Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

La oleada de bombardeos ha comenzado a primera hora de la mañana. Decenas de ataques intensos en el sur y el este de Líbano. Poco antes, Israel había enviado miles de mensajes a la población, para que abandonara sus casas. Y ha comenzado el éxodo: decenas de miles de familias, han dejado atrás sus vidas, y han salido huyendo de ese infierno. 

La carretera de entrada a Beirut, la capital, se ha inundado de vehículos, de familias que quieren ponerse a salvo. Israel dice que atacado más de 1.300 objetivos de Hizbulá, pero las autoridades libanesas denuncia que han matado a civiles (más de 300), entre ellos muchos niños y sanitarios. 

Desde Israel, Benjamín Netanyahu dice que ya advirtió que iban a cambiar el equilibrio de poder en el norte y asegura que este no es el final de la historia.

Foto: REUTERS/Aziz Taher

Es la nueva fase de la guerra anunciada por el Ejército israelí: de Gaza al Líbano como frente principal, donde se ha intensificado el intercambio de fuego en las últimas horas.

Con el lanzamiento por parte de Hizbulá de oleadas de cohetes al norte de Israel, la mayoría interceptados por las defensas antiáreas. Algunos de sus objetivos han sido bases militares israelíes.

Desde ellas, el Ejército hebreo ha bombardeado posiciones de la milicia proiraní en el sur del Líbano, donde están buena parte de sus lanzaderas de cohetes. El objetivo es destruir al máximo sus capacidades ofensivas, pero también eliminar a sus líderes. De ahí este ataque en el sur de Beirut, uno de los bastiones de Hizbulá. El Ejército israelí asegura que ha matado a Ibrahim Aqil, jefe de unidades especiales de la milicia. Un bombardeo que ha sembrado el pánico en la capital libanesa.

"Unos dicen que habrá guerra y otros que no, pero en realidad llevamos mucho tiempo en guerra", asegura Kassem. "No queremos otra guerra", añade Adel, "ya tuvimos bastante miseria con la guerra civil y las otras con Israel". Porque esta escalada llega cuando el Líbano atraviesa la peor crisis económica en décadas. Un país en caída libre que vuelve a asomarse al abismo.

Estamos ante los ataques más intensos en casi un año. El Gobierno israelí asegura que su objetivo final es recuperar la normalidad en su frontera norte para que vuelvan los 60.000 israelíes evacuados cuando empezaron las hostilidades. Hizbulá le recuerda que solo parará los ataques si pone fin a la guerra en Gaza. 

Foto: AP Photo/Hassan Ammar

Israel asegura haber matado un alto dirigente de Hizbulá, Ibrahim Aqil, en los ataques de la tarde del viernes en un suburbio al sur de Beirut, la capital libanesa. Una zona que supone un "bastión muy importante" para la milicia-partido, explica en RNE Manuel Gazapo, doctor en Relaciones Internacionales y analista de geopolítica, seguridad y terrorismo: "Aqil estaba buscado por el Departamento de Estados Unidos de América desde hace muchas décadas. Con la muerte de Ibrahim Aqil se ve afectada de forma severa toda la cúpula de Hizbulá en todos los ámbitos", cuenta el analista.

Gazapo cree que con estos ataques israelíes de los últimos días sobre Líbano se está incrementando el riesgo de una guerra que desborde la frontera y no solo afecte a Gaza, sino que "inunde" la zona de Líbano: "Lo cual preocupa y mucho a toda la comunidad internacional. El miedo a una guerra total en esa zona es mucho más amplia". Manuel Gazapo considera que los ataques "sin pausa" responden a la fortaleza del ejército israelí: "Con este tipo de ataques, Israel está intentando crear una zona buffer o de amortiguamiento en el sur de Líbano, para que Hizbulá se vaya ahogando y proteger a la población israelí".

Entrevista completa en RNE Audio.

El Codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), Jesús Núñez, ha sido entrevistado en La Noche 24 Horas, donde ha destacado que "la guerra (entre Hizbulá e Israel) lleva declarada desde hace mucho tiempo", aunque no formalmente, sí sobre el terreno.

Núñez cree que el Estado hebreo pretende "limpiar la zona sur del Líbano" tras "inventarse" un nuevo objetivo en la guerra declarada con Hamás desde el 7 de octubre: devolver a 60.000 israelíes a sus casas en el norte del país.

El codirector del IECAH reprocha que, para ello, Israel realizará una operación militar "desconsiderando un Estado soberano" y alerta que" Hizbulá podría lanzar miles del cohete al día", en lo que sería "un combate más crudo y peliagudo que el que estamos viendo en Gaza".

Foto: EFE/EPA/ATEF SAFADI

Aviones de combate israelíes han roto la barrera del sonido sobre Beirut este jueves y no es la primera vez que lo hacen, pero en esta ocasión los estruendos llegan en plena escalada y justo cuando el líder de Hizbulá se dirigía a los libaneses por televisión. 

"El enemigo ha traspasado todos los límites, las líneas rojas", ha asegurado Hasán Nasrala, refiriéndose a los ataques masivos del martes y el miércoles, atribuidos a Israel. 

Una declaración de guerra para el jefe de la milicia libanesa que reconoce el golpe y promete vengarlo. Es lo que piden sus seguidores mientras entierran a milicianos, pero también a civiles, incluidos niños, por unos ataques indiscriminados. Por ahora sigue siendo un misterio cómo cientos de buscas primero, y walkie-talkies más tarde, explotaron simultáneamente y sobre todo quién puso las cargas explosivas en cada uno de ellos. Las empresas fabricantes, en Japón y Taiwán, investigan los hechos, pero niegan cualquier responsabilidad y apuntan a otras empresas intermediarias -en Hungría y Bulgaria-, donde por ahora no dan explicaciones. Podrían ser tapaderas del Mossad, los poderosos servicios secretos israelíes en el exterior. 

El ministro de Defensa israelí no se refiere a los ataques, pero asegura que han entrado en una nueva fase de la guerra. Gaza, pese a que no han conseguido los objetivos que se propusieron, pasa a un segundo plano. Ahora gana protagonismo el frente norte. De ahí el envío de más tropas a la frontera con el Líbano, donde el Ejército israelí y Hizbulá llevan casi un año bordeando una guerra directa que parece cada vez más inevitable.

Las explosiones de los dispositivos electrónicos en Líbano prometen un escenario muy complicado para Hizbulá. Una intervención en la cadena de suministro ha comprometido la seguridad de las comunicaciones de la organización. La consultora experta en ciberseguridad Selva Orejón repasa las principales claves de esta maniobra.