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Tom Canavan es uno de los miles de supervivientes del 11-S. Se encontraba en una de las torres y quedó atrapado bajo los escombros. 20 años después sigue teniendo presente el atentado. Las heridas siguen abiertas y Estados Unidos no olvida a las víctimas de un atentado que marcó su historia.

[Especial: 20 aniversario del 11-S]

FOTO: Varias personas portan velas y carteles con los rostros de algunas de las víctimas del 11-S durante una vigilia en Nueva York. ROBERTO SCHMIDT / AFP.

Bomberos y policías fueron sin duda los héroes de aquel 11-S, pagando en muchos casos incluso con sus vidas. Para algunos de ellos la lucha contra los traumas de aquel día continúa dos décadas después. Es el caso del capitán de rescate Bob Gray o la sargento de policía Lynette Shaw. Ambos trabajaron en la sede de la defensa estadounidense tras el ataque. Gray se dio cuenta años después de que sufría estrés postraumático. Ahora, a través de ela Fundación Quell, ayudan a otros a superarlo. Lo cuenta Fernando Martínez.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha llamado este viernes a la unidad en su país y a dejar atrás el miedo, en un mensaje grabado en vídeo con motivo del vigésimo aniversario de los atentados del 11-S, que se conmemora este sábado. "Para mí, la lección principal del 11 de septiembre (de 2001) es que, cuando somos más vulnerables, en el tira y afloja que supone todo aquello que nos hace humanos, en la batalla por el alma de Estados Unidos, la unidad es nuestra mayor fortaleza", ha dicho Biden en un vídeo publicado en su cuenta oficial de Twitter.

Estados Unidos se prepara para rendir homenaje a las casi 3.000 víctimas mortales de los atentados del 11-S, el mayor ataque terrorista en la historia del país, y ha empezado con un minuto de silencio en la Bolsa de Nueva York. La ciudad que más vidas perdió cuando los terroristas estrellaron dos aviones contra las Torres Gemelas, en pleno corazón financiero de Manhattan.

Foto: Minuto de silencio en la Bolsa de Nueva York (REUTERS/Brendan McDermid)

Manny Gómez es consultor en seguridad, experto en terrorismo, pero hace 20 años formaba parte del FBI el día que derribaron las Torres Gemelas. "Recuerdo que era un martes normal, entonces escuché que un avión se estrelló contra una torre", explica Gómez al informativo 24 horas de Radio Nacional de España, "Todo el mundo trataba de ayudar, de sacar a la gente... pensábamos que era un accidente hasta que impactó el segundo avión". El exagente del FBI dice que las agencias de inteligencia estadounidenses aprendieron de aquel día que debían trabajar unidas para parar este tipo de ataques y que "guardar la información no le servía de nada a nadie: "En 12 horas pudimos descubrir todo, pero lo triste es que lo debimos hacer antes. De haber conectado antes todos los puntos, quizás podríamos haber salvado vidas". Gómez cree que la retirada de Afganistán supondrá un problema para el país ya que evacuaron a más de cien mil personas "sin saber quiénes eran" y si tenían vinculación con alguna organización terrorista: "No es cuestión de si habrá un ataque, sino de dónde y cuándo lo habrá. Nueva York es el objetivo número uno de los terroristas".

Los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos cambiaron el mundo, pero ¿qué cambió? Afganistán es la zona donde nace Al Qaeda, el grupo terrorista autor de los atentados. El 11S supuso un cambio radical en las relaciones de EE.UU. con Oriente Próximo, aunque contaba con los apoyos de Israel y Arabia Saudí. En Rusia, el cambio de estrategia exterior estadounidense significó que la guerra contra el terrorismo se pusiera en primer lugar y la guerra Washington-Moscú quedara a un lado. En Europa, destaca el papel de la OTAN tras los atentados. Además, los ataques supusieron un cambio en la seguridad interior de la Unión Europea. En el Reino Unido, se produjeron cientos de detenciones tras el 11S y también el país fue objetivo posterior de los terroristas. Alemania tuvo conexión directa con los atentados porque varios de los terroristas estudiaron en el país. Francia, por su parte, fue el primero en mostrar su solidaridad y apoyo a la administración Bush, pero luego las relaciones se truncaron por la guerra de Irak.

Con los corresponsales de Radio Nacional en Jerusalén, María Gámez; en Bruselas, María Carou; en Moscú, Erika Reija; en Londres, Sara Alonso; en Berlín, Gabriel Herrero; y en París, Antonio Delgado.

William Rodríguez tenía previsto librar el 11 de septiembre de 2001, pero su jefe insistió en que acudiera a trabajar. Él aceptó, aunque llegó 30 minutos más tarde de lo habitual. Rodríguez limpiaba cada día escalera a escalera los 110 pisos de la torre norte del World Trade Center. A las 8:46 de la mañana del martes 11 de septiembre del 2001, Rodríguez estaba en el sótano cuando los terroristas estrellaron el vuelo 11 de American Airlines contra el piso 93 de la torre norte. Aquel retraso fue determinante en su vida.

Con motivo del 20 aniversario de los atentados del 11-S conversamos con la economista italiana Loretta Napoleoni, experta en terrorismo internacional y blanqueo de capitales.

Napoleoni habla de cómo la reacción de Estados Unidos fue errónea, por lo que hoy el terrorismo internacional es más fuerte que hace 20 años, incluso en países como Iraq donde antes no tenía presencia. Analizamos también las fuentes de financiación de Al Qaeda, el Daesh y de los talibanes. El nuevo emirato de Afganistán no sólo se beneficia económicamente de los cultivos de opio, sino que acaba de hacerse con el control de los yacimientos de litio y otros metales raros.

Así fueron los preparativos para el 11-S. Diecinueve secuestradores. Cinco comandos, aunque uno nunca llegó a actuar. El plan original tenía 11 objetivos, pero el propio Osama Bin Laden lo consideró poco factible y se redujo a cinco.

La idea era de este hombre: el kuwaití Jalid Sheij Mohammed, encarcelado en Guantánamo desde 2006. Fue él quién se lo presentó al líder de Al Qaeda en 1996. Y con su visto bueno se lo encargó a la llamada Célula durmiente de Hamburgo. Jóvenes yihadistas, la mayoría saudíes, que estudiaban en la ciudad Alemana y a los que dirigía el egipcio Mohammed Atta. Eludiendo el radar de los servicios secretos, viajaron a Estados Unidos, y se prepararon. Durante meses realizaron reconocimientos de aviones y aeropuertos. Y se formaron en escuelas de aviación de Florida, con especial dedicación en virajes y despegues, pero ningún interés en los aterrizajes.

"No me sorprendió que Atta estuviera tramando algo terrible, porque no tenía pinta de ser alguien que disfrutara de la vida ", recordó tiempo después el dueño de una de esas academias de vuelo. 

Atta viajó a Madrid entre enero y julio, donde se cerraron los últimos flecos. En agosto llegó la autorización final de los líderes de Al Qaeda y a cada comando se le adjudicó un vuelo, un objetivo. Y "la fecha de la Boda", como llamaban al día del ataque
 El 10 de septiembre, Mohammed Atta y Abdelazziz Al Omari, miembros del primer comando, alquilaron un coche y condujeron desde Boston hasta Portland. Pasaron la noche los alrededores del aeropuerto. Y a primera hora del 11-S, volaron de nuevo hasta Boston. Allí embarcaron en el vuelo final: el 11 de American Airlines con destino Los Ángeles, que minutos después se estrellaba contra la Torre Norte del World Trade Center. Detrás vendrían los demás. Los que se estrellaron contra la Torre Sur,  contra el Pentágono y el que lo hizo en campo abierto por la rebelión de los pasajeros. No alcanzó su objetivo, que en realidad era el Capitolio.

Foto: REUTERS/Russell Boyce/archivo

Después de veinte años, la pregunta para muchos ya no es ¿qué hacías cuando cayeron las Torres Gemelas de Nueva York?, sino ¿qué sabes del 11-S? Es la pregunta que le hemos hecho a unos varios jóvenes que nacieron el mismo año de los atentados y que sólo han podido saber de ellos por lo que les han contado o lo que han estudiado.

Foto: Un hombre observa un informativo en una televisión en el parqué de la Bolsa de Nueva York (REUTERS/Brendan McDermid)