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Los combates entre el Ejército israelí y Hamás se han intensificado en el norte de Gaza. En el campo de refugiados de Yabalia hay decenas de fallecidos y heridos tras los últimos bombardeos. Muchas familias se ven obligadas a huir de nuevo. El Ejército israelí ha advertido de que atacará "cualquier vehículo" sospechoso de transportar a hombres armados, incluidas las ambulancias.

Y, en Líbano, continúa la ofensiva israelí que comenzó hace casi tres semanas, con ataques en el sur del país. Sigue aumentando el número de desplazados. También allí, esta mañana han ordenado más evacuaciones. Son ya más 1.200.000 las personas que en este país han tenido que dejar sus casas y sus vidas y no tienen dónde ir porque los refugios están saturados.

Foto: EFE/EPA

¿Qué es Hezbolá? ¿De dónde surgió y cómo se integra en la realidad diaria del Líbano? Son algunas de las preguntas que responde Ignacio Gutiérrez de Terán en su libro Hezbolá. El laberinto de Oriente Medio editado por Catarata.

Mientras muchos huyen del sur del Líbano, hay un grupo de religiosos españoles que ha decidido quedarse a pesar de la guerra. Allí mantienen un proyecto de ayuda a familias desplazadas. 

La guerra en Líbano ha vaciado los pueblos del sur del país donde los ataques son más intensos, pero hay un centro, no muy lejos de la frontera, donde religiosos y voluntarios, han decidido quedarse porque -dicen- ahora es cuando más se les necesita. 

Cada día, desde que comenzó la ofensiva israelí, acogen por unas horas a decenas de niños de aldeas próximas. Se les da al menos una comida y se les proporciona un lugar seguro donde olvidarse de la guerra.

No hay tiempo para el miedo en este equipo formado por personas de 7 confesiones, que atienden a más de 1.300 familias, a las que también reparten ayuda humanitaria y que, son, según dicen, un ejemplo de resiliencia.

El proyecto Fratelli comenzó hace 10 años para ayudar sobre todo a niños de familias refugiadas sirias, pero ahora se enfrentan a un nuevo reto: la avalancha imparable de los desplazados libaneses. 

FOTO: EFE/EPA/STR

Las playas de la costa sur de Líbano están vacías y los barcos pesqueros permanecen amarrados en el muelle. Los pescadores están cumpliendo una orden del ejército israelí, que les ha pedido que no salgan al mar si no quieren arriesgar sus vidas. "Necesitamos comer y alimentar a nuestras familias. Si no trabajamos terminaremos mendigando en la calle", asegura a TVE Mohammed, pescador en Sidón.

El Ejército israelí se prepara para combatir a los milicianos de Hizbulá también por vía marítima y ha advertido a la población que evite las zonas costeras. La orden afecta solo en Sidón a unos 500 pescadores que han tenido que parar su actividad. La lonja, siempre animada y repleta de pescado fresco, está más vacía que de costumbre y los pescadores que salgan a faenar lo harán asumiendo el riesgo.

Foto: AP Photo/Mohammed Zaatari

Beirut ha despertado, un día más, entre columnas de humo y con el sonido de los bombardeos en los suburbios del sur. Pero hoy, la inquietud se ha trasladado, sobre todo, a las zonas costeras. A 40 kilómetros de Beirut, está Sidón, una de las ciudades más antiguas del mundo, en la costa mediterránea y que vivía hasta ahora de la pesca, el comercio y el turismo. 

El Ejército israelí ha advertido a los pescadores y a los bañistas que no salgan al mar. Porque podrían atacar también por vía marítima. 

La ciudad tenía unos 50.000 habitantes antes de la ofensiva israelí. Ahora han venido miles de desplazados por la guerra. 

El ejército israelí ha advertido de que podría atacar a milicianos de Hezbolá por mar y por eso ha pedido a la población que se mantengan alejados de la costa. Lo que puede ser una ruina para el comercio y la pesca en esta localidad.

Las fuerzas israelíes anunciaron que sus operaciones en Líbano iban a ser limitadas, pero parecen decididas a ampliar cada vez más su ofensiva. 

