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La Corte Penal Internacional ha aceptado este viernes la demanda de Sudáfrica contra Israel, pero hay otra denuncia en La Haya de un grupo de abogados de Chile "por genocidio". "Se está reconociendo que hay al menos indicios de genocidio", ha afirmado uno de esos letrados, Rodolfo Marcone, en una entrevista en 'La tarde en 24 horas', en la que ha explicado las expectativas de su causa.

Marcone ha subrayado que en el fallo de este viernes, por el que la Corte se ha declarado competente para juzgar la demanda, "no ordena el alto el fuego, pero dice que se debe detener la masacre, los homicidios".

Foto: EFE/EPA/Remko de Waal

La Corte Internacional de Justicia de La Haya ordena a Israel que evite cometer actos genocidas en su operación militar en Gaza pero no exige que ponga fin a la guerra. ¿Qué supone esto? Lo explica en Cinco Continentes Rafael Calduch, catedrático de Derecho internacional y RRII en la Universidad Complutense de Madrid. 

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha asegurado que la acusación de genocidio contra Israel que investiga la CIJ "no solo es falsa, es indignante", aunque ha celebrado que el tribunal no ordenara el cese inmediato de las hostilidades. "Como todo el país, Israel tiene el derecho básico a la autodefensa. El tribunal de La Haya rechazó con razón la escandalosa exigencia de privarnos de este derecho", ha afirmado el primer ministro.

De las nueve medidas solicitadas, destacaba el alto el fuego para prevenir y evitar daños irreparables en los derechos del pueblo palestino. Desde los atentados de Hamás del 7 de octubre y la posterior ofensiva sobre Gaza han muerto más de 26.000 palestinos, la mayoría mujeres y niños. 

La otra prioridad, esta sí aceptada por el tribunal, es facilitar el acceso a la ayuda humanitaria. Desde que comenzó la ofensiva sólo ha habido una tregua de cuatro días en la que se permitió que entraran camiones por la frontera de Rafah. 

Tras presentar la demanda por vía de urgencia en noviembre, Sudáfrica se veía las caras con Israel en los tribunales hace dos semanas. Pretoria solicitaba la imposición a Israel de nueve medidas cautelares ante el riesgo plausible de genocidio violando la Convención que Tel Aviv frimó tras el Holocausto.

La defensa israelí alegaba el derecho a la autodefensa y calificaba la demanda sudafricana de versión descontextualizada y manipulada de las hostilidades. Y afirmaba que, de haber querido acabar con los palestinos, no habría parado en ocasiones las acciones militares para permitir la huida de la población. 

Naciones Unidas lleva meses alertando del desastre en una población sin comida, agua o medicinas y además, hacinada. De los dos millones de habitantes de Gaza, 1.700.000 han huido al sur de la franja. 

FOTO: EFE/EPA/Remko de Waal

 Los jueces de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya, deciden este viernes si conceden o no medidas cautelares contra Israel tras las acusaciones de Sudáfrica de genocidio en Gaza.

La CIJ no tiene ningún instrumento para hacer cumplir sus resoluciones, solo cuenta con que los Estados firmantes de las convenciones las van a cumplir. Israel ha ratificado la Convención contra el Genocidio, por lo que estaría obligado a cumplirlo. Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ya advirtió que nadie, "ni siquiera La Haya", iba a hacerles detener la guerra en Gaza. 

La cuestión palestina vuelve a tensionar el Líbano. El país que vivió un conflicto civil y varias invasiones de Israel por esta causa, de nuevo se enfrenta al fantasma de la guerra.

El pasado está muy presente en todo Beirut y especialmente en el campo de refugiados palestinos de Shatila, donde las falanges cristianas cometieron una masacre en la guerra de 1982. Las tropas israelíes permitieron la matanza.

El asesinato de un líder de Hamas en el Líbano ha traído la guerra de Gaza al corazón de Beirut. Los representantes del grupo palestino se sienten fuertes aquí.

Nos reciben en Dahiya a pocos metros de donde fue asesinado su líder.

"La amenaza sobre el Líbano la trae Israel", explica Osama Hamdan, jefe de relaciones internacionales de Hamás. "Los palestinos en el Líbano nos llevamos bien con todos los partidos y facciones".

Hamás está cobijado por el partido chií Hizbulá. Ambas tienen el apoyo de Irán. Los falangistas cristianos les acusan de estar usando al Líbano.

"Los palestinos, Siria, Irán, Yemen, todos utilizan al Líbano", afirma el doctor, número dos del partido cristiano. "Nosotros no queremos estar en la agenda de nadie, sólo paz en nuestra tierra".

Por ahora, las diferencias no pasan del discurso, y el Líbano no es el mismo país de la guerra civil. Pero la amenaza no deja de crecer.