Enlaces accesibilidad

Van Rompuy aboga por trasladar el modelo Erasmus al mercado laboral europeo

  • El presidente de la UE dice que hay que actuar a nivel europeo para crecer
  • Mario Monti advierte contra la aplicación de políticas de gasto keynesianas

Por
Cada vez más voces piden un cambio en la economia europea

El presidente del Consejo europeo, Hermann Van Rompuy, ha apostado por aplicar en el mercado laboral europeo un modelo similar al de las becas Erasmus como una de las medidas que pueden ayudar al crecimiento y la creación de empleo.

Así lo ha señalado en conferencia económica que se celebra este jueves en Bruselas, en la que participan también el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y los primeros ministros de Italia, Mario Monti, y Bélgica, Elio Di Rupo.

"Necesitamos hacer con el mercado laboral lo que Erasmus ha logrado con los estudios", ha indicado Van Rompuy, según figura en su twitter.

La política económica de la Unión Europea empieza a cambiar de rumbo: los mensajes de austeridad comienzan a dejar paso a los que apuestan por fomentar el crecimiento.

Según el presidente del Consejo europeo, ese debate sobre el crecimiento "nunca ha estado ausente, sino que era menos visible" en la actuación de las autoridades europeas y nacionales. Por eso, ha advertido que no puede dejarse de lado el control del déficit porque, ha dicho, "la consolidación fiscal es una inversión para el futuro".

Monti apuesta por un gasto público selectivo

Van Rompuy ha advertido que "la suerte de muchos -empresarios, futuros trabajadores- dependerá de lo que hagan para garantizar el crecimiento unos pocos, los gobiernos y la Unión Europea".

Así, el presidente de la UE ha apuntado a un posible papel del Banco Europeo de Inversiones (BEI) al señalar que debería analizarse cómo puede el BEI ampliar su papel en el apoyo a proyectos de crecimiento.

En la misma conferencia, el primer ministro italiano, Mario Monti, ha dado la bienvenida al "mayor acento que se está poniendo en el tema del crecimiento", aunque ha advertido que "no debe cuestionarse el pacto fiscal".

A juicio de Monti, la reactivación de la economía no debe fomentarse mediante políticas keynesianas que multipliquen el gasto público, sino a través de reformas estructurales y de una política de gasto muy selectiva. "Rechazamos las políticas dirigidas a crecer a través de la generación de más déficit", ha insistido.

"Las reformas estructurales por sí solas nunca traerán crecimiento", ha añadido, porque tienen un carácter más bien "deflacionista". En su opinión, lo que se necesita es aumentar el gasto de manera selectiva en materias que fomenten la demanda y generen expansión, como son -ha enumerado- la liberalización de servicios, la potenciación del mercado interior y el desarrollo de infraestructuras transfronterizas.

Más ingenieros y una tasa financiera

Van Rompuy también ha coincidido en ese punto: "No hay fórmulas mágicas. Las reformas requieren tiempo y eso hace que afecten al crecimiento y el empleo". Además, ha recordado que "también las políticas de crecimiento exigen elecciones y sacrificios".

El primer ministro de Bélgica, Elio di Rupo, ha destacado en su intervención por la formación técnica de los trabajadores como una de las vías para impulsar el crecimiento. "Necesitamos más ingenieros y científicos", ha señalado y ha propuesto a los líderes europeos el diseño de una nueva estrategia para impulsar el crecimiento sostenible e inteligente con el horizonte de 2020.

Pero para eso, Di Rupo ha subrayado que es "crucial" contar con más recursos financieros y ha sugerido la creación de "una tasa efectiva sobre las transacciones financieras a nivel europeo".

Draghi, a favor de un pacto de crecimiento

El cambio de discurso ya se apreció este miércoles en la comparecencia del presidente del Banco Central Europeo en la Eurocámara. Ante los eurodiputados, Mario Draghi apostó por alcanzar un "pacto de crecimiento" en la zona euro, aunque advirtió que sin olvidar la "inevitable" consolidación fiscal. Poco después, el presidente del Eurogrupo y primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, y Durao Barroso incidieron en esa misma idea.

También la canciller alemana, Angela Merkel, señaló este miércoles que "la austeridad por sí sola no resolverá la crisis de deuda". Sin embargo, Merkel rechaza recurrir a las políticas de estímulo  que implican gasto público, por lo que reiteró que hay que crecer "del  modo en que Mario Drgahi ha dicho hoy, es decir, en forma de reformas  estructurales".

Ya el pasado mes de febrero, 12 países de la UE -entre ellos España- firmaron una carta en la que se instaba a las autoridades europeas a adoptar medidas comunes a favor del crecimiento y el empleo.

En el límite de la austeridad

Por una parte, se reconoce que la austeridad ha logrado ya sus frutos en términos económicos y ha sentado las bases para el crecimiento. Como reconoce una destacada fuente comunitaria, "hemos llegado al límite en términos de austeridad".

Pero, además, el creciente descontento ciudadano ante una austeridad que parece no tener fin, el temor a que se genere una ola de rechazo a la UE y el miedo a una subida aún mayor de los partidos extremistas antieuropeístas, ha convencido a los responsables comunitarios de intentar una nueva vía.

En los últimos días, los nuevos síntomas del mal han sido inquietantes: desde el aumento de la extrema derecha en la primera ronda de las elecciones francesas, hasta la caída del Gobierno holandés debido a la falta de acuerdo sobre los recortes necesarios para lograr el objetivo de déficit pactado con Bruselas.