Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Las tropas ucranianas avanzan dentro de Rusia unos dos kilómetros por día, según el jefe de su Ejército. En doce días de ofensiva han capturado más de 80 localidades, 1.100 kilómetros cuadrados y cientos de soldados rusos. Incluso acaban de crear una administración militar para esos territorios, lo que sugiere que Kiev se plantea algo más que una breve ocupación. "Debemos infligir el máximo daño a todas las posiciones rusas", ha dicho el presidente ucraniano Volodímir Zelenski. Kiev podría utilizar ese territorio como moneda de cambio en unas futuras negociaciones. Lo que ya ha conseguido, según expertos, es cambiar la percepción de que su derrota es inevitable. Foto: REUTERS/Viacheslav Ratynskyi/File Photo

Casi dos años después del sabotaje de los gasoductos Nord Stream 1 y 2, aún no está claro quién ordenó la operación. Varias investigaciones apuntan a Ucrania y ahora el diario The Wall Street Journal va más allá y mantiene que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, conocía el perpetrador. Algo que Kiev niega. Por su parte, las investigaciones llevadas a cabo por Suecia y Dinamarca se han cerrado este año sin culpables. Solo Alemania la mantiene abierta, y en junio emitió una orden de detención contra un buzo ucraniano, en paradero desconocido y acusado de ser uno de los que ejecutó el sabotaje desde un velero. Pese a las acusaciones, el Gobierno ucraniano ha indicado que esa versión es un sin sentido, mientras Rusia mantiene que este había sido aprobado por Estados Unidos.

Tras la incursión a la región rusa de Kursk, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha pedido a sus aliados misiles de largo alcance para continuar la ofensiva. En apenas una semana, el asalto ha logrado controlar más de 70 localidades en la región y avanzan cada día, según Zelenski, 1 o 2 km en varias direcciones. Entretanto, y para apoyar el mensaje de que están frenando el avance, el Ministerio de Defensa ruso ha proporcionado supuestas pruebas de ataques de drones a tanques ucranianos y soldados capturados en ese frente. Pese a ello, Kiev ha conseguido llevar la guerra a tierras rusas , y ahora imágenes que solo se habían visto hasta ese momento en Ucrania también se ven en el país euroasiático

Ucrania continúa su incursión sobre territorio ruso. Es la mayor incursión de un ejército extranjero en Rusia desde la Segunda Guerra Mundial. Kiev afirma que controla 74 localidades en la región de Kursk, mientras bombardea la vecina región de Bélgorod, cuyo gobernador ha declarado el estado de emergencia.

Pavlo y Olexandr formaban parte de una de las primeras unidades ucranianas que traspasaron a la frontera rusa. Ahora se recuperan en un hospital de las heridas que sufrieron en los primeros días del ataque. "Cuando entras en su territorio te das cuenta de lo mucho que hemos sufrido, de lo mucho que han sufrido nuestras mujeres y nuestros niños, de que ahora les toca a ellos. Finalmente, podemos vengarnos de todo lo que nos hicieron. Pero no somos animales. No insultamos a los civiles ni saqueamos", dice uno de ellos.

Los combates están siendo difíciles e intensos, ha dicho el presidente Volodímir Zelenski, y centenares de soldados rusos se han hecho prisioneros. "Todos serán tratados humanamente, un nivel de trato que nunca han experimentado ni siquiera en su propio ejército ruso", ha indicado el mandatario ucraniano.

El portavoz de Exteriores de Ucrania ha recordado que la ofensiva cesará en cuanto "Rusia acepte restablecer una paz justa". Moscú, por su parte, afirma que ha frustrado nuevos ataques ucranianos en Kursk y que la defensa antiaérea ha derribado durante la noche drones procedentes de Ucrania. Y en una sesión informal del Consejo de Seguridad de la ONU, el embajador ruso ha criticado a Occidente por no condenar el ataque ucraniano. "No hemos escuchado ni una palabra de condena a estas acciones por parte de los patrocinadores del régimen de Kiev. Siguen repitiendo que Ucrania tiene el derecho legal a defenderse, mientras ignoran los ataque a civiles en la región de Kursk", ha denunciado Dimitri Polianski.

