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La ONU se aferra a las negociaciones con Gbagbo que Francia da por terminadas.

Los esfuerzos para negociar la salida del presidente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, siguen este miércoles con los representantes extranjeros, según ha manifestado un portavoz de la ONU. Sin embargo, el ministro de Exteriores francés, Alain Juppe, había comunicado previamente que estas negociaciones han fracasado.

"Las negociaciones que llevaban desarrollándose horas y que comenzaron el pasado martes han fracasado por la intransigencia de Gbagbo", ha comunicado Juppe al parlamento de Francia.

Explicaciones de Francia

Por otro lado, volviendo a las negociaciones fracasadas, Juppé también ha señalado que tras la ruptura del diálogo "la voz ha vuelto a las armas" y que las fuerzas de Ouattara tratan de asaltar la residencia presidencial en la que se refugia Gbagbo.

Esta ofensiva, ha precisado, no cuenta con la participación de las fuerzas de la ONU desplegadas en el país ni con el contingente francés, que en los últimos días sí que han bombardeado a las tropas del presidente saliente.

El ministro galo ha explicado que las conversaciones de los últimos días han sido llevadas a cabo por el representante de la ONU en Costa de Marfil con el apoyo del embajador francés, pero que fue Ouattara quien había fijado las condiciones de la rendición.

"Las condiciones fijadas por Ouattara son claras: exige que Laurent Gbagbo acepte su derrota y reconozca la victoria del presidente legítimamente elegido", ha indicado.

Juppé también ha manifestado su deseo de que "tras este periodo de extrema paciencia de Ouattara y de la Unión Africana se encuentre una solución y comience la fase de la reconciliación y la reconstrucción de Costa de Marfil".

El padre Maximiliano Herraiz, misionero español carmelita, lleva más de 20 años en Costa de Marfil. Ahora vive en el sur de Abiyán, a 15 o 20 kilómetros de la casa del presidente Gbagbo. En declaraciones a RNE, Herraiz asegura que los combates han cesado y que ahora lo que se escucha en la capital "es un gran silencio".

Para Herraiz, la situación que vive Costa de Marfil la han provocado Francia y Estados Unidos. El primer ministro francés, François Fillon, asegura que el presidente saliente de Costa de Marfil, Gbagbo, está negociando su marcha. "Lo que diga Fillon hay que ponerlo entre comillas y subrayado" porque "el embajador de Francia y el de Estados Unidos fueron a buscar al presidente de la comisión electoral a su casa para que fuera a proclamar como vencedor a Outtara", cuenta Herraiz.

El misionero ve "muy clara" la injerencia extranjera. "Al presidente le proclama como tal el Tribunal Superior de Justicia, y aquí no se ha hecho", asegura. Además, el padre Herraiz cree que es injusto que no se haya querido recontar los votos. "Gbagbo ha pedido que una comisión internacional vea lo que ha pasado en las elecciones. Durante ese período el norte, el cortijo de Outtara, estaba levantado en armas", ha recordado.

Maximiliano Herraiz ha confirmado que el país vive una situación dramática. "Llevamos más de mes y medio con los bancos cerrados y con un embargo de medicinas por parte de la comunidad internacional. No tenemos qué darles de comer a los niños de nuestro orfanato, que se están muriendo de hambre", cuenta.

Miles de seguidores de Outtara han entrado en Abiyán y podrían haber tomado el palacio presidencial. Se desconoce dónde se encuentra Gbagbo, pero sus fuerzas leales no piensan rendirse. Al éxito de la ofensiva de las fuerzas de Outtara han contribuido la misión conjunta de la ONU y de Francia. Creen que la operación que pusieron en marcha el lunes podría acabar en las próximas horas y han recordado que solo quieren proteger a los civiles.

Vendieron su alma hace tiempo y ahora están intentando recuperarla. Así se sienten los protagonistas de "El buen soldado", producción británica que Documentos TV emite el sábado 26 de marzo a partir de las 22.25 h en La 2 de Televisión Española. En ella cuatro excombatientes de la Segunda Guerra Mundial, Vietnam e Irak relatan los horrores que vivieron en esos conflictos armados.

Fuegos artificiales en Tobruk y vítores en Bengasi, el corazon de la Cirenaica, la región libia de donde partió la rebelión contra el régimen del coronel Gadafi. En los dos lugares, los opositores han celebrado la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Esta llega cuando las tropas del régimen, tras controlar la mayoría de las localidades en rebelión, se dirigían hacia Bengasi.

Antes de la resolución del Consejo, Gadafi había asegurado que detendría el avance de las tropas el domingo para dar una oportunidad a la rendición de los rebeldes.

En Trípoli, la capital del país, ha habido silencio en las calles tras la resolución de la ONU. La reacción ha llegado desde el ministerio de Asuntos Exteriores. Aseguran que están de acuerdo en un alto el fuego y en negociar con los rebeldes. Lo que ocurre, afirman, es que no tienen un interlocutor. "La tarea ahora para la comunidad internacional es asegurarse de que los separatistas y los rebeldes no reciben apoyo alguno en armas. Si algunos países las envían nos estarían invitando alos libios a matarnos unos a otros", ha dicho Khalid Kaim, portavoz del Ministerio, que no ha aclarado si continuarán el avance hasta Bengasi.

En Libia, las fuerzas de Gadafi rodean la tercera ciudad del país y prosiguen su avance hacia el Este. Cada vez están más cerca de la capital rebelde, Bengasi. Hoy han bombardeado una ciudad de importancia estratégica fundamental, Ajdabiya