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La salud mental se ha convertido en uno de los principales retos del siglo XXI para nuestro sistema nacional de salud. El Gobierno ha destinado este año 43 millones de euros para esta materia, una cifra récord. Pero, ¿este dinero está bien distrubuido? El 47% de esta partida -que se reparte entre las comunidades autónomas- va destinada a pagar la prescripción de medicamentos por la Seguridad Social y a las bajas laborales por estrés y ansiedad. Es decir, cuando el trastorno mental ya es tan severo que requiere una solución, para los expertos, drástica. Sin embargo, este dinero no se invierte en mejorar los servicios y los recursos humanos del Sistema Nacional de Salud. Y claro, hablamos de interminables listas de espera para recibir tratamiento. Hay quien tiene un poco más de suerte con los profesionales de la Sanidad Pública, pero la aternativa es acudir a las consultas privadas, algo que no todo el mundo se puede permitir.

Es por eso que desde la Sociedad Española de Psicología Clínica advierten de que el género, el lugar de residencia y los recursos económicos condicionan el acceso de los ciudadanos a la atención de salud mental. Charlamos sobre este asunto con Juan Antequera, psicólogo clínico del SERMAS y vicepresidente de la Sociedad Madrileña de Psicología Clínica. Recuerda que en España hay 1 psicólogo clínico por cada 100.000 habitantes. Solo 1 de cada 10 personas diagnosticadas con depresión accede a psicoterapia en la sanidad pública y conseguir una cita es misión casi imposible. En el caso de los pacientes con trastornos mentales más graves, la mayor parte son atendidos en la sanidad pública, aunque se encuentran con demoras en los tiempos que tienden a cronificar y empeorar su pronóstico. Y los que no pueden acceder a la sanidad pública, ¿qué hacen?. Los que pueden costearlo, acuden a las consultas privadas. Estamos hablando de 560 euros al mes, de media, si las sesiones son varias veces a la semana. O, lo que es lo mismo, entre un 30% y un 40% de los ingresos mensuales de una persona. Antequera sentencia: "Si tienes menos recursos económicos, está demostrado que tienes más posibilidades de tener un problema de salud mental y menos recursos para acceder a un tratamiento".

En este reportaje os contamos la historia de Javier, diagnosticado con psicosis y, además, con una discapacidad: parálisis cerebral motora. Denuncia que no puede acceder al sistema público de salud de manera continuada: "Las visitas con el psiquiatra son cada 4 meses y con el psicólogo apenas he tenido contacto. Menos mal que desde la asociación Alusámen, una organización del humilde barrio madrileño de Puente de Vallecas, me prestan apoyo psicológico a mí y a muchos pacientes que no pueden acceder a la sanidad pública".

David, por su parte, sí que dio con buenos profesionales en la sanidad pública. Está diagnosticado con Trastorno Obsesivo Compulsivo crónico y con Trastorno Límite de Personalidad. Su enfermedad, al ser considerda grave y al haber tenido varios episodios muy críticos, sí que ha podido tratarse en los centros de salud mental del Sistema Público de Salud. "Mi psicóloga y mi psiquiatra me salvaron la vida. Yo he estado a punto de suicidarme, creía que querían matarme, creía que me espiaban, que me escuchaban, llegué a estar fuera de mí. Y ellas me ayudaron, al igual que hizo mi grupo de apoyo y la asociación Alusámen", afirma David.

Finalmente, los expertos quieren lanzar un mensaje en este día: "Si entendemos la salud física como un derecho, no hay razón para que la salud mental no lo sea también".

El documental, con guion de Luis Miguel Úbeda, aborda el espinoso tema del acercamiento que hizo el primer franquismo a la enfermedad mental, desde tesis eugenésicas y racistas, a través del primer catedrático (1947) de la especialidad en la Universidad española,  Antonio Vallejo Nágera.

El doctor Vallejo Nágera, natural de Paredes de Nava (Palencia, 1889), desarrolló su carrera profesional en la medicina militar. y se vio muy influido por el eugenismo, una de las corrientes de la época que creía en la mejora de la raza humana a partir de la biología y la genética.

