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El Gobierno necesita los votos de todos los socios de investidura en una votación en la que están en juego 7.000 millones de fondos europeos. A medianoche se cerraba el acuerdo en Bruselas para nombrar a Teresa Ribera como Vicepresidenta de la Comisión Europea con un anexo "no vinculante" que refleja la petición del PP: que Ribera dimita si es imputada por la DANA. Carlos Mazón destituye a Salomé Pradas, la responsable de emergencias que no sabía que existía un sistema de alertas al móvil. Estados Unidos envía minas antipersona a Ucrania solo durante dos semanas y para lugares poco poblados.

Según medios del Reino Unido, Ucrania ha utilizado misiles británicos Storm Shadow por primera vez en un ataque en la región rusa de Kursk. Los bombardeos siguen la estela de los misiles estadounidenses empleados por Ucrania contra Rusia, a los que pronto podría sumar los Scalp franceses. Los aliados de Ucrania cruzan así las líneas rojas que en su día se marcaron, y lo hacen a dos meses del relevo en la Casa Blanca. Antes de que Trump pueda cambiar la política hacia Ucrania, Biden, además de misiles de largo alcance, ha autorizado el suministro de minas antipersonas. Estas solo podrán utilizarlas en territorio ucraniano y en zonas poco pobladas. Rusia insiste en que estos apoyos tendrán respuesta y que escalan la guerra.

La guerra de Ucrania y la proximidad de Rusia con los países nórdicos, en especial Finlandia, con la que comparte más de mil kilómetros de frontera han puesto el foco sobre la preparación de la población civil en situaciones de emergencia. No se trata de ponerse en el peor de los escenarios, la guerra, dicen desde la agencia sueca para emergencias, pero muchos jóvenes suecos no se ven preparados. El conflicto en Ucrania ha vuelto a sacar a la palestra las llamadas guerras híbridas, en las que la comida, la luz o las comunicaciones pueden usarse como arma de guerra. Como posible ejemplo, los daños en dos cables submarinos en el Báltico, que han afectado a las telecomunicaciones de Finlandia, Alemania, Suecia y Lituania. Ya se están investigando, pero se sospecha de sabotaje. Una acción que ha reducido un tercio la transmisión de datos, y en la que Rusia niega cualquier implicación.

Hace 1.000 días, las tropas rusas entraron en Ucrania, en una operación que Moscú pensó que apenas duraría unos cuantos días y que, sin embargo, se ha ido transformando en una guerra de desgaste. Ucrania logró expulsar a los rusos de Kiev y del norte tras meses de conflicto, y recuperó los territorios de Járkov y Jerson. Pero no pudo avanzar en el sur y ahora sufre de nuevo el empuje de Rusia en casi toda la línea de contacto.

La guerra también ha forzado cambios. Rusia ha sustituido a ministros y generales, ha usado y prescindido de mercenarios, ha movilizado a parte de su población, y ha tenido que recurrir a sus aliados China, Irán y Corea del Norte para surtir arsenales y filas. Ucrania también ha cesado a mandos militares y políticos. Zelenski ha suspendido las elecciones, ha instaurado el reclutamiento forzoso y ha logrado que sus aliados le envíen armas prohibidas al inicio de la invasión. Ya son más de 100 mil millones de dólares el armamento suministrado, como los misiles ATACMS que ahora Ucrania dispara contra Rusia.

Ni Rusia ni Ucrania reconocen las decenas de miles de soldados que han perdido. El grueso del sufrimiento lo sigue pagando la población ucraniana, con 12.000 civiles muertos y 14 millones de desplazados, de los cuales seis millones se han ido del país sin saber cuándo o qué se van a encontrar si un día vuelven a casa.

Las imágenes saltaron a la prensa internacional: dos belugas ucranianas evacuadas en dos piscinas de cinco toneladas, en un viaje de 12 horas de carretera y 4 horas de avión, desde Járkov hasta Valencia, para ponerlas a salvo de los bombardeos rusos. Ambas eran la joya del delfinario NEMO, abierto a menos de 30 kilómetros de la frontera con Rusia. Vladislav, uno de los cuidadores, cuenta que las constantes alertas aéreas les obliga a parar los espectáculos y desalojar la zona, pero los pocos visitantes que se atreven a pasar el día en las instalaciones se quedan porque siguen buscando "algo de entretenimiento en una situación tan estresante". Cuando Moscú invadió la ciudad al comienzo del conflicto, respetó este recinto, por lo que los empleados llevaron allí a sus familias para protegerlas de los bombardeos.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha pedido al Europarlamento que continúe el apoyo a Ucrania tras mil días de guerra. "Ahora es el momento de presionar más duramente a Rusia. Mientras sigan adelante las exportaciones de petróleo, Putin se mantiene viso. Las sanciones fuertes contra Putin son esenciales", ha declarado Zelenski en una intervención por videoconferencia ante la Eurocámara.

