La Justicia sella el desalojo de los indignados de Londres al negarles el derecho a recurrir
- Desestiman el recurso de los manifestantes contra el fallo de un tribunal inferior
- Ahora las autoridades de la City pueden desalojar en cualquier momento
El tribunal británico de Apelaciones ha dado luz verde al desalojo de los indignados acampados frente a la catedral de San Pablo, en el este de Londres, al negarles este miércoles la posibilidad de recurrir.
Los jueces han desestimado la petición de recurso presentada por los manifestantes anticapitalistas contra la decisión de un tribunal inferior que autorizó al Ayuntamiento de la City (el centro financiero londinense) a echar a los acampados.
Tras la decisión de este miércoles se espera que las autoridades procedan próximamente al desalojo de las decenas de personas que acampan frente al templo londinense.
El Tribunal Superior de Londres dió la razón al ayuntamiento el pasado 18 de enero y le concedió una orden judicial para tomar medidas contra las personas que protestan frente al templo anglicano.
Medida "legal y proporcionada"
El tribunal consideró entonces que las medidas previstas para el desalojo eran "legales y proporcionadas", en contra de lo alegado por los acampados, que consideran que son "duras" y violan sus derechos.
Tanto la Corte Superior como el Tribunal de apelaciones valoraron que la expulsión no vulnera los derechos fundamentales de los manifestantes, que hay que contraponer a los del resto de la población.
Durante el proceso judicial, los miembros del movimiento Occupy London, inspirado en las protestas en Wall Street (Estados Unidos) y las asambleas de los indignados en España, argumentaron que su acampada no solo no perjudicó la actividad de la catedral, sino que tuvo efectos positivos en los visitantes, muchos de los cuales les expresaron su apoyo.
No obstante, al principio de la acampada hubo discrepancias dentro de la Iglesia Anglicana sobre cómo gestionarla y ello llevó a la dimisión de varios cargos, alguno de los cuales respaldó la causa de los indignados londinenses.
Cuatro meses de acampada
La movilización londinense se inició el pasado 15 de octubre en el contexto de la convocatoria internacional contra los excesos del sistema financiero, y se había convertido en un enfrentamiento con la Iglesia anglicana, que en un principio permitió la acampada pero que después tuvo después problemas para "controlarla".
Precisamente esa confrontación motivó la dimisión de dos clérigos del templo anglicano: el canónigo Giles Fraser y Graeme Knowles, el deán de San Pablo y su máximo responsable.
Tras un mes de negociaciones, las autoridades de Londres retomaron el frente judicial en noviembre justo después de que fuesen desalojados los indignados que ocupaban un parque de Nueva York.