Foto: ROMAN PILIPEY / AFP

La presión ucraniana contra las regiones fronterizas rusas de Bélgorod y Kursk ha obligado a la primera a declarar también el estado de emergencia este miércoles. El presidente, Volodimir Zelenski, ha asegurado que sus tropas continúan avanzando en Kursk, donde penetraron hace una semana.

Las autoridades rusas han evacuado ya a más de 200.000 personas como consecuencia de la incursión ucraniana en su territorio, que ha sorprendido a Moscú y a la comunidad internacional, y que según el presidente estadounidense, Joe Biden, supone un "dilema real" para Vladímir Putin.

Foto: Anatoliy Zhdanov / Kommersant Photo / AFP

A su paso por Ucrania los soldados rusos han dejado grafitis en las paredes. Una vez liberados los territorios, el proyecto Wall Evidence recopila las imágenes que les llegan de todos los rincones del país. Hablamos con sus fundadoras Anastasia Oleksii, gestora del proyecto, y Roksolana Makar, editora.

Anastasia vive en Kiev, aunque cuando empezó la guerra estaba en el extranjero. Se instaló unos meses en el oeste de Ucrania y ya ha vuelto a la capital, donde tiene una empresa de comunicación.

'Diario de Ucrania' es un podcast en el que encontrarás el contexto necesario para entender lo que está pasando en la guerra tras la invasión rusa. En cada edición escuchamos a analistas, militares, periodistas, trabajadores humanitarios y a los ciudadanos ucranianos y rusos que sufren en primera persona este conflicto.

Se cumple una semana de la incursión de Ucrania en la región rusa de Kursk. Rusia trata de recuperar el terreno perdido con una gran ofensiva aérea, mientras busca refugio para los 200.000 rusos desplazados de la zona. Ucrania no ha entrado en territorio ruso porque quiera conquistarlo, según el portavoz de Exteriores.

La televisión rusa muestra imágenes de colas para recibir ropa y comida en los centros de acogida para evacuados de la región vecina de Bélgorod, muy cerca de un refugio. Mismas colas de ucranianos evacuados en Sumy, la ciudad fronteriza más golpeada por los ataques rusos. Por razones de seguridad, Ucrania ha restringido los movimientos de civiles que residen en un radio de 20 kilómetros.

Foto: Roman PILIPEY / AFP

Este martes se cumple una semana de la incursión ucraniana en territorio ruso, la primera de un país desde la II Guerra Mundial. Ucrania mantiene que no tiene intención de anexionarse ninguna región, y que se retirará si Moscú acepta una paz justa. Con misiles y drones, Rusia ha atacado infraestructuras energéticas en Sumy. Es la parte de Ucrania con la que el presidente Volodímir Zelenski justifica su incursión en territorio ruso. Dice que los ataques llegan desde la región de Kursk, pero detrás de la ofensiva sorpresa, hay más logros y por eso es tan importante. 

Por un lado, alivia la presión en el Donbás, ya que Vladímir Putin sigue desplazando tropas para contener la brecha. Por otro, mejora su posición negociadora y su imagen frente a los aliados, pero también levanta la moral de sus tropas y humilla a las rusas. El objetivo final: "Hay que forzar a Rusia hacia la paz", resume el presidente ucraniano. 

El mensaje ruso ahora es que el avance está controlado. Siguen evacuando a sus ciudadanos, ya son casi 200.000 rusos abandonando sus casas. Según un análisis de France Press, basado en datos del Instituto Americano para el Estudio de la Guerra (ISW), ayer Ucrania controlaba 800 km2 en la región rusa de Kursk. Y añade esta comparación: en todo 2024, Rusia ha avanzado en Ucrania 1.360 km2.

Foto: ROMAN PILIPEY / AFP

Rusia sigue intentando expulsar de la región de Kursk a las fuerzas ucranianas que hace una semana entraron por sorpresa en la región rusa. El almirante retirado, Juan Rodríguez Garat, cree que la incursión no es muy relevante desde el punto de vista militar, pero sí tiene importancia psicológica. " Es un golpe en el terreno de la moral. Supone un descrédito para Putin, una dosis de optimismo para los ciudadanos ucraniano y un recordatorio para el mundo de que Ucrania tiene posibilidades de vencer", explica Rodríguez Garat, que añade que la operación tiene también el valor táctico de obligar a Rusia a desplegar fuerzas en Kursk que tenía previsto utilizar en otras operaciones en Ucrania.