El pontífice hizo el domingo el viaje más esperado de estas cinco semanas: el del regreso al Vaticano después de 38 días ingresado en el hospital Gemelli de Roma. Ahora le esperan dos meses de reposo y rehabilitación para recuperar la voz y curarse del todo. Los médicos han sido claros: tiene que evitar nuevas infecciones y eso significa reducir al máximo el contacto con otras personas.
El responsable del hospital ha contado a TVE que hasta en los momentos más duros de la hospitalización el papa quiso que se contara toda la verdad. Cuando se escribía el boletín se lo llevaban al papa y, si veía que faltaba algo, decía que se añadiera porque era muy consciente de las noticias falsas sobre su muerte.
El domingo se asomó al balcón y saludó con el pulgar alzado como diciendo, "he salido de esta". Para el equipo médico y para los fieles que han seguido diariamente su hospitalización ha sido un alivio y una gran emoción.