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Estados Unidos ha abandonado sus esfuerzos para persuadir a Israel para que congele la construcción de asentamientos, lo que supone un duro golpe en los esfuerzos por reavivar las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos. El asunto de los asentamientos ha bloqueado durante meses las nuevas conversaciones directas entre ambos, que se iniciaron por la intervención personal del presidente de los EE.UU., Barack Obama, quien logró volver a sentar en la mesa de negociaciones a las dos partes tras casi dos años de parálisis en el proceso de paz.

Lo ha anunciado el presidente Obama, aunque ha matizado que el acuerdo no era "perfecto". Los dos partidos ceden: los republicanos aceptan prolongar las ayudas a parados, y los demócratas, las rebajas de impuestos para los más ricos.

Hay cientos de informes sobre la cárcel de Guantánamo y sobre todo, de las negociaciones de Estados Unidos con varios países para que acogieran a los presos. Wikileaks ha facilitado también documentos sobre como los diplomáticos estadounidenses ofrecieron diferentes cantidades de dinero a varios países para que acogieran presos de Guantánamo y Obama pudiera cumplir con su promesa de cerrar la prisión.

Eran confidenciales o secretos. Pero ahora estos papeles dejan al desnudo el lado oscuro de la diplomacia estadounidense con mensajes nada diplomáticos sobre muchos líderes mundiales.

Vládimir Putin aparece retratado como el "macho alfa" que mueve los hilos de Rusia. Del líder libio Muamar el Gaddafi dicen que le gustan las enfermeras rubias y voluptuosas. De Berlusconi, que participa en fiestas salvajes. A Ahmadineyad lo llaman 'Hitler'; y a Sarkozy, el "emperador desnudo".

Reprochan a Angela Merkel su incapacidad para asumir riesgos y su falta de creatividad; y al príncipe Andrés de Inglaterra, sus críticas a los investigadores anticorrupción y algunos ingresos de dudoso origen. Y llegan a pedir información sobre la salud mental de la presidenta argentina, Cristina Fernández.

The Guardian, Le Monde, The New York Times, El País y Der Spiegel no sólo publican esas descalificaciones. También documentos que cuestionan la política exterior de la Casa Blanca, que ordenó espiar al secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, y vigilar de cerca la "agenda islamista" del primer ministro turco.

Y sobre el programa nuclear iraní, revelan recelos entre países árabes. El rey saudí pide a Washington que "corte la cabeza de la serpiente" y Abu Dhabi dice que prefiere una guerra ahora a un Irán nuclear mañana.

El fiscal general de Estados Unidos ha abierto una investigación criminal por la filtración masiva de documentos. Una filtración que viene de Wikileaks, la web que se está convirtiendo en una auténtica pesadilla para la Administración Obama.