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Según distintos cálculos, entre 700.000 y un millón de personas han visto atrapados miles de millones de sus ahorros -32.000 millones en 2010-, en un producto financiero complejo que no entendían porque nadie les explicó: las participaciones preferentes que empezaron a ofrecer bancos y cajas en los tiempos de bonanza.

Durante el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y financiera se convirtieron en un método rápido para capitalizar sus arcas vacías y acumular las reservas que les exigían desde el Gobierno y desde Bruselas. El perfil del cliente atrapado es el de persona mayor, jubilados que invierten sus ahorros en lo que les recomendaron en la sucursal de su banco o caja de toda la vida.

Destapado el pastel, cada entidad ha dado un tratamiento distinto a sus clientes. La Caixa ofreció cambiarlas por un combinado de bonos y deuda a largo plazo. El BBVA las canjeó por bonos convertibles en acciones cotizadas en bolsa. El Santander las canjeó íntegramente por acciones.

Ahora quedan pendiente las de Bankia y otros bancos nacionalizados. El Gobierno se comprometió a darles una solución que pasará por asumir pérdidas.

Son datos de Estadística, que se explican por la caída de hasta casi un 16 en el coste por hora trabajada en la administración pública y en la seguridad social. Los sueldos cayeron un poco menos en sanidad y servicios sociales. Es la mayor bajada de costes durante la crisis. Los sindicatos atribuyen estos datos a la reducción de salarios y empleos.

El presidente del Consejo Económico y Social (CES), Marcos Peña, afirma que la situación económica es tan mala que para "reparar los destrozos de la tormenta" podrían pasar 20 años. Subraya que el empleo es el "último invitado" en el proceso de recuperación y que se empezará a percibir una mejoría en el verano de 2014. Además, dice creer con firmeza que España no es un país de corruptos y asegura que de esta crisis "o nos sacan los políticos o no nos saca nadie" (11/03/13).

Miles de personas se han manifestado hoy en 64 ciudades españolas contra el paro y por la regeneración democrática, convocadas por la Cumbre Social. En Madrid, la marcha ha estado encabezada por los líderes sindicales, que han insistido en su rechazo a las políticas de austeridad.

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha apelado a la unidad política para salir de la crisis económica y ha asegurado que todos los políticos de todos los partidos, "si queremos sacar a nuestro país hacia adelante, tenemos que dejar al margen las luchas partidistas y los intereses partidarios y nuestras identidades ideológicas en algunos momentos quizás, para sumar".