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El faro romano de la Torre de Hércules, el más antiguo del mundo en funcionamiento, es una buena metáfora del carácter de esta ciudad. A Coruña se honra en afirmar que nadie en ella es forastero. Su luz lleva dos mil años guiando a atribulados marineros hasta la seguridad del puerto resguardado en su ría: los coruñeses saben recibir al viajero. En este caso es una navegante, la campeona olímpica de vela Sofía Toro, la encargada de mostrarnos el frente oceánico, completamente perfilado por el paseo marítimo más largo de Europa. Desde el mirador del Monte de San Pedro hacemos una foto de conjunto de la península rocosa donde se asienta la población antes de iniciar una gran caminata que nos permite descubrir tres playas urbanas (Riazor, Orzán y Matadero), además de los puertos deportivos y algunos museos científicos. En el Nacional de Ciencia y Tecnología (MUNCYT) nos espera la directora de su sede coruñesa, Marina Martínez. También hacemos parada en la casa museo de Emilia Pardo Bazán, donde Marilar Aleixandre, académica de la Real Academia Galega, nos invita a viajar a Marineda, alter ego de A Coruña en la obra de esta escritora naturalista. Por supuesto, subimos a la Torre de Hércules con su actual directora, Ana Santorun. Y después de echar un vistazo a las blancas galerías que cubren las fachadas que dan al puerto –lo que justifica el sobrenombre de La Ciudad de Cristal– accedemos a la Plaza de María Pita, corazón de la ciudad vieja. Callejeamos por ella en compañía de dos guías locales: Chus Vidal y Marga Parada. Tras conocer el costado modernista del ensanche urbano y los Jardines de Méndez Núñez, terminamos nuestro recorrido en el mercado de la Plaza de Lugo, donde podemos comprar producto fresco de proximidad. Los pescados y mariscos vienen directos de la Lonja de A Coruña, una de las más importantes del continente; la visitamos con su presidente, Juan Carlos Corrás.

Estos moluscos bivalvos pueden superar el metro de longitud. Son capaces de reincorporarse cuando la corriente o algún barco les tumba, pero no son buenos nadadores. Tampoco producen perlas. Viven en praderas de posidonia y en nuestro país podemos encontrarlas en la región de Murcia, concretamente en el Mar Menor.

Jardines submarinos. Una start-up de Barcelona se ha especializado en una actividad muy poco conocida: la creación de jardines submarinos. Combinando la investigación científica con un modelo empresarial innovador, Underwater Gardens desarrolla estrategias de acción para la restauración, conservación y regeneración de ecosistemas marinos degradados.

La tortuga boba es una especie vulnerable que ha empezado a anidar en el litoral español debido al cambio climático. Son extremadamente frágiles. Un equipo de especialistas ha criado a 22 de ellas durante un año, justo antes de devolverlas al mar. Pesan en torno a dos kilos, pero siguen siendo bebés. Las tortugas bobas han necesitado ayuda para volver al lugar donde fueron rescatadas del nido: la playa de Almassora, en Castellón.

Nuestra costa no era su hogar habitual. El principal motivo de su llegada es el cambio climático. Se trata de una especie con baja esperanza de vida: sin asistencia solo llegarán a adultas una de cada mil. Aunque una madre deposita hasta 300 huevos en la playa, no eclosionan todos a la vez. Las tortugas han vivido un año en unos tanques del Oceanogràfic de Valencia.

Mara Peterssen entrevista a Pablo Abaunza, uno de los coordinadores de la Plataforma Oceans, una iniciativa que agrupa a diferentes equipos del CSIC que investigan la sostenibilidad marina.

En el fondo de la playa del Coco en Badalona (Barcelona) pueden encontrarse toneladas de residuos. Se tratan de restos que la gente tira al váter y que las depuradoras filtran, pero cuando llueve los sistemas de saneamiento colapsan y los expulsan al mar. Con 14 banderas negras, Ecologistas en Acción denuncian los puntos más críticos del litoral español. Según alertan, aquellos que concentran más vertidos residuales no cumplen con las normativas de calidad del agua. Asimismo, estos residuos después son recogidos en las redes de los pescadores, que quedan inutilizables. A las administraciones les reclaman mayor inversión en infraestructuras y al resto de ciudadanos quieren dar un toque de atención: no tirar productos sólidos por el inodoro, si queremos mantener el fondo marino.

Las belugas ucranianas, Pimbur y Miranda, llegaron al Oceanográfic de Valencia la madrugada del 19 de junio. Una vez en las instalaciones del Oceanográfic, los expertos se dieron cuenta de que no hablaban el mismo idioma que las belugas valencianas, sino que hablan en el lenguaje de los delfines. Pero, desde su llegada, parece que cada día se entienden mejor con sus nuevas compañeras.

Manuel Vargas, investigador del Instituto Español de Oceanografía, ha explicado en Las mañanas de RNE que el calentamiento del Mediterráneo, que se está produciendo de manera rápida y más intensa que en otras partes del planeta, se debe al calentamiento global. Los océanos, como ha indicado, están absorbiendo el 90% de la energía que está reteniendo el planeta por causa del cambio climático, lo que hace que vaya aumentando la temperatura. "Pero en el Mediterráneo esto ocurre más rápido. Las tasas o la velocidad a la que se calienta el Mediterráneo en algunos lugares pueden ser dos y tres veces superiores a las que encontramos en otros lugares del planeta”, ha asegurado.

Las consecuencias, por tanto, pueden ser de diversa índole, tanto en el medio ambiente como en nuestra salud. "Cuando llega esta época de final de de verano, esos procesos de Dana ahora cada vez son más intensos, cada vez son más dañinos”, ha dicho. También ha señalado que otras de las consecuencias son una subida del mar, un oleaje que se adentra cada vez más en la costa y una temperatura en el ambiente más cálida.

Las mariscadoras de Pontevedra han vuelto a la faena tras seis meses sin rastro de este molusco bivalvo vivo. Las playas se han ido regenerando, pese a que siguen siendo frecuentes los episodios de mortandad de la almeja por exceso de agua dulce debido a las intensas lluvias. No obstante, las mariscadoras nunca habían tenido que parar por tanto tiempo. Por el momento, han comenzado con un tope de capturas de prueba y a partir de este martes, podrán recoger también la almeja fina gallega. Una de las más cotizadas, pero también la más escasa. 

El mar Mediterráneo es uno de los mares más ricos en biodiversidad, con 17.000 especies, el 18% de las catalogadas en el planeta. Pero un tercio de los hábitats marinos amenazados en el planeta están en este mar. Para alertar de su situación, para controlar que no sufra aún más contaminación, para divulgar su importante papel, Ecologistas en Acción realiza campañas de vigilancia ambiental con el velero Diosa Maat. En la víspera del Día de los Océanos, Rosa Basteiro se ha unido a la tripulación de esta embarcación para conocer el trabajo que realizan a bordo.