Vinculado a grupos de ideología ultra tradicionalista, dejará condensado su pensamiento en el opúsculo de 1936, Eugenesia de la hispanidad y la regeneración de la raza. En él definía la raza hispana, dotada del genotipo ibérico, que había que perfeccionar estimulando la fecundidad de los selectos, para así crear una supercasta hispana. Una tesis en la mezclaba planteamientos pseudocientíficos con ideas espirituales y religiosas.

Pero la principal aportación de Vallejo Nágera en los años treinta fue la aplicación de esas teorías a la política represiva franquista de la disidencia. Actuó como propagandista en contra del enemigo marxista, un término que englobaba cualquier ideología fuera del catolicismo y el pensamiento tradicional. Asimismo, convirtió la disidencia política en patología psiquiátrica y, desde esa posición, justificó la eliminación física del adversario: el encarcelamiento, el exilio, el robo de niños y el ostracismo social para los desafectos al régimen franquista.

En el intento de probar experimentalmente sus proclamas sobre la supuesta patología mental de los marxistas, Vallejo Nágera realizó un estudio, en plena Guerra Civil, con milicianas y brigadistas internacionales presos. Trabajo que publicó en 1938 con el título de Psiquismo del fanatismo marxista, con el objeto de demostrar, según sus palabras, la razón ética de su destrucción individual y colectiva.

Aunque Vallejo Nágera fue considerado como el padre de la psiquiatría en España, lo cierto es que su huella médica y científica ha sido escasa. Su vinculación con el eugenismo y la represión franquista y su falta de asiento científico en sus planteamientos, han hecho que su figura haya quedado desprestigiada y superada.

El programa, Disidencia y psiquiatría: el caso Vallejo Nágera, ha contado con la aportación de Ricardo Campos, investigador científico en el Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); Enric Novella, psiquiatra y profesor de Historia de la Ciencia en la Universidad de Valencia; Enrique González Duro, psiquiatra y autor, entre otros, de Los psiquiatras de FrancoAna Conseglieri, psiquiatra del Hospital Universitario Infanta Cristina de Parla; y de Olga Villasante Armas, psiquiatra del Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés.

Documentos RNE se emite los viernes, de 23 a 24 horas, por Radio Nacional.

La Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM) presenta hoy el Libro Blanco de la Psiquiatría en España y Las mañanas de RNE conversa con su presidente, Manuel Martín Carrasco, para conocer cuál es la situación de la salud mental y de los profesionales que se dedican a ella. En nuestro país hay 9 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, una carencia, dice Martín Carrasco en alusión a los datos del Libro Blanco, que se podría paliar con la incorporación de entre 350 y 400 psiquiatras al año, sobre todo teniendo en cuenta que el 20 por ciento de los que trabajan en el Sistema Nacional de Salud podrían jubilarse en el próximo lustro; ello relacionado con una mayor demanda de atención en los servicios de salud mental tras la pandemia por Covid19: "La pandemia ha traído consigo un aumento de la demanda de atención justo cuando un grupo de psiquiatras estaba asomándose ya a la jubilación".

A estas circunstancias se añaden las diferencias en la atención mental entre comunidades autónomas, "hay un desequilibrio muy importante", expresa el presidente de la SEPSM, quien ve la necesidad de una mayor inversión para mejorar el servicio en varios frentes: "Se ha hecho un trabajo importante desde los años 80, cuando se llevó a cabo la primera transformación profunda de la red de salud mental, pero los cambios se han quedado a medio camino; no afecta solo a psiquiatras, también a psicólogos o enfermeras que tienen carencias importantes".

Como punto importante, Martín Carrasco señala al envejecimiento de la población y sus necesidades específicas, así como la falta de centros especializados y de programas específicos de formación para la atención de la salud mental de los mayores y de los riesgos que puedan afectarles, como el caso de la soledad: "Las demencias se relacionan con la soledad, la falta de interacción y estímulo para un ser social como es el ser humano, es demoledora".

Medio millón de españoles tienen algún problema de salud mental. Preocupa sobre todo la de los más jóvenes, entre los que aumenta la tasa de suicidio. Unas jornadas en el Congreso abordan el problema y charlamos con dos de sus ponentes: el Director de Psiquiatría Hospital Santa Creu i Sant Pau, Narcís Cardoner; y la Directora de la Asociación Española de Apoyo en Psicosis (AMAFE) Ana Cabrera. El apoyo familiar y a las familias es crucial.

