El agente asesinado Piñuel, despedido entre aplausos en Vitoria
- Los Principes de Asturias asisten al funeral en la Catedral Nueva de Vitoria
- El obispo de Vitoria pregunta a ETA si "¿así se sirve bien del pueblo vasco?"
- El entierro será esta tarde a las 16.00 horas en Málaga, donde residían la mujer y el hijo
Compañeros del guardia civil Juan Manuel Piñuel Villalón, introducen el féretro a su llegada a la Subdelegación del Gobierno en Álava, donde está instalada la capilla ardiente.EFE/David Aguilar
ETA vuelve a matar en LegutianoEl féretro con los restos mortales de Juan Manuel Piñuel ha sido recibido y despedido entre aplausos en la Catedral Nueva de Vitoria, donde se ha celebrado su funeral. A él han asistido los Príncipes de Asturias, la vicepresidenta Fernández de la Vega, el ministro de Interior, Pérez Rubalcaba, la ministra de Defensa, Carme Chacón, el lehendakari Ibarretxe, el presidente del Senado y los portavoces de los grandes grupos parlamentarios asisten en Vitoria.
Juan Manuel Piñuel, de 41 años, fue asesinado ayer en el atentado de ETA contra el cuartel de la Guardia Civil en Leguitiano. El cortejo fúnebre ha sido recibido entre numerosos aplausos del público congregado a las puertas de la catedral. A la salida, se ha cantado el himno de la Guardia Civil en presencia de su viuda, notablemente emocionada.
Los aplausos han vuelto oírse con gritos de "vivas" cuando el féretro, cubierto con la bandera de España, ha sido introducido, de nuevo, en el coche fúnebre. El ataúd ha sido trasladado, en todo momento, por un grupo de compañeros de Piñuel.
A la llegada ha sonado la marcha fúnebre y el himno nacional.
Por deseo de la familia, se han cerrado las puertas del templo y no se ha permitido el acceso de los medios de comunicación al funeral, que ha sido oficiado por el obispo de Vitoria, Miguel Asurmendi.
"¿Así se sirve al bien del pueblo vasco?"
Durante la homilía, el obispo ha condenado "a los autores materiales y a los colaboradores directos e indirectos" del atentado y se ha preguntado si "¿así se sirve al bien del pueblo vasco?"
Asurmendi se ha hecho eco del "sentimiento general de rechazo y de rabia contenida contra los autores y los cómplices del terrible atentado", porque "la persona humana nunca debe ser utilizada como medio para alcanzar cualquier tipo de fin".
Ha recordado el sufrimiento "atroz" de los familiares de Juan Manuel Piñuel y les ha transmitido "de corazón" su pésame. También ha denunciado la sensación de "hartazgo" que, según ha dicho, "sienten millones de personas ante un nuevo atentado criminal que se une a cientos de actos similares a lo largo de cuarenta años".
Por ello, ha planteado "la serie cruel de preguntas que nos corroen por no encontrar respuesta válida: ¿Para qué ha servido este acto criminal? ¿Con estas acciones se sirve al bien del pueblo vasco? ¿Hasta cuándo va a durar entre nosotros la lacra del terrorismo?".
El entierro será en Málaga
Tras el funeral, Piñuel será enterrado esta tarde a las 16.00 horas en Málaga, ciudad en la que residen su mujer y su hijo de 5 años. Hasta la capital malagueña se trasladará el presidente de la Junta Andaluza, Manuel Chaves.
Por la capilla ardiente pasaron ayer numerosas personalidades, entre ellas, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que condecoró al agente asesinado con la Cruz de Oro al Mérito de la Guardia Civil a título póstumo.
También visitaron la capilla el presidente del PP, Mariano Rajoy, y distintas autoridades, como el lehendakari, Juan José Ibarretxe.
Los restos mortales del agente llegaron a la campilla ardiente minutos antes de las cinco de la tarde del miércoles. El féretro fue introducido a hombros por agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil al interior del edificio, donde esperaba su viuda y familiares, arropados por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba y por mandos policiales y miliatres.
El cadáver de Juan Manuel Piñuel ha estado escoltado por miembros de la Guardia Civil, Policía Nacional, Ertzaintza y policía local. El féretro estaba cubierto con la bandera de España y el tricornio. Detrás del féretro estaba un crucifijo y el pendón de la guardia civil, y las banderas de Álava, Euskadi y España y varias coronas de flores, entre ellas unas enviadas por el Senado, la delegación del Gobierno y el foro Ermua.
El presidente del PP, Mariano Rajoy, también visitó la capilla, acompañado por representantes de su partido, entre los que se encontraba la líder del PP vasco, María San Gil. Ambos entraron juntos a la Subdelegación del Gobierno, sólo minutos después de que Zapatero la abandonase para visitar a los tres heridos en el atentado que continúan ingresados.
También pasaron por la capilla ardiente la presidenta del Parlamento Vasco, Izaskun Bilbao, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, el secretario general del PSE-EE, Patxi López,o representantes de EB, como la parlamentaria vasca Kontxi Bilbao.
Además del alcalde de Vitoria, Patxi Lazcoz, y del delegado del Gobierno en el País Vasco, Mikel Cabieces, también acudieron para dar el pésame a los familiares del agente Sandra Carrasco, la hija de Isaías Carrasco, ex concejal en el Ayuntamiento de Mondragón (Guipúzcoa), asesinado por ETA.
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