Foto: NICOLAS TUCAT / AFP

El alto representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, ha destacado este martes el hecho de que, 1.000 días después de iniciarse la invasión de Ucrania por parte de Rusia, los ucranianos aún resisten.

"[El presidente ruso, Vladímir] Putin planeaba una guerra de dos semanas para estar en Kiev rápidamente y cambiar el régimen en Ucrania", ha recordado Borrell en unas declaraciones en el Europarlamento. "Pero mil días después, los ucranianos aún resisten, con mucho éxito en el campo de batalla".

Foto: EFE/EPA/OLIVIER HOSLET

¿Qué ha pasado, qué está pasando y qué puede pasar en Ucrania después de 1.000 días de guerra? Lo analizamos con Christian Villanueva, director de la Revista Ejércitos, en este capítulo especial en el que, además, escuchamos las historias de dos matrimonios hispano-ucranianos que han recorrido caminos completamente opuestos desde que empezó el conflicto: Javier Larrauri y Olga Pronchuk vivían en Ucrania y desde que estalló la guerra residen en Alicante; Javier Espárrago y Natalia Kolomiiets, vivían en Dinamarca y decidieron regresa a Ucrania hace unos meses.

Joe Biden permitirá que Ucrania utilice sus misiles de largo alcance para atacar a Rusia. El todavía presidente de Estados Unidos ha tomado esta decisión a dos meses de finalizar su mandato, dando así un giro a su política exterior. El general en la reserva, José Enrique de Ayala, analista de la Fundación Alternativas, achaca este cambio de postura al envío de efectivos norcoreanos a Kursk, en Rusia: "Ha sido considerado como una escalada y es respondido con otra escalada". "Putin ha dicho que esto es un acto de guerra, así que estamos en una situación muy muy delicada", añade. En cuanto al uso de estos misiles por parte de Ucrania, De Ayala opina que tienen más un carácter simbólico y no le ayudarán a ganar la guerra: "Los que han tomado esta decisión deberían preguntarse si Ucrania puede ganar esta guerra, porque si no la puede ganar, cualquier escalada puede empeorar la sitaución". Y opina que "si no se puede ganar, habrá que negociar".

Estados Unidos ha autorizado a Ucrania a usar misiles de largo alcance contra Rusia, según publican medios estadounidenses. Era una de las principales demandas de Kiev. Llega a punto de cumplirse 1.000 días de guerra en Ucrania, y a dos meses para que acabe el mandato de Joe Biden al frente de la Casa Blanca. Justo este domingo, las fuerzas rusas han lanzado uno de los mayores ataques contra el sistema eléctrico de Ucrania de los últimos meses. Hay al menos siete fallecidos y cortes de luz en varias regiones del país.

Foto: REUTERS/Kevin Lamarque

Tras la invasión, la mayoría de puertos de Ucrania han quedado en manos rusas. El de Odesa es el único de gran capacidad que aún controla Kiev. Desde ahí salen el 95% de las exportaciones, a pesar de los continuos ataques de Moscú. Un proyectil ruso lanzado desde Crimea tarda 90 segundos en impactar en Odesa. El ejército ucraniano ha conseguido alejar a la flota rusa atacando sus barcos, pero es vulnerable a las armas de larga distancia. "Sus misiles balísticos son demasiado rápidos, necesitamos sistemas de defensa aérea", reclama Dmitro Pletenchuk, portavoz de las fuerzas navales.

A pesar de los ataques, Ucrania ha asegurado un corredor comercial hacia el Bósforo. "Ya exportamos casi los mismos volúmenes que antes de la guerra", asegura Ala Stoyanova, de la organización Odesa Agraria.

El viaje marítimo de los productos ucranianos es ahora más largo y, por tanto, más caro, pero Kiev mantiene su tráfico al abrigo de dos países costeros de la OTAN, Bulgaria y Rumania, mientras Rusia trata de conseguir la hegemonía del Mar Negro.