En Israel, la suma de opositores podría marcar el final de la carrera política de Benjamin Netanyahu. Imputado en casos de corrupción, el que ha sido durante los últimos 12 años primer ministro ve ahora como ocho partidos se unen para que él deje su cargo. Lo considera un peligro para la seguridad del país. De ahí su llamamiento a los diputados de este parlamento para que no lo respalden la próxima semana.
No obstante, necesitan una mayoría de 61 diputados en la Kneset y tienen por ahora 62. Se trata de una mayoría muy frágil que puede romperse si el día de la votación aparecen los temidos tránsfugas.