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Los vecinos de Tadamon tienen dos formas de identificar dónde están las fosas comunes en su barrio. Una de ellas es fijarse en las paredes ennegrecidas al usar neumáticos para quemar los cuerpos. "La otra es porque los perros han desenterrado huesos humanos en al menos dos puntos que hemos podido ver", nos explica Laura Alonso, enviada especial a Siria. Allí ha hablado con algunos de esos vecinos, que confirman que las milicias del régimen traían aquí a los detenidos y les disparaban para que cayeran dentro de una zanja.

La enviada especial a Siria, Laura Alonso, ha entrado en el campo de refugiados de Yarmouk, en Damasco. Allí ha hablado con personas que viven sin luz ni agua, con cargas familiares y que muestran sus casas, completamente calcinadas por dentro. "Ser afortunado en Yarmouk significa tener cuatro paredes, porque la mayoría de edificios solo conservan el esqueleto", nos cuenta Laura. Son muy pocos los que se han decidido a volver a Yarmouk, un campamento palestino azotado por los enfrentamientos entre las milicias y reducido a escombros por la aviación rusa y siria.

Siria, a punto de cumplirse una semana del derrocamiento del régimen de Al Assad, sigue en el punto de mira y de acción por parte de Israel, que sigue atacando zonas del país. Visitamos la frontera entre Siria e Israel con la enviada especial de RNE a la zona, Laura Alonso.

En la zona controlada por el comando sur, las fuerzas locales que ayudaron a Al Golani a entrar en Damasco, están ahora preocupadas por las incursiones del ejército israelí. "Ni siquiera nos han dejado disfrutar de este momento (la caída del régimen de Al Asad)", se quejan. Los carros de combate de Israel han entrado en varias localidades de la zona, donde los soldados piden a sus habitantes que se vayan de la zona. "No queremos que nos pase como los palestinos, que se fueron temporalmente y no han podido volver a sus casas", denuncia un vecino.

Siria vive su primer viernes bajo administración insurgente tras la caída del régimen de Al Asad. En Damasco, los sirios se han echado de manera masiva a la calle, pero con calma y respetando el mensaje de Mohammad Al Golani: nada de tiros al aire y de atemorizar a la gente. El mensaje de la Mezquita de los Omeyas ha sido el de no volver la vista atrás, el del fin del revanchismo. Quieren una Siria para todos los sirios y de la que todos puedan sentirse orgullosos. Después del rezo, concentración en esta Plaza de los Omeyas preguntamos con qué mensaje se quedan de lo que han escuchado hoy, muchos dicen que con el de respeto a las minorías. Informa Laura Alonso, enviada especial a Damasco.

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Palestina es la región más peligrosa del mundo para la prensa. Así lo denuncia el balance anual de Reporteros Sin Fronteras. Desde que comenzó la guerra en Gaza el pasado octubre, han sido asesinados 145 periodistas. "Reporteros Sin Fronteras jamás había registrado una cifra tan alta de periodistas asesinados en un espacio tan corto de tiempo. Israel es, en 2024, el mayor asesino de periodistas del mundo", ha denunciado la vicepresidenta de la organización Edith R. Cachera.

Israel se ha convertido en la tercera mayor cárcel del mundo para periodistas y su Ejército ha matado a un tercio de los 54 periodistas fallecidos este año en todo el mundo, por delante de la suma de todos los grupos armados de Pakistán, México, Sudán o Colombia o la junta militar birmana, rusa y bangladesí. Hay también 550 periodistas entre rejas, 95 desaparecidos y 55 secuestrados.

En la morgue del hospital de Harasta, a las afueras de Damasco, se han encontrado 40 cuerpos en los frigoríficos, algunos de ellos con signos de tortura, que han sido enviados a la capital para su identificación. En el suelo hay restos de sangre y el hedor es insoportable. Hahmed, un miliciano paramédico, cuenta que este centro médico era solo para militares y prisioneros. Son detalles que aún no se han confirmado y que están en proceso de investigación. Lo que es cierto es que hay más de 100.000 desaparecidos de los que no se sabe nada.

Foto: OMAR HAJ KADOUR / AFP

La prisión más temida de Siria se llama Sednaya, aunque todo el mundo la conoce como "el matadero humano". Durante años se llenó de prisioneros críticos con el régimen y muchos supervivientes han recuperado la libertad tras la caída de Asad. Sin embargo, decenas de familias siguen buscando allí a sus seres queridos. "Aquí estaba mi hermano y otros seis vecinos de mi pueblo", asegura un hombre a TVE. "Les trajeron en el 2013 y no sabemos dónde están", lamenta. Los familiares, desesperados, muestran las fotos de sus parientes y amigos a los que buscan.

Foto: Omar HAJ KADOUR / AFP