Santos, Mockus, y el final de la era Uribe
- Colombia celebra la segunda vuelta de la elecciones presidenciales
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Colombia elige este domingo presidente y, por primera vez en 8 años, ese presidente no se llamará Álvaro Uribe. El final del uribismo llegó, en realidad, hace un par de meses, cuando la Corte Constitucional frenó en seco la intención del todavía presidente para presentarse a un tercer mandato.
El próximo presidente de Colombia se llamará Juan Manuel Santos o Antanas Mockus. Muy probablemente se llame Santos, que ya sacó más de tres millones y medio de votos a Mockus en la primera vuelta, más de 25 puntos porcentuales, y al que las encuestas dan una ventaja todavía mayor en esta segunda cita con las urnas.
Santos llama a la unidad nacional
¿Qué ha pasado durante la campaña para la segunda vuelta? Santos, el delfín de Uribe, el candidato del Partido de la U, ha hecho un llamamiento a la unidad nacional. Y a ese llamamiento no sólo se han unido los principales partidos que no pasaron a la segunda vuelta (Cambio Radical, liberales y conservadores), sino que también se han adherido las principales organizaciones sindicales y empresariales.
Mockus optó por no pactar con partidos porque lo suyo -dice- es un movimiento ciudadano. Y ese gesto habla a la vez de su honradez y de su ingenuidad, porque nadie entiende en este país que un candidato gane unas elecciones sin el apoyo de los partidos.
Colombia elige entre dos proyectos sólidos, que no suponen ningún salto al vacío. Tanto Santos como el líder del Partido Verde están capacitados para ser presidente, cerrando de un plumazo aquellos meses de incertidumbre en los que muchos ciudadanos no veían más allá de Álvaro Uribe, como si el país se fuera a pie o las FARC volvieran a las puertas de Bogotá si no se presentara el actual presidente.
Uribe, efectivamente, no se presentó, y el país sin embargo vivió unas elecciones modélicas en la primera vuelta y se prepara para hacer lo mismo este domingo. Por encima de todo ha reinado el intercambio de ideas. Los candidatos se han enfrentado nada menos que en ocho debates. Y en cada uno de ellos, Santos y Mockus han defendido su proyecto y han criticado el contrario.
El candidato oficialista apuesta por la seguridad, la mejor herencia de las políticas de Uribe, pero promete avanzar allí donde Uribe falló, en la creación de empleo y en la reducción de una pobreza que aquí alcanza cifras de escándalo. Para lograrlo Santos propone un "acuerdo de unidad nacional por la prosperidad". Asumiendo las mejores ideas de cada partido -dice Santos- el país avanzará. De ganar, Santos tendrá, además, el apoyo de más del 80% del Congreso.
Mockus, una nueva forma de hacer política
Mockus propone una nueva forma de hacer política basada en la legalidad, la honestidad y la lucha contra la corrupción. Todo -subraya- fortaleciendo las bases de la cultura y la educación. Su discurso atrajo a más de tres millones y medio de ciudadanos en la primera vuelta, y aunque su victoria parece lejana, los efectos y el entusiasmo de la ola verde no deberían caer en el olvido.
Si pierde, Mockus debería ser el motor de la oposición, el mejor vigilante de la maquinaria que tendrá Santos en el Gobierno y en el Congreso. Los verdes deben creerse que no son un movimiento pasajero.
El próximo año hay elecciones municipales y regionales. Ahí tienen una buena excusa para no tirar la toalla y convencerse de que, con esa bandera de la honestidad y la legalidad, también se pueden ganar unas elecciones.