El Telediario 2 se realiza este lunes desde Jerusalén, justo cuando se cumple un año de los ataques de Hamás y de la ofensiva israelí contra Gaza. Desde ahí TVE analiza los distintos frentes de este conflicto que no se ha quedado solo en Israel y Palestina. En este tiempo se ha extendido elevando la tensión en esta zona del mundo, ya de por sí convulsa.

El hecho de que un año después de los atentados de Hamás haya todavía cerca de un centenar de israelíes secuestrados, ha condicionado el apoyo interno al presidente israelí, Benjamín Netanyahu. Pese a ello, la escalada bélica en Líbano ha mejorado su popularidad e imagen pública, en gran medida por sus acciones contra los líderes de Hamás e Hizbulá alojados en el país. Sin embargo, Netanyahu sigue enfrentándose a varias causas penales, entre ellas una por corrupción, y que por el momento han quedado paralizadas completamente debido a la guerra. Hasta ahora, su supervivencia política pasa por el apoyo de sus socios de Gobierno, grupos ultranacionalistas que exigen mano dura contra Hamás e Hizbulá, y que amenazan con retirarle sus simpatías si favorece un alto el fuego.

Desde hace un año, los cohetes de Hizbulá llegan casi a diario al norte de Israel. La mayoría son interceptados por el escudo antimisiles, pero algunos impactan sobre las ciudades. Una de las más castigadas es Haifa, la tercera ciudad del país, donde son comunes los trabajos de reparación tras los daños ocasionados. Los ataques del grupo chií han hecho que Israel evacúe a casi 70.000 personas de la frontera con Líbano, que aún no han podido regresar a sus hogares.

Su vuelta es una de las razones por las que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, justifica la invasión del Líbano. Además, han reducido la actividad económica de muchas ciudades de la zona. Al norte de Haifa se concentran soldados y carros de combate. Netanyahu ha prometido "la fuerza que sea necesaria" hasta lograr el regreso de los evacuados.

Desde hace casi dos semanas, las noches de Beirut se llenan de constantes explosiones y ataques israelíes. Pero la del sábado y el domingo fue la jornada más violenta. Incluso se veía a los aviones despegar y aterrizar en medio de las llamas y el humo. La mayor parte de los misiles se han lanzado contra los barrios del sur de la ciudad, donde un equipo de TVE se ha adentrado después del intenso bombardeo. 

Los testigos dicen que cayeron al menos cuatro misiles antibúnkeres, diseñados para penetrar y destruir estructuras fortificadas subterráneas. En estos suburbios de Beirut vivían hasta hace dos semanas más de un millón de personas. La mayoría han huido por temor a ser objetivo de alguno de estos bombardeos. 

Foto: AFP

Desde la medianoche, los bombardeos han sido constantes en Beirut. El cielo rugía una y otra vez, y se veían grandes bolas de fuego y columnas de humo. Ha sido una sucesión de explosiones centradas en los suburbios de Dahye, en el sur de la capital, una zona bajo control de Hizbulá.

Solo horas después de los bombardeos, un equipo de TVE ha entrado en el corazón de la zona atacada. Los testigos aseguran que han sido lanzados, solo en este lugar, al menos cuatro misiles anti búnkeres, que se usan para objetivos blindados o enterrados a gran profundidad.

"¿Ves armas aquí... ves armas...? Aquí lo que ves, en este agujero son alfombras, muebles, ropa... aquí vivían civiles", dice Ahmed, uno de los pocos vecinos que aún viven en este área. En estos barrios, que están muy cerca del aeropuerto, vivían casi un millón de personas. La mayoría se han visto obligados a dejar sus casas y los últimos que quedaban han tenido que hacerlo a toda prisa esta misma madrugada.

Foto: AFP

Beirut ha amanecido cubierta por densas columnas de humo, tras una jornada llena de violentos ataques. Israel ha lanzado más de 30 bombardeos durante la noche contra la ciudad, aunque asegura que su objetivo han sido "almacenes de munición y otras infraestructuras terroristas". Foto: ANWAR AMRO / AFP