sanear el mercado del crédito y la deuda, los objetivos
- Sólo nueve cajas de ahorro seguirán en solitario
- El Tesoro confía en colocar la deuda sin elevar demasiado su rentabilidad
El plazo marcado por el Banco de España a las cajas para que soliciten ayudas públicas para sus procesos de fusión a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) termina este martes, aunque es el día 30 cuando acaba el plazo para acogerse al fondo, según lo aprobado por la Comisión Europea.
El organismo supervisor español ha comunicado a la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) que aquéllas que quieran acudir al FROB para fusionarse con otras cajas deben notificar antes de este martes los proyectos de reforma, los planes de sinergias y las memorias de reducción de costes de estas uniones, que mayoritariamente se harán mediante SIP, también conocidas como fusiones frías, un tipo de integración que debe de ser supervisado por el Banco de España y que permite a las cajas compartir riesgos y solvencia, al tiempo que mantienen sus marcas.
Reducción a menos de la mitad de cajas
El proceso de reordenación del sector de cajas de ahorros, que reducirá a menos de la mitad el número de estas entidades, afronta una semana clave, ya que, ante la necesidad de solicitar ahora las ayudas al FROB, los consejos de muchas cajas ultiman sus planes horas antes de comunicárselo al Banco de España.
De hecho, los consejos de administración de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco entidades más pequeñas han aprobado el lunes el protocolo de integración y el plan de viabilidad del SIP, que enviarán al Banco de España para su aprobación.
La reordenación del mapa de cajas, una de las exigencias que las instituciones internacionales han planteado con más insistencia para reactivar el crédito en España, se ha acelerado en las últimas semanas, aunque todavía faltan piezas por colocar.
También utilizarán la fórmula de fusión fría los SIP que formarán la CAM, Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria, el constituido por Sa Nostra, Penedés, Murcia y Granada, y el integrado por Caja Canarias, Navarra y Burgos, bautizado como Banca Cívica.
Fusiones regionales se han registrado en Andalucía (Unicaja y Caja Jaén) y Castilla y León (Caja Duero y Caja España), mientras que Cajasol y Caja Guadalajara también unirán fuerzas. En Galicia, Caixa Galicia y Caixa Nova ultiman también los planes económico y laboral para fusionarse.
Después de los últimos acuerdos, sólo nueve entidades siguen su vida en solitario: Ibercaja, Caja Badajoz, BBK, Caja Círculo de Burgos, Caixa Ontinyent, Caixa Pollensa, Kutxa, Caja Vital y Caja Inmaculada de Aragón (CAI).
En el camino se han quedado Caja Castilla La Mancha (CCM) y CajaSur, intervenidas por el Banco de España. La primera ha sido adquirida por Cajastur y la segunda será subastada.
La Comisión Europea aprobó en enero el FROB con objeto de "reforzar la solidez y solvencia de las entidades de crédito", aunque se reservó la supervisión de la concesión de las ayudas públicas destinadas a facilitar la reestructuración del sector financiero español y, concretamente, la fusión de varias cajas. Así, dio el visto bueno al FROB hasta el mes de junio, aunque prevé la posibilidad de prorrogarlo.
El sector reconoce que ha crecido de un modo exagerado en los últimos años y ha concedido demasiados créditos, por lo que es necesaria una reestructuración del sistema.
Devolución de las ayudas
Las entidades que soliciten fondos públicos hasta el 2% de sus activos de riesgo tendrán que retribuir al FROB sus participaciones preferentes a un interés del 7,75% o, si es menor, a la deuda del Estado a cinco años sumándole 500 puntos básicos.
Para incentivar la devolución temprana de las ayudas, el marco general pactado establece un recargo adicional anual de 15 puntos básicos durante los cinco primeros años, que se elevará hasta 100 puntos básicos por ejercicio si la entidad fusionada pide una prórroga adicional de dos años más, hasta siete, para devolver las ayudas.
Ese proceso de reestructuración es, para inversores, analistas y gobiernos, una de las claves para que España vuelva a recuperar la confianza perdida en los mercados financieros y, entre otras cosas, dejar se recibir su castigo a través de obligar al Estado a retribuir con intereses más elevados las emisiones de deuda, ventas que, a su vez, sirven para obtener la liquidez necesaria para ir pagando la deuda acumulada.
Subasta de deuda pública a 12 y 18 meses
Precisamente este martes, el Tesoro Público celebra una subasta de letras a 12 y 18 meses y el jueves, otra de bonos a plazos de 10 y 30 años, después de que la semana pasada saldase con éxito su primera subasta de deuda pública tras la rebaja de calificación que la agencia Fitch hizo de la deuda española en mayo.
A pesar de que tuvo que elevar el interés, el importe solicitado superó en más del doble el máximo previsto, con lo que adjudicó 3.903,21 millones de euros en bonos a tres años con un interés marginal del 3,394%, frente a los 8.251,72 solicitados por las entidades.
Sin embargo, entre los inversores ronda el anuncio de huelga general en España para protestar por la reforma laboral que aprobará el Gobierno, mientras el diferencial entre la rentabilidad del bono español a 10 años y la del alemán del mismo plazo ha subido este lunes hasta los 204 puntos básicos al cierre del mercado, desde los 187 puntos que registró al cierre del viernes.
Los expertos relacionan este repunte con la información publicada por el diario germano Frankfurter Allgemeine Zeitung sobre un plan que prepara la Comisión Europea para facilitar dinero a España del fondo de estabilización de 750.000 millones aprobado el pasado mes de mayo. Las autoridades españolas y europeas han desmintieron con rotunidad que España haya solicitado ayudas y que se esté preparando el rescate de la economía española.
Aún así, esas dudas y desconfianzas sobre la economía española están castigando la deuda soberana española a corto y medio plazo, sobre todo después de que la agencia de calificación crediticia Standard & Poor's bajara el 28 de abril la calificación de la deuda a largo plazo de España hasta el nivel "AA".
Ahora, de entre las grandes agencias de medición de riesgos sólo Moody's mantiene la máxima calificación -la misma que tiene Alemania- para las emisiones soberanas españolas.
En la primera puja celebrada tras el anuncio de S&P, el Tesoro tuvo que elevar el interés marginal de los bonos a cinco años en 0,73 puntos, hasta situarlo en el 3,580%, una rentabilidad que no se ofrecía por este tipo de deuda desde noviembre de 2008, después de la quiebra de Lehman Brothers.
La evolución de las subastas celebradas en lo que va de año indica que las emisiones a más largo plazo sufren en menor medida la desconfianza del mercado, ya que en la subasta de obligaciones a 10 años celebrada en mayo el aumento de la rentabilidad fue anecdótico, y pasó del 3,864% de abril al 4,074%.
Préstamos del ICO para pymes y autónomos
Otra de las medidas adoptadas por el Gobierno para tratar de dinamizar el mercado crediticio en nuestro país, los préstamos ICO-Directo, también se pone en marcha esta semana.
Los autónomos y las pymes ya pueden solicitar desde este lunes esos créditos, cuya principal novedad es que será el Instituto de Crédito Oficial (ICO) el que recibirá directamente las solicitudes, realizará el análisis de la operación, determinará las garantías a aportar y decidirá sobre la concesión del préstamo, asumiendo el riesgo al cien por cien.
Una vez aprobado el crédito serán el BBVA y el Banco Santander los que se encarguen de formalizar y realizar el seguimiento de la operación. La formalización de los préstamos se podrá realizar en 6.300 oficinas y su tramitación completa, desde la solicitud inicial, será inferior a 30 días.
Además, en determinadas sucursales se creará la figura del "gestor especializado en préstamos directos del ICO" que ayudará a los clientes en el proceso de solicitud y en la presentación de la documentación requerida.
Esta línea de crédito está dirigida a las pymes o autónomos con más de un año de antigüedad que han solicitado un préstamo a una entidad financiera y les ha sido rechazado; las que han obtenido préstamos de esas entidades por menor cuantía de la que habían solicitado, y a las que actualmente tienen cubiertas sus necesidades de financiación pero tienen expectativas de seguir incrementando su actividad.
Los préstamos pueden ser de hasta 200.000 euros y sus plazos de amortización son de siete años con dos de carencia para los préstamos destinados a la inversión y de tres años con uno de carencia para los de liquidez. Su tipo de interés es del 3,5% más el Euribor a seis meses, y tendrá una comisión de apertura del 0,50%.
El presidente del ICO, José María Ayala, ha calculado que se extenderán entre 70.000 y 80.000 créditos dentro de este programa, con un importe medio de 30.000 euros, aunque ha advertido de que al principio de su puesta en marcha habrá un "alto nivel" de denegaciones.