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Lunes negro en la Bolsa española. Su principal indicador, el Ibex 35, ha cerrado con una caída del 2,33% y se ha situado en los 9.324 puntos, un nivel hasta el que no llegaba desde el pasado 5 de julio, cuando se situó en los 9.281,50 puntos. La causa, el descenso de los mercados internacionales y las ventas en el mercado de deuda. A este desplome hay que sumarle el que sufrió la semana pasada: un 7%. De hecho, las perdidas acumuladas este año ascienden al 21,90%. Además, la prima de riesgo de los bonos españoles a 10 años frente a sus homólogos alemanes ha aumentado hasta 273 puntos básicos, el máximo desde la creación del euro. Aunque esta jornada ha empezado en en positivo, enseguida se ha dado la vuelta y ha cerrado con un muy mal dato. Tanto es así que todos los valores han cerrado en negativo.

Los mercados financieros siguen castigando a España y, como antídoto, el Gobierno ha insistido en su total transparencia y ha asegurado que todas las reformas se están cumpliendo dentro de los plazos comprometidos.

El selectivo madrileño, el Ibex 35, ha perdido esta semana más de un 7%, el peor resultado desde el mes de mayo. En concreto, este viernes ha retrocedido un 1,8%, con lo que pierde el nivel de los 9.600 puntos.

La Bolsa española ha cerrado la sesión del jueves con una cierta limitación de daños, después de una jornada en la que ha llegado a perder cerca de un 3%. Al final, el Ibex 35 ha conseguido remontar y mitigar las pérdidas al terminar con una ligera caída del 0,21%, que le ha permitido mantenerse por encima de los 9.700 puntos.

Tras dos jornadas de fuertes caídas en la Bolsa de Madrid y de desconfianza creciente en el mercado de deuda, los mercados financieros han aflojado la presión sobre España, de forma que la prima de riesgo de la deuda, que mide la confianza en la solvencia del país, se ha moderado y el Ibex-35 ha registrado una leve subida, apenas del 0,52%, que al menos devuelve los números verdes al parqué madrileño. El selectivo español ha cerrado en 9.742,50 puntos, con lo que las pérdidas acumuladas este año bajan al 18,4%, después de una jornada muy volátil en la que estuvo muchas horas en números rojos.

Para satisfacer su necesidad de financiación, el Estado emite deuda. Lo hace a través de subasta pública en un mercado electrónico: en forma de letras, bonos y obligaciones del Estado. El Tesoro no fija de salida un tipo mínimo ni máximo: sólo busca pagar lo menos posible a quien compra esa deuda. Enfrente, el mercado, que quiere conseguir el beneficio más alto por prestar al Estado ese dinero. Las subastas son ciegas: se puja por cantidad y precio que no se conoce. El Tesoro va cogiendo las peticiones que tienen un menor tipo de interés. Hay varios factores que hacen que el Tesoro pare la subasta, aunque le quede papel por vender. Por un lado, porque ya no quiere pagar tipos de interés más altos; y en ocasiones, para no transmitir la imagen de que necesita imperiosamente más dinero. Como en cualquier subasta, también en ésta rige la oferta y la demanda, aunque también la especulación con riesgos en los que a veces se gana, y otras, se pierde.

La bolsa española ha vuelto a desplomarse este martes al acusar tanto la desconfianza que recorre un día más los mercados internacionales por el rescate a Irlanda y la caída de su Gobierno, como la incertidumbre geopolítica que ha suscitado el último enfrentamiento entre las dos Coreas, que han llevado al selectivo Ibex 35 a perder un 3,5%, su mayor descenso desde agosto. Así, el selectivo español, que este lunes ya perdió el nivel de los 10.000 puntos, ha retrocedido hasta 9.691,80 puntos, lo que le devuelve a niveles de principios de julio y eleva las pérdidas acumuladas este año hasta el 18,83%. De la misma forma, el Índice General de la Bolsa de Madrid ha bajado un 3,10% y cae por debajo de los mil puntos, hasta los 990,80.