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En Estados Unidos, el Gobierno no se plantea prohibir la conducción de los vehículos más contaminantes, aunque la industria presiona a Trump para que tome medidas contra la contaminación. La idea de prohibir la venta de coches diésel presenta una utopía en Alemania y el Gobierno ni siquiera se plantea restringir la circulación. En cambio, China reconoce que tienen un problema de contaminación y el Gobierno planea prohibir los vehículos diésel y gasolina.

  • Las patronales Anfac, Faconauto, Ganvam, Aniacam y Sernauto advierten que pueden verse afectadas las inversiones y el empleo
  • Dicen que paralizar los diésel aumenta las emisiones de dióxido de carbono porque se sustituyen por vehículos de gasolina

El nuevo protocolo de medición de consumo y emisiones de gases en todos los vehículos nuevos matriculados en la Unión Europea (UE) ha entrado en vigor este sábado. Los tests consisten en unas pruebas más estrictas que aseguran unos niveles de emisión de dióxido de carbono (CO2) más fiables.

Esta nueva norma hará que, desde este 1 de septiembre, las pruebas reflejen que los coches contaminan más, lo que provocará que un mismo coche publique mayores emisiones con el nuevo protocolo respecto al anterior protocolo. Así, muchos coches que antes no tenían que pagar el impuesto de matriculación -por emitir menos gases- ahora sí lo tendrán que hacer. Además, otros que ya lo pagaban deberán que afrontar un tramo fiscal mayor.

Para mitigar el aumento de precio de los coches -que repercutiría en las ventas y la producción, como ha advertido la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), el Gobierno ha aprobado un régimen transitorio, una especie de moratoria, de forma que el impacto no se aplicará de forma íntegra hasta 2021.