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¿Cómo fue la investigación periodística que detectó posible barcos espías rusos en el mar Negro? ¿Qué hacían buques rusos en la zona del Nord Stream antes de que explotara? Se lo preguntamos a Håvard Gulldahl, uno de los periodistas que participó en la investigación de las televisiones públicas de Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia plasmada en la serie documental 'La guerra en la sombra de Putin' y la serie de podcast 'Frente Frío'.

Natalia nació en Odesa y siempre soñó con vivir en España. Ahora está en Barcelona, pero se ha dado cuenta de que la guerra le impide disfrutar de su sueño. Además, nuestra enviada especial María Eulate, nos habla en su foto sonora de cómo se vive en Ucrania a la espera dela famosa contraofensiva ucraniana.

Alrededor de un tercio de los trabajadores de las embajadas rusas en los países nórdicos son espías, según los servicios de inteligencia y seguridad. Una investigación hecha por las cadenas públicas de estos países ha identificado a al menos 38 de estos agentes secretos. Durante un año han investigado a trabajadores de las embajadas rusas de sus países y han contrastado sus imágenes con la información que les ha dado una organización de periodistas que tiene acceso a miles de archivos en Rusia con datos sobre estas personas, sus antecedentes y su especialización.

FOTO: MARIE MANNES/REUTERS

Barcos rusos estarían espiando infraestructuras energéticas en el Mar del Norte con un propósito: realizar actos de sabotaje en caso de que la guerra en Ucrania se extienda a otros países. Es al menos lo que asegura una investigación de las televisiones públicas de Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca. El navío habría recorrido el Mar del Norte para labores de inteligencia. Lo revela 'Guerra en la sombra', una investigación de varias televisiones públicas de los países nórdicos. Acusan a Rusia sondear infraestructura crítica, desde el mar Báltico hasta la costa británica. Gasoductos, parques eólicos, cables submarinos. El objetivo: un posible sabotaje en caso de escalada con Occidente.

Hoy se cumple un año de la detención del periodista Pablo González en Polonia. Está acusado de espiar para los servicios de inteligencia de Rusia y tras 12 meses encarcelado, la justicia acaba de prorrogar su arresto preventivo otros tres meses. Oihana Goiriena, pareja de Pablo, ha asegurado en Las Mañanas de RNE que él está catalogado como preso peligroso y por ello, solo puede salir 1 hora de su pequeña celda sin ventilación y sin visitas ni comunicación por teléfono con su familia y cuenta que su última vivista fue el 21 de noviembre. Oihana niega que su marido trabaje para el espionaje ruso y recalca que la única relación que tiene Pablo con Rusia es “familiar” porque “su familia paterna es de Moscú.” Y explica que no tiene contacto con nadie del gobierno español y “es algo que echa en falta” para saber “qué están haciendo y qué respuesta tienen de Polonia.” Y cree que “no se están respetando la Carta Europea de Derechos Humanos en relación con la vida familiar.”