Sólo faltaba Fitch. Ha sido la última agencia en bajar la nota de la deuda soberana española; una decisión basada en que la crisis de la eurozona se agrava y en el riesgo de los desfases presupuestarios de las comunidades autónomas.
Fitch dice que España es especialmente vulnerable a la situación exterior por su considerable déficit público, la fragilidad de la recuperación económica y el alto nivel de paro.
A pesar de la rebaja, Fitch sigue considerando segura la solvencia de la deuda española; sin embargo, dice que, aunque las reformas hechas hasta ahora están bien encaminadas, el gobierno debe hacer más para mejorar la competitividad y productividad y que el sistema financiero español necesitará otros 30.000 millones de euros.
Así que ahora, la deuda española tiene la misma nota en las tres agencias de calificación que dominan el sector. Este viernes también le ha tocado rebaja a la deuda de Italia que queda por debajo de la española.