Un ataque israelí contra una escuela en el centro de la Franja de Gaza ha matado al menos a 30 personas y ha herido a un centenar. En la escuela se refugiaban desplazados de otras áreas de Gaza y operaba un hospital de campaña. El Ejército israelí ha intensificado sus ataques también en el sur de la Franja, donde ha ordenado de nuevo la evacuación forzosa de barrios de la ciudad de Jan Yunis.
El expresidente estadounidense y candidato republicano, Donald Trump, ha asegurado este viernes que si no gana las elecciones presidenciales en noviembre habrá una "gran guerra" en Oriente Medio y "tal vez una Tercera Guerra Mundial".
"Si ganamos, será muy sencillo. Todo se resolverá y muy rápidamente", ha dicho Trump a los periodistas durante su reunión con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en Florida. En caso contrario, "terminaremos con grandes guerras en Oriente Medio y tal vez una Tercera Guerra Mundial", ha advertido.
"Estamos más cerca de una Tercera Guerra Mundial en este momento que en cualquier otro momento desde la Segunda Guerra Mundial. Nunca hemos estado tan cerca, porque tenemos gente incompetente al mando de nuestro país", ha alertado.
Después de reunirse con Netanyahu, Kamala Harris ha dicho que Israel tiene derecho a defenderse pero que importa cómo lo hace y que no se quedará callada ante el sufrimiento de los civiles palestinos. Dice que es hora de que acabe la guerra, de que los rehenes secuestrados por Hamás vuelvan a casa. Hora de implementar el acuerdo que propuso Biden hace casi dos meses. Ahora que es candidata esta guerra es el asunto internacional más espinoso para Kamala Harris.
Estados Unidos es el mayor aliado de Israel, pero este conflicto tan sangriento ha dividido a los demócratas y algunos no quieren seguir enviándoles armas.
Biden presiona ahora por una tregua, pero llevamos tiempo viendo como Netanyahu desoye sus demandas. También llevamos tiempo escuchando en la Casa Blanca que el acuerdo está cerca, pero no llega. Ahora dicen que está más cerca que nunca, pero que también quedan cosas por cerrar.
En esta visita tan controvertida, Netanyahu ha hablado en el Capitolio, se ha reunido con Biden, con Kamala Harris y hoy se verá con Donald Trump.
La Unión Europea ha comenzado a tomar represalias contra Hungría después de las reuniones del primer ministro, Viktor Orbán, con el presidente ruso, Vladímir Putin, y el presidente chino, Xi Jinping. Estos encuentros, enmarcados en una supuesta "misión de paz" para Ucrania, han generado malestar mientras Hungría ejerce los primeros meses de la presidencia de turno del Consejo de la UE. La Comisión Europea cumplió con su amenaza de boicot y no envió a ningún comisario a las reuniones de ministros de Justicia e Interior celebradas el lunes y martes en Budapest. Lo mismo ha ocurrido durante la reunión de ministros de sanidad de los 27 en Budapest este jueves. Mientras, en nuestro país, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha declarado que "España no secunda boicots dentro de la UE".
Tras ser cuestionado en las Naciones Unidas y ser acusado por el fiscal de la Corte Penal Internacional de cometer crímenes de guerra, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha sido recibido con honores en el Capitolio. Si bien Estados Unidos es el mayor aliado de Israel, el conflicto está erosionado dicho apoyo. Mientras, el primer ministro sigue defendiendo en su discurso la lucha contra el terrorismo y la barbarie. A las decenas de personas que protestan por la guerra en las calles los ha llamado "los tontos útiles de Irán". A Estados Unidos le ha dicho: "Dadme las armas más rápido y terminaremos el trabajo más rápido". Muchos esperaban oír alguna pista sobre la inminencia de la paz y, si bien ha hablado de liberar a los secuestrados por Hamás, no de una tregua. En Israel, muchas familias de rehenes acusan a Netanyahu de boicotear el acuerdo y alargar el conflicto por su propia supervivencia política.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, se convirtió en el líder que más veces se ha dirigido a una sesión conjunta del Congreso de los EEUU. Fue una invitación de los republicanos y más de la mitad de los demócratas no quisieron escucharle. Rashida Tlaib, congresista de ascendencia palestina, acusó a Netanyahu de crímenes de guerra durante su discurso.
Él se defendió, y cargó contra las masivas protestas en el Capitolio. Desde la calle lo acusan de genocida y piden al Gobierno de EEUU el embargo de las armas.
Los palestinos que viven en Jerusalén Este no tienen cerca las bombas, pero su vida es también muy complicada.
Los vecinos cuentan a la corresponsal de RNE, Laura Alonso, cómo es el día a día en un barrio aislado en el que apenas hay agua corriente, las calles están sin asfaltar y las ambulancias no llegan a tiempo.
En este viaje por los Juegos Olímpicos vamos a recordar cómo el mayor evento deportivo del planeta está inevitablemente unido a la situación y el destino de los países que participan en él y por qué el COI no tiene un criterio fijo para interpretar la carta olímpica. Un reportaje de Antía André.
En una visita polémica y controvertida, el primer ministro israelí, Benjamín Netnayahu, ha hecho acto de presencia en el Congreso de Estados Unidos con un apoyo mayoritario de los legisladores, pero también con la ausencia de decenas de demócratas en solidaridad por las muertes en Gaza. Entretanto, manifestantes propalestinos, judíos contra la violencia en Gaza, estudiantes contra la guerra y opuestos a que EEUU envíe armas a Israel entre otros ha protestado cerca del Capitolio contra la presencia de Netanyahu.
En su discurso, el cuarto desde que es primer ministro israelí, ha solicitado un mayor apoyo de Estados Unidos, y al mismo tiempo ha señalado que “nos encontramos en una encrucijada de la historia: no es una lucha de civilizaciones, es una entre la barbarie y la civilización". "Es un choque entre los que glorifican la muerte y los que santifican la vida" ha incidido.
"Para que las fuerzas de la civilización triunfen, Estados Unidos e Israel tienen que estar juntos", ha añadido, además de asegurar a los legisladores que "nosotros [Israel y sus aliados] vamos a ganar".