Joan Benach, coordinador del estudio sobre precariedad y Salud mental, encargado por el Ministerio de Trabajo, es doctor en Salud Pública por The Johns Hopkins University y catedrático de Sociología en la Universidad Pompeu Fabra.Nos explica en Por tres razones los motivos estructurales que nos conducen a la precariedad laboral y por qué nos culpamos de sobrellevarla con la una de las medicalizaciones más altas del mundo.
 

Entrevistamos a la psiquiatra Marta Carmona, que ha escrito junto a Javier Padilla, médico de familia, Malestamos. Es un ensayo en el que han intentado describir un sentimiento de época, "esta sensación que no encaja en una categoría clínica, que no es una enfermedad" y que habla de la falta de ilusión y de esperanza que tenemos todos y que la pandemia ha agudizado. 

De forma pionera, el Hospital 12 de Octubre quiere averiguar los beneficios de estas terapias en la mejora de hábitos de personas con adicción a la comida. Para ello, diez mujeres, todas ellas en lista de espera de cirugía bariátrica, están asistiendo a una serie de sesiones, 24 en total, en la que se les ofrecen estrategias, técnicas y apoyo para cambiar sus hábitos de vida. Noemí Martínez habla con una de estas pacientes, Elena, y con dos de las profesionales que dirigen las terapias: Sara Solera, psicóloga clínica, y Yolanda Guerrero, enfermera psiquiátrica. 

Hoy es el Día Mundial de la Salud Mental y tras la pandemia aumentaron los trastornos de salud mental. Antonio Cano-Vindel, catedrático de Psicología de la Universidad Complutense y ex presidente de la Sociedad para el estudio de la Ansiedad y el estrés, ha confesado en Las Mañanas de RNE que el sistema de la sanidad pública en España no está preparado para atender los trastornos mentales comunes. El Gobierno aprobó la nueva estrategia de salud mental con un plan vigente hasta 2026 con un presupuesto de 100 millones de euros, pero Cano-Vindel asegura que no es suficiente porque, explica, que si comparamos “100 millones de inversión con los 22 mil millones al año que se estima que son los costes solo de la ansiedad y de la depresión (el 80% de las trastornos mentales) no es suficiente.” Y asegura que es necesaria la prevención desde la escuela e insiste en la necesidad de formar a las familias y reforzar la atención primaria que es a donde llegan todos los casos.

Marta Carmona, psiquiatra, y Javier Padilla, médico de familia, son coautores del libro ‘Malestamos’, un ensayo que plantea la confusión que puede suponer en materia de términos y puntos de vista el hecho de que haya un mayor debate sobre salud mental. Carmona ha señalado en Las Mañanas de RNE que, aunque existe una parte de este debate que puede tratarse desde el marco clínico, hay “mucho sufrimiento cotidiano y malestar” que no pueden abordarse desde este punto de vista. Indica también que el cansancio, la tristeza y el escepticismo forman parte de “una sensación muy generalizada”, que impide que seamos capaces de imaginar un futuro a medio-largo plazo, algo que a su parecer “dice mucho del momento en el que vivimos”.

Sobre esto, Javier Padilla considera que debemos “avanzar en el ámbito de las políticas públicas” para poder abordar los diversos problemas sociales que pueden provocar este malestar diario, aunque cree que las nuevas generaciones lo están empleando para tratar de generar “un cambio a mejor”. Coinciden en que las constantes crisis de los últimos diez años han provocado que estas generaciones se planteen “si este es el mundo en el que queremos vivir” y resaltan la importancia de aplicar “nuevas narrativas” frente a las cuestiones que la ciencia no puede abordar.

En España cada día intentan quitarse la vida 11 personas y en el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, los expertos insisten en poner el foco en la prevención. "Es en los colegios donde hay que empezar en gestión de frustracción", expresa Celso Arango, psiquiatra. Alba Ruipérez es superviviente y cuenta que no supo identificar su primer intento de suicidio: "Yo desconocía la palabra ansiedad, desconocía la palabra depresiónDe hecho, mi primer intento de suicidio nunca pensé que era un intento de suicidio porque no lo conseguí". Las familias también piden más ayuda, como Dolors López, que coordina el plan de formación del profesorado en Valencia: "Yo soy la madre de una chica que se suicidó. Que me hablen a mi de culpa".

Informa Begoña Sanz