Bernardo Montoya, asesino confeso de Laura Luelmo, está pendiente de comparecer ante el juez. Ha salido esta mañana de la Guardia Civil, escoltado, entre los insultos y gritos de indignación de muchas personas que le esperaban en la puerta.
En Andalucía, a seis días de la constitución del Parlamento, PP y Ciudadanos han cerrado este mediodía el acuerdo para un programa de gobierno. Era el primer paso, que abre el camino a pactar después la mesa de la Cámara y la investidura.
Hablamos del crimen de Laura Luelmo, porque este viernes está previsto que pase a disposición judicial Bernardo Montoya, el autor confeso de la muerte de la joven zamorana, que permanece detenido en la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva.
A la espera de conocer nuevos datos, en las últimas horas hemos sabido que los agentes han encontrado una manta ensangrentada y varios objetos personales de la víctima, y que la autopsia y esto es clave en la investigación revela que Laura fue violada.
Estamos ante un caso que vuelve a despertar una gran indignación por parte de la sociedad. De nuevo, miles de personas salen a las calles para pedir justicia, y no solo eso, exigen además a los medios de comunicación que eviten dar detalles sobre el asesinato.
Nuestra compañera Marta Gómez nos hace reflexionar sobre el tratamiento que algunos medios han ido haciendo sobre casos muy mediáticos en los últimos años.
(Entrevista de Manuel Sollo). El 1 de julio de 1916 comenzó una de las batallas más cruentas de la historia bélica, la del Somme, en el norte de Francia. Concluyó el 21 de noviembre con un millón de bajas entre aliados y alemanes, 600.000 de ellos, jóvenes. Joaquín Berges rememora aquella carnicería en la novela "Los desertores" (Tusquets), cuando se conmemora el centenario del armisticio de la Primera Guerra Mundial. Narra la historia en un doble plano. La de entonces, en torno a los soldados británicos Albert Ingham y su amigo Alfred Longshaw, huidos de aquel drama y fusilados por sus mandos. La actual, protagonizada por Jota, un hombre de conflictiva vida familiar que viaja a la tumba de ambos combatientes en un cementerio francés. Cartas, homenajes, poemas salpican un relato basado en hechos reales, de búsqueda y redención entre padres e hijos. Nos lo cuenta el autor zaragozano, que modifica su estilo narrativo en esta su séptima novela.
Doce migrantes han muerto en una patera rescatada en el Mar de Alborán. Once de ellos lo hicieron en la barca. Se sigue buscando a otras once personas que viajaban en la misma patera. Cuatro de los 33 supervivientes fueron atendidos en el hospital de Almería, donde ha muerto uno de ellos.
La investigación del asesinato de Laura Luelmo se centra en la casa donde vivía el detenido en El Campillo. Se baraja la hipótesis de que Bernardo Montoya pudo retener allí a la joven y creen también que fue alli donde la agredió sexualmente, un dato que ha confirmado la autopsia. También analizan los objetos encontrados en los alrededores del pueblo. De momento no han localizado el teléfono móvil de la joven, que puede aportar datos importantes para aclarar que pasó desde su desaparición.
El asesino confeso de Laura Luelmo, Bernardo Montoya, intentó eliminar pruebas que le incriminaban en el crimen. La Guardia Civil continúa interrogándole y expertos del cuerpo siguen analizando los restos biológicos hallados.