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Sojuzgada y liberadora, resistente y frágil, trágica y conmovedora. "El libro de la belleza" profundiza en esta idea universal y su evolución desde la construcción en el imaginario de los seres humanos, su negación contemporánea y la conclusión final de que permanece y nos salva. Estos son los tres grandes capítulos del ensayo de la crítica venezolana María Elena Ramos, investigadora y docente de artes visuales, que publica la editorial Turner en colaboración con Fundación ArtesanoGroup de Venezuela. Con prólogo de Antonio Muñoz Molina, el volumen incluye fragmentos, citas e imágenes de todas las épocas. La autora, que es miembro fundador de la Galería de Arte Nacional en su país,  ilustra de esta forma sus propias reflexiones sobre la belleza interior y exterior, su relación con el bien y lo sagrado, con la ciencia y el amor, con la naturaleza y el mal, con lo feo y lo sublime. Concluye, entre la certeza y el enigma, que perdura su valor social, como nos cuenta en este diálogo.

Los actores y el teatro como metáforas de una sociedad fascinada por el glamour y el espectáculo y a la vez vapuleada por el paro y la crisis. En este escenario coloca Marta Sanz (Madrid, 1967) a los protagonistas de "Farándula", novela con la que obtuvo el Premio Herralde de la editorial Anagrama. Tres generaciones de actrices dominan el relato: la vieja estrella Ana Urrutia, que sobrevive en la indigencia, la madura, responsable y crítica Valeria Falcón y la joven inconsciente y despreocupada Natalia de Miguel, que logrará el éxito en un reality televisivo. Con ellas, dos actores: Lorenzo Lucas, una promesa devenida en cínico veterano que se enamora de la chica, y Daniel Valls, de fama internacional, residente en París e incomprendido en España pese a su compromiso político. La firma de un manifiesto sindical, el precario montaje teatral de la película "Eva al desnudo" y el ictus de la decadente vieja dama de la escena desencadenarán la historia. Y sobre ella, desde la sátira y el humor, el avance imparable de la ideología tecnológica, la integridad y la manipulación de la solidaridad, el maltrato institucional y el desprestigio de la cultura y las contradicciones políticas y morales de la propia escritura, sin perder la confianza en que la literatura puede cambiar el mundo. Así nos lo cuenta Marta Sanz en este